El Milan llegaba octavo al partido después de haber ganado tres partidos de los últimos cinco, ante el Sassuolo, el Chievo y la Lazio, por 2-1, 1-0 y 1-3, respectivamente. Mientras que la Sampdoria llegaba duodécima al partido en una racha muy negativa después de haber ganado un partido de los últimos cinco contra el Hellas Verona, haber empatado dos ante el Chievo Verona y el Empoli, y haber caído en otros dos ante el Udinese y la Fiorentina.

A romper el hielo ante un rival en apuros

El partido comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con dominio del cuadro milanista que estaba cerrando en defensa con Alex, Romagnoli y Montolivo que estaba bajando a recibir para sacar la pelota jugada. Mientras tanto, la Sampdoria se mantenía replegada en su campo y presionaba tímidamente a la salida de balón del rival con los dos delanteros centros (Eder y Muriel) y con Roberto Soriano, mientras que los locales estaban intentando atacar por la banda derecha.

Después del primer tramo de juego, el equipo de Montella trató de asentarse en el partido con un par de posesiones largas, que frenaron el ímpetu local, y que le dieran cierta confianza a los blanquiazules, aunque en defensa estaban dejando espacios, y el Milan estaba consiguiendo salir de su campo con la pelota jugada con mucha facilidad gracias a Kucka, y a raíz de ello llegó el 1-0 en el que Niang centró y Bonaventura marcó en boca de gol. Después del gol, el equipo de Mihajlovic siguió dominando la pelota y llegando al área rival, aunque lo hacía con menos intensidad. 

En el último tramo de juego, el nivel de intensidad bajó mucho, y el Milan siguió tocando la pelota y dominando el partido, ante un cuadro genovés que no terminaba de tener continuidad en el juego. En el minuto 38, el árbitro pitó un penalti sobre Bonaventura, y Niang marcó tras fusilar a Viviano. Después del gol, la Sampdoria trató de reponerse, manteniendo más tiempo el balón y tratando de crear peligro a balón parado, pero estaba siendo muy inconstante.

A mantener al rival anestesiado

La segunda parte comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con dominio del Milan que trataba de imponerse a una Sampdoria que se resistía. El 3-0 llegó por medio de Niang, que le robó el balón a un defensa del Sampdoria, y definió ante Viviano con el interior. Después del gol, el ritmo de juego descendió y el equipo de Montella tuvo un tramo de posesiones largas, aunque no conseguía llegar a la portería rival ante un conjunto del norte de Italia, al que no le estaba durando la pelota.

En el segundo tramo de la segunda parte, el ritmo de intensidad terminó de desplomarse, y el Milan jugó muy cómodo en estos minutos, el Milan estaba llegando a la portería rival con mucha facilidad, ante una Sampdoria muy entregada que estaba dejando espacios por los que el rival atacaba con insistencia. El equipo de Vincenzo Montella estaba plantado en el campo con un 4-3-3 que en algunos tramos con balón se convertía en un 4-1-3-2, frente a un conjunto de Mihajlovic que no estaba terminando de rematar las jugadas.

En el último tramo del partido llegó el 4-0 de los locales por medio de Luiz Adriano, que marcó después de controlar con el pecho. Después del gol, el cuadro genovés tuvo otro tramo de posesión sin peligro, ante un cuadro rossonero que esperaba a recuperar el balón para salir al contrataque. El 4-1 lo marcó Eder de penalti, tras engañar a Donnarouma. En los últimos instantes la Sampdoria siguió tocando después del gol, ante un cuadro milanés que estaba esperando el pitido final.

Gran victoria del Milan que ha jugado muy cómodo, ante un cuadro de Montella insípido.