La quinta jornada de la Europa League llegaba a Glasgow con sensaciones muy especiales. Dos de los equipos históricos del fútbol europeo se enfrentarían con la obligación de ganar de cara a mantener vivas sus esperanzas de avanzar a la próxima ronda a pesar de las discretas actuaciones  a lo largo de la fase de grupos, peleando un sólo cupo con el siempre peligroso Fenerbahce y mirando con mucha envidia a un modesto equipo noruego como el Molde, ya clasificado.

Ronny Deila y Frank de Boer estaban obligados a salir a proponer en el partido desde el primer minuto, pensando en que no habría mañana para el que saliera derrotado. O peor aún, si alguno de ellos no pudiese alzarse con la victoria, no habría mañana para ninguno de los dos. La intensidad y las emociones se podían garantizar desde antes del pitazo inicial, porque la vida se estaban jugando ambas escuadras.

Formaciones similares. El estratega noruego presentaba un ofensivo 4-3-3 con ya probados volantes de llegada y peligro como Forrest o Mackay-Steven buscarían castigar a una defensa visitante que a pesar de su habitualidad no ha representado una garantía a lo largo de la campaña. Por otra parte el gemelo De Boer presentaba una modalidad del 4-3-3 con menos presencia de hombres en el plantado centro del campo, dando una idea de más un 4-2-3-1 que cualquier otra cosa, lo que plantearon sobre el engramado del Celtic Park ambos directores aumentaban las expectativas.

Primeras emociones

Todas las ideas iniciales del partido se caían prácticamente al mismo inicio, puesto que el Celtic conseguía el gol al tercer minuto. En los primeros movimientos ofensivos locales, Mackay-Steven recuperaba la pelota en el centro del campo y enviaba un pase a ras de suelo largo para Callum McGregor, que avanzaría unos metros más frente al defensor Van der Hoorn, que sólo hizo el recorrido hacia atrás y le dio tiempo al joven mediocampista escocés para acomodarse y conectar un disparo a la base del poste izquierdo, picando pocos metros antes de Cillessen, haciendo el disparo imposible para el portero holandés.

La anotación tempranera cambiaría los planes del juego, viendo a un Ajax presionado ante un inspirado Celtic, sumido en la adrenalina del gol inicial y las expectativas de aumentar la ventaja. Con el transcurso de los minutos la profundidad se convertía en la mejor representación del equipo escocés.

En torneos de esta magnitud las equivocaciones se pagan muy caro, algo que el equipo Ajacied le dejó muy claro al conjunto de Glasgow. En una salida desde el lateral derecho del campo, McGregor, el que había anotado el gol inicial, perdió la pelota que arrancó con el empate del visitante. Tras una serie de rebotes, Fischer disparó a la portería y Gordon rechazó, pero en el rechace el extremo danés metió el balón en el área nuevamente para que Arek Milik pusiera la igualdad a los 22 minutos.

Postes... y Cillessen

Con la igualdad el visitante volvía a respirar, pero dejaba eliminado a ambos de la competencia, por ello las cosas no podían quedarse así. Ambos equipos asumieron la responsabilidad de evitar salir por la puerta de atrás en la competencia. Minutos intensos tenían preparados los equipos de cara a la segunda mitad.

El primero que dio aviso de sus intenciones en la fue el local, que con McGregor tenía un disparo franco en una posición muy frontal a la portería, que con la ayuda de desvíos de la defensa, se elevaba y pegaba en el horizontal y se iba hacia afuera. Suspiros de la grada también sacaba el visitante, que por medio de Younes presentaba una atractiva jugada de desborde por la banda izquierda, logrando meterse hasta el área chica y rematar a portería, chocando su disparo cruzado con el poste izquierdo de la portería protegida por Gordon, que sólo veía la pelota a distancia.

Siendo casi ya habitual en las grandes citas del conjunto de Ámsterdam, el guardameta Cillessen mostraba su presencia en el equipo y lograba evitar el aumento de la ventaja local en algunas intervenciones, siendo una atajada con la pierna tras un disparo de Griffiths lo más destacado de su repertorio de reflejos.

Václav Černý

Diversos movimientos realizaron los entrenadores de ambos equipos, teniendo como nota curiosa el debut de dos juveniles en la competencia por parte el club holandés como Donny van de Beek y Václav Černý, además del hasta ahora fallido refuerzo Yaya Sanogo.

Como sueño de todo futbolista, en el debut de una de las promesas Ajacied caería el gol de la victoria. En una salida rápida del conjunto visitante, Milik tendría por el centro del campo el inicio de una importante jugada de contragolpe contra dos defensores, dándole la pelota a Václav Černý que venía integrándose al ataque por la banda derecha, teniendo una veloz carrera contra McGregor que no pudo evitar el disparo raso con la pierna derecha del juvenil checo. El cronómetro indicaban 88 minutos de tiempo transcurrido.

Los minutos finales fueron dominados por la visita hasta que el central alemán decretase la fundamental victoria para un equipo que tendrá que jugárselas hasta la última jornada para la clasificación ante el complicado Molde y esperar a que el equipo que recién eliminan les haga el favor ante los turcos.