Como cualquiera diría, necesitan los tres puntos como el 'comer'. Comienzan las finales en la Premier League, aunque uno de los dos, tiene su objetivo muy complicado. Ese equipo es el Aston Villa, quien es un quiero y no puedo. Con la llegada de Rémi Garde al banquillo villano se confiaba en la salvación tras un desastroso inicio, pero con el galo no se ha mejorado prácticamente nada. Muchos dan por hecho el descenso a la Championship de los de Birmingham, donde quizás podrían encontrarse con sus vecinos de azul. El Everton, en su otro mundo. Con 'Bob' Martínez crticado por la irregularidad del equipo, ganando en el Villa Park se situaría a seis puntos del Manchester United, quien marca lospuestos de Europa League. Esto, sin tener en cuenta el partido restante, aplazo como consecuencia de la Capital One del pasado domingo. 

Unos villanos al borde del abismo

La mala campaña del Aston Villa se prolonga. Ya no es un sueño, sino una pesadilla que va a más y no parece acabar. Ocho puntos son la distancia entre los de Garde y el Norwich y el Newcastle, estos últimos con un partido menos, por lo que la distancia podría alargarse a once. Una victoria de 'las hurracas' dejaría casi sentenciado al Villa. 

Sin embargo, hay razones para creer. La temporada pasada el Leicester se encontraba en una situación similar. Consiguió salvarse, y en la presente temporada, lidera la Premier. Paradojas de la vida. Por tanto, los aficionados villanos se aferran a dicho milagro. 

Los toffees creen en Europa

El Everton, tras la derrota ante el West Brom, y no poder disputar la jornada 27 por la celebración de la Capital One, buscará reencontrarse con la victoria. Los tres puntos le reelanzarían en su lucha por meterse en Europa, algo que parece muy difícil. La irregularidad está penalizando al cuadro de 'Bob' Martínez, quien en la presente campaña ha recibido duras críticas. Incluso estuvo durante unas jornadas 'coqueteando' con los puestos de descenso, pero la buena racha que encadenó en el mes de noviembre le catapultó hacia arriba

La remontada para alcanzar puestos europeos se antoja complicada, añadiendole el buen momento en el que entra el Manchester United de Van Gaal -y de Rashford-, y el West Ham de Bilic, Payet y compañía, con una temporada para enmarcar. 

Bloque sin ideas - bloque sólido

Las diferencias entre unos y otros está bien clara. Mientras Rémi Garde sigue sin dar la clave y encontrar su once tipo, Roberto Martínez ha conseguido, una temporada más, formar un bloque más que fiable. 

Los villanos destacan por su falta de ideas en la elaboración del juego, sin existir conexión entre los de arriba y los de abajo. Jordan Ayew, máximo artillero del equipo con cinco goles, Carles Gil y Agbonlahor -titular en los últimos encuentros, aunque se le ve pasado de peso- es el tridente en el que está cofiando últimamente Garde, sin mucho éxito. La defensa, quizás lo más flojo del equipo, no da seguridad. Richards, Lescott y Cissokho no se encuentran en muy buena forma. Y esto, añadiéndole al debate en la portería de Guzan o Bunn, ambos en mal momento, crean de un Aston Villa un polvorín. 

Los toffees en su caso forman un gran bloque a nivel ofensivo, siendo así el cuarto equipo máximo goleador de la Premier, con 46 dianas. En parte se debe a Romelu Lukaku, en cabeza con 16 goles. Le sigue Ross Barkley, con ocho. Además Koné y Deulofeu brillan en la presente temporada. Pero una grata sorpresa ha sido el fichaje Funes Mori, el central argentino, quien forma junto a Stones una gran defensa. 

Posibles alineaciones

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