Una nube gris se situaba sobre el Liverpool en el St. Mary’s Stadium. Al menos eso parecía. No se había llegado al primer minuto de juego cuando una brillante combinación de los hombres de Ronald Koeman, noqueaban a los reds con una jugada que finalizaba Sadio Mané con un brillante cabezazo ante el que nada podía hacer el guardameta inglés Adam Bogdan.

En los primeros compases, Sadio Mané adelantaba a los locales con un gran cabezazo

El Liverpool aún no había salido del vestuario y se encontraba con una situación desfavorable ante la que no proponía solución. 20 minutos de aturdimiento, tan solo eso. El equipo dirigido por Jürgen Klopp se adueñó del balón y comenzó a combinar y a llevar el peso del partido. En una acción aislada en la Origi bajó a recibir el balón, se iniciaba una contra letal. El belga sacaba rápido el balón jugado para un Joe Allen que esperaba en campo contrario; el jugador galés servía el esférico a Daniel Sturridge que ya se relamía en el área rival. Tras un primer control fallido, conseguía revertir la situación y tras un leve caracoleo colocar el empate en el marcador con un excelente tiro cruzado. El delantero inglés volvía a bailar, y eso, siempre es buena noticia en los aledaños de Anfield Road.

Cuatro minutos de diferencia hubo hasta que llegó el segundo tanto red. Una brillante jugada entrelíneas de Emre Can, que lanzaba un soberbio pase con el exterior al hueco, sirvió al ‘15’ del Liverpool un caramelo, que de primeras hacía el tanto del desempate. Segundo gol de Sturridge en tan solo cuatro minutos.

Emre Can se ha convertido en el pilar indispensable sobre el que gira el equipo de Klopp; el turco-alemán llegó la temporada pasada cómo una de las futuras estrellas del fútbol alemán, pero la irregular campaña de su equipo, hizo que no pudiera brillar tanto como hubiese deseado. Klopp, ha llegado y ha llenado de confianza a su compatriota, que se ha convertido en un jugador clave para el equipo, disputando todos los partidos como líder de la medular.

Emre Can se ha erigido como una de las claves en el juego red

Antes de llegar al ecuador del partido, el Liverpool pondría tierra de por medio a la salida de un córner, en la que Alberto Moreno, recibía un balón suelto en la frontal del área y tras un fuerte disparo el balón entraba por tercera vez en la meta de Stekelenburg. El gol finalmente, sería concedido para Origi, que desvió en el último momento el esférico.

En la reanudación no se iba a ver otra cosa más que la confirmación del buen momento del Liverpool. Un equipo con confianza, cargado de ilusión, un equipo alegre contagiado por el carácter ganador de su entrenador.

El dominio del equipo de Merseyside era total y en el minuto 68, marcaría de nuevo Origi, con una espectacular definición en la que el balón tocaría el travesaño antes de llegar a gol. Llegaba el vendaval. Una serie de rápidas acciones y buenas combinaciones acabarían llevando el 1-5 al marcador. Jordon Ibe que había sustituido a Sturridge, firmaba un gran tanto, confirmando su gran estado de forma. Cuando el partido daba sus últimos coletazos, el belga Divock Origi se iba a dar un homenaje e iba a firmar su primer hat-trick como futbolista del Liverpool.

Origi anotó su primer hat-trick como jugador del Liverpool

Un brillante partido del Liverpool que realza la unión que existe actualmente en el vestuario. Un vestuario que sigue en crecimiento, el vestuario de un equipo feliz  y que todo lo que hace, es al son de la sonrisa de Jürgen Klopp, el hombre encargado de revertir la situación crítica en la que se encontraba la entidad inglesa el pasado mes de octubre. El Liverpool vuelve a parecer imparable.