Hoy se enfrentaban en el King Power Stadium los dos equipos más antagónicos respecto a sus temporadas pasadas. El Leicester, quien apenas unos meses luchaba por mantener la categoría, mantiene su liderato al frente de la Premier League tras su victoria de esta noche ante los actuales campeones, que se sitúan a un solo punto del descenso. 

Otra vez Vardy

Los de Claudio Ranieri comenzaron el encuentro sin complejos. Con desparpajo. Desde el primer minuto, sus jugadores mostraban su soltura y ambición con un caño de Mahrez a Eden Hazard, que culminó con disparo del argelino. Tanto los locales, que basaban su juego en la intensidad, como los visitantes, quienes apelaban a los contragolpes, dejaban ver síntomas de temor a ser los primeros en encajar gol y empezar por detrás en el marcador en un partido tan crucial. 

La intensidad de los zorros de Inglaterra contagiaba a la afición, quien hacía rugir al King Power Stadium en los primeros compases del choque. Sin embargo, el buen inicio del Leicester se vio empañado por la grave lesión de Drinkwater, quien tuvo que abandonar el terreno de juego al cuerto de hora del comienzo.

Entonces, por momentos, parecía que el partido se nivelaba, pero el gran marcaje de los dos centrales locales a Costa y las internadas por la banda de Mahrez impedían un juego cómodo de los de Mourinho. Se tuvo que esperar 25 minutos para ver la primera posesión larga y elaborada del conjunto londinense, que buscaba poner en apuros a Schmeichel con conexiones entre William y Hazard, pero sin éxito. 

Ambos equipos se empleaban con dureza, y cada balón dividido era una batalla. Esto causó que a la tempranera lesión muscular de Drinkwater, se sumó la de la estrella belga del Chelsea, Eden Hazard, quien fue sustituido por Pedro, al golpearse la cadera tras una entrada de Vardy. Probablemente, esto causó el desconcierto suficiente en los blues, para que la pareja del año en la Premier League, sacara su talento. La conexión local de Riyad Mahrez, quien colocó un centro milimétrico al desmarque del máximo goleador de la competición, Jamie Vardy, adelantaba a los suyos en el marcador

Los pupilos de José Mourinho se vieron obligados a buscar una reacción. Sin Hazard, era William quien asumía los galones ofensivos de la escuadra londinense, que trataba de asociarse con Pedro y Diego Costa. Sin embargo, la posesión era estéril e inofensiva. El Chelsea abusaba del juego horizontal ante su incapacidad de avanzar a través del entramado defensivo trazado por Ranieri. 

Mahrez cierra la buena actuación

La segunda mitad comenzó igual de frenética e intensa que la primera. El empuje inicial del Leicester City en el primer tiempo se vio repetido. Un conjunto local más concentrado en el partido conseguía, con extrema facilidad, llegar al área de Courtois con jugadas rápidas y balones largos a la espalda de la defensa. Fue entonces cuando apareció el crack argelino, Riyad Mahrez, que bailó literalmente a Azpilicueta. El extremo se movía por el área rival a su antojo sin separar el balón de su guante que tiene en el pie. La obra de arte fue culminada con un disparo con giro de tobillo que se colaba en la portería del portero belga del Chelsea y que provocaba la euforia en las gradas del King Power Stadium. 

La mala fortuna evitaba que el Chelsea recortara distancias

Ante la inactividad de sus atacantes, el técnico luso, José Mourinho, movió ficha. Su equipo pasaba a jugar con tres defensas y dio entrada a Cesc Fàbregas en busca de crear más juego en campo del Leicester. Con el catalán en el césped, los de Londres mejoraron su juego y, por minutos, acosaron a su rival. El propio internacional con España y Diego Costa cabeceaban dos centros de William, para que el Chelsea comenzara a carburar. Tras ello, tanto Pedro, como Ivanovic un minuto después, erraron dos ocasiones en las que era más fácil meter gol que no hacerlo. Al tinerfeño se le quedó atrás un control en el área pequeña y el serbio remataba mal sobre la mismísima línea de gol. 

Fueron los mejores minutos de los blues, que buscaban la portería de  Kasper Schmeichel con mucha más ambición que en los primeros cuarenta y cinco minutos. Tanta insistencia, tuvo su recompensa. El Leicester empezaba a pagar caro el esfuerzo realizado en defensa. A menos de un cuarto de hora para el pitido final, Pedro se sacó de la chistera un centro dirigido a la cabeza de Loïc Remy, que no falló delante del guardameta local. 

Los minutos del partido fueron de descontrol. De esos que puede declinar la balanza para cualquier lado. Quizás, los locales pagaron en demasía la sustitución del inspirado Mahrez. El Chelsea apretaba. Buscaba desesperadamente un punto que tampoco es que le sirviera dada su situación actual. Remy desaprovechaba una oportunidad caída del cielo para poner el empate y, en la jugada siguiente, Albrighton ajustaba un disparo lejano al palo que se marchaba fuera.

Los cinco minutos de añadido que descontó el colegiado, Mark Clattenburg, solo consiguieron que los locales durmieran el ímpetu blue en el tramo final. Con este resultado, el Leicester City mantiene el liderato de la Barclays Premier League con 35 puntos, mientras el Chelsea entra en una situación verdaderamente crítica. Esta derrota les sitúa a tan solo un punto de los puestos de descenso. Las semanas pasan y los de Mou siguen sin despertar. Con la lucha por el título distanciada a veinte puntos, los londinenses entran en una pelea por la permanencia cada vez más real. Se sigue esperando la normalidad. Se sigue esperando que los de Ranieri pierdan fuelle y que los vigentes campeones remonten el vuelo. Pero esto no es septiembre. A tres jornadas del ecuador del campeonato, el Chelsea vive su jornada más crítica antes de recibir en Stamford Bridge al Sunderland.

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Sobre el autor
Javier Alonso
Deporte y música en vena. Violinista, Periodismo y jugador de fútbol sala. Enamorado del ciclismo.