El fútbol, para fortuna de todos los que disfrutan este deporte, no entiende de lógica. Mucho menos en un derbi. Como apertura de las acciones dominicales del fútbol tulipán, el GelreDome se preparaba para albergar uno de los compromisos más esperados de la temporada: De Gelderse Derby. Dos ciudades a menos de 20 kilómetros de distancia, se paralizarían para ver el encuentro que temporada tras temporada, cuando ambos se encuentran en la misma categoría, define al mejor equipo de Gelderland o Güeldres, como se traduce al español.

Como todo encuentro regionalista, y principalmente en Holanda, las alarmas de alto riesgo estaban encendidas. No es un secreto que cada vez que hinchas de Arnhem y Nimega se ven las caras en un estadio y en sus proximidades las cosas se tornan complicadas, pero al menos en esta ocasión no hubo nada de que lamentarse previo al arranque del partido. Toda la expectativa estaba dentro del engramado; el buen inicio de temporada de ambos equipos y la pelea por el sexto lugar de la clasificación hacían alucinar a los aficionados al buen fútbol.

No se llenó el estadio, algo llamativo para un derbi. Independientemente de ello, la afición presente hacía suficiente fuerza para apoyar a ambos equipos, puesto que desde Nimega la movilización no había sido discreta. El arranque del partido fue intenso y con muchos toques, propio del juego rápido y a primera intención de ambas escuadras.

Poco a poco el mediocampo local tendría una presencia de juego notable, anticipándose a los jugadores de Nimega que paulatinamente fueron moviendo sus líneas hacia atrás, propio del insaciable asedio del equipo geel en zwaart. Cuando habían 15 minutos en el cronómetro del estadio, todas las actividades se estaban desarrollando en la mitad de cancha protegida por el NEC, algo que no variaría sustancialmente a posterioridad.

El toque de primera intención y los desbordes infructuosos se convertían en la tónica del partido, que el Vitesse a pesar de dominar, encontraba a una línea de cuatro defensores con mucho criterio a la hora de realizar sus labores. No sería hasta una jugada a balón parado cuando los pupilos de Peter Bosz encontrarían la ocasión más peligrosa de la primera mitad con un peligroso cabezaso que buscaba el ángulo inferior izquierdo de la portería del NEC, pero que el guardameta Kirsten conseguía sacar en una espectacular atajada.

Variantes por izquierda, derecha y el centro presentaba el equipo local, que encontraba en sus tres delanteros puntos de desequilibrio para el trabajo de cobertura rival, el cual no sabía atinar con propiedad la labor de jugadores como Solanke o el ecuatoriano Ibarra. La superioridad del Vitesse era muy clara, pero no lograban plasmar la misma en el electrónico del estadio. Sin goles, llegaba la segunda mitad.

Entre desequilibrios y desatenciones

Seguían los locales siendo más durante los primeros instantes de la segunda mitad. El momento futbolístico del juego y la inestabilidad propia de los arranques de complementos serían factores que aprovecharía el Vitesse para, de una vez por todas, sacar el tan buscado y ansiado gol de la ventaja.

Luego de varios movimientos por ambos extremos del campo, llegaría un saque de banda por izquierda, el cual con dos toques desestabilizaba a la defensa y dejaba a Valeri Qazaishvili con una oportunidad evidente de marcar, lográndolo de gran manera tras un disparo bien pegado la poste izquierdo, donde iba a ser imposible para el portero alemán llegar. Estallaba la afición a los 49 minutos del partido.

Frustración era la sensación más adecuada para definir el momento del NEC, que a pesar de mostrar una defensa muy sólida ante los incensantes ataques rivales, permitió un gol que nació en un saque de banda. Sin mostrar muchas opciones en cuanto a generación de jugadas, el conjunto de Nimega siguió jugando en su propia mitad de campo ante el control absoluto de juego por parte del Vitesse, que en repetidas ocasiones llegó hasta el borde del área chica, pero sin mayor fortuna de cara a puerta.

Jugadas de toques rápidos permitieron contadas aproximaciones dentro del área chica por parte del equipo con la delantera en el marcador. Solanke logró arrimarse algunas veces, aparte de servir como distribuidor de pelota para Ibarra, Qazaishvili y Oliynyk en sus aventuras frente a Kirsten, teniendo inclusive una jugada dentro del área que solicitaban la pena máxima, aunque al revisar la jugada quedó en evidencia la inexistencia del mismo tras el clavado del dorsal '11' local.

El NEC estaba mostrando una muy pobre imagen en el encuentro más importante hasta el momento en la temporada. Sólamente llevaron verdadero peligro a la portería rival en un desborde por izquierda de Kane, que al centrar veía como Van der Werff despejaba con mucho dramatismo un balón que tenía a dos rematadores totalmente solos en el área.

Sin mayores sobresaltos, finalizó el encuentro. Un derbi que no cumplió las expectativas, principalmente por lo mostrado por el conjunto visitante, pero que de todas formas presentó el color de un encuentro con mucha tradición. Ahora, el Vitesse supera al NEC en la tabla de clasificaciones por un punto; una victoria redonda para pintar de negro y amarillo toda la región de Güeldres.