Con una réplica de la copa que la FA entrega al campeón de la Premier League. Ese era el objeto que presidía la sala donde se encontraban los periodistas de Leicester en los momentos antes de iniciarse el partido contra el Manchester United. Los medios locales están exultantes con el rendimiento del equipo, y la euforia no es para menos, el conjunto local, el City lidera la Premier cuando el calendario está a punto de arrancar el mes undécimo. Un equipo que ascendió hace dos temporadas y que había pasado con más pena que gloria por la primera división este siglo XXI.

La afición local también está más que feliz. Cuando aparecen los equipos desde los vestuarios, cuando el speaker dice los nombres de los onces iniciales, cuando comienza a rodar el balón… El King Power Stadium es un estallido de júbilo en los primeros instantes del choque contra un histórico de Inglaterra. Y si el liderato está en juego, aún más si cabe.

Dominio visitante al inicio

Comenzó el Leicester empujando. El Manchester había hecho varios cambios en su alineación inicial con respecto a partidos anteriores. Darmian volvía al lateral derecho ante la decisión de Van Gaal de poner a Young en una posición más adelantada. Rooney, con bastante libertad de movimiento, se decidió escorar a la izquierda del tapete para dejar a Mata el centro. El delantero inglés, casi llegado el minuto 10, lo intentó desde lejos pero el balón fue fácil a las manos de Schmeichel. “Parece la sombra del jugador que fue”, decía el comentarista de Sky Sports tras la ocasión frustrada del británico.

Blind inició el partido activo, incorporándose y tocando el balón en acciones de ataque. El United tocaba y tocaba los primeros minutos, no encontrando espacios pero manteniendo al Leicester aprisionado en su campo. “Con eso basta”, parece querer decir Van Gaal cuando pide a los jugadores que sigan manteniendo la posesión, sin rifar el balón. Mahrez realizó llegados casi al cuarto de hora de juego una bonita filigrana que descolocó a Ashley Young e hizo que no midiera bien su entrada. El inglés tocó la pierna del jugador argelino nacido en Francia. Tarjeta amarilla.

Mahrez y Vardy, dolores de cabeza del United

Mahrez seguía creando problemas por las bandas durante los primeros 20 minutos del partido, pero Blind, sabedor de tenerle la matrícula tomada, empezó a achicar aguas allá dónde se encontrara el interior del Leicester. Schweinsteiger desde fuera del área y Smalling de cabeza lo intentaban para un United que estaba empezando a hacer ese juego de presión que tanto le gusta a Van Gaal. Pero entonces, un descuido de la defensa del Manchester permitió a Jamie Vardy deslizar el balón más allá de la línea defendida por De Gea. Vardy se alejó de Young y consiguió esquivar a Darmian en la jugada del gol que le permite superar a Van Nistelrooy como jugador que ha marcado en más partidos consecutivos. El holandés tenía 10, el inglés ahora posee 11 partidos en fila marcando goles.

Tras el gol, el United entró en unos minutos de trance, de los que se aprovechó Mahrez para hacer de las suyas. Sus disparos lejanos no inquietaban a De Gea, pero sí a un Van Gaal que no sentía tener el partido bajo su dominio. A falta de diez para el descanso Rooney cayó en el área pequeña pero el árbitro no consideró que Christian Fuchs hiciera penalti y el juego continuó. Los jugadores del United se quejaron al árbitro pero los reproches parecían ser más fruto de la desesperación que de una expectación real de penalti. El descanso se acercaba y el Manchester todavía no había puesto en peligro la meta de Schmeichel. A Gary Neville, de analista del partido en Sky Sports, no le gustaba lo que se estaba cociendo en el campo.

Pero en el minuto 45, segundos antes del descanso, Schweinsteiger remató de cabeza un excelso centro de Blind que no pudo detener el portero local. El héroe de la jornada pasada ante el Watford lo había vuelto a hacer. El King Power Stadium enmudeció. Un silencio que se hizo eterno porque el árbitro pitó el descanso segundos después.

La segunda parte, anodina

La segunda mitad comenzó con los dos quebraderos de cabeza del Manchester en la primera: Mahrez y Vardy. El argelino y el inglés conectaron bien para que este último mandara un disparo cruzado cerca del palo derecho de De Gea. En la siguiente jugada, a la contra, Martial recibió una falta de Fuchs que se encargó de lanzar Young. El inglés puso la pelota muy inteligentemente en la cabeza de Schweinsteiger, pero el alemán no pudo rubricar esta vez la jugada del primer gol. “Su cabeza es como un imán, le llegan todos los balones a él”, bromeaba Gary Neville desde el set comentaristas sobre el olfato del alemán en las acciones a balón parado.

El United salió mejor en la segunda parte de lo que mostró en buena parte de la primera. Mata estaba creando peligro en la línea de tres cuartos y el equipo al completo lo notaba. “Bien hecho, Jamie Vardy. Eres ahora el número uno, te lo mereces”, dijo durante los 15 minutos de descanso Van Nistelrooy sobre el record que acababa de perder. Young volvió a botar una falta peligrosa pero escorada al filo del área. El balón volvió al de siempre, a Bastian Schweinsteiger, pero no pudo generar peligro a Schmeichel.

Mediada la segunda parte el partido adquirió un ritmo más plano, ambos equipos tocaban sin generar ningún tipo de peligro para los arcos contrarios. La nota distintiva en esta fase del partido la pusieron los aficionados de ambos conjuntos, que empezaron a intercambiarse cánticos. Los del United se lo tomaron con filosofía: “Van Gaal, estamos contigo, pero ataca” gritaban algunos centenares de los casi 3.000 visitantes que acudieron al King Power Stadium. Los cánticos no fueron correspondidos, el United no atacaba. De hecho estaba empezando a perder el equilibrio del partido. Al filo del minuto 70 Fuchs lanzó un centro muy peligroso desde la banda que a punto estuvo de encontrar varias cabezas. De milagro no fusilaron a De Gea.

Posteriormente, Ulloa se deshizo de varios jugadores del United y lanzó un portentoso disparo. Tan portentoso que el balón lo acabó cogiendo un chaval de la grada. Pero la intención es lo que cuenta. Minutos locos fueron los que rondaban el 80, pero de la confusión sacaba más provecho el Manchester que el Leicester. Young, Memphis (que había entrado por un Rooney sin ideas) y Mata combinaron bien una triangulación que el español desaprovechó con un disparo suave.

Eléctrico. Frenético. Ansioso, incluso. Tres palabras que encajan perfectamente en la definición de los últimos diez minutos del encuentro. Los zorros parecían cansados pero en defensa seguían muy correosos y no permitían la más mínima penetración entre líneas. Por las bandas la cosa era diferente y Memphis lo intentaba pese a que su buena fe no encontraba compañeros que remataran lo que él centraba. Drinkwater, poco antes del tiempo de descuento lo intentó desde lejos, pero la pelota iba demasiado blanda como para De Gea se descuidara.

El partido acabó con un centro de Darmian que Young remató por encima de la portería. Al final, tablas. “El que gane este partido saldrá como líder saldrá del King Power Stadium”, decía el comentarista de Sky Sports antes de empezar el encuentro. Desafortunadamente para Gary Neville, que le acompañaba hoy como analista, no ha sido el Manchester. Tampoco el Leicester, que tras una jornada en lo alto ve como este empate permite al Manchester City auparse al liderato de la Premier. En la sala de los periodistas locales no quedará más remedio que quitar la réplica de la copa.