Tras dos derrotas seguidas en Bundesliga el Bayer Leverkusen llegaba al partido con un once plagado de novedades debido a las múltiples bajas con las que contaba el equipo de Roger Schmidt mientras que el Werder Bremen, con un ya asentado Claudio Pizarro en el frente de ataque buscaría la victoria para tratar de salir de la zona baja de la tabla en la que lleva inmerso desde hace demasiadas semanas.

Gol y a defenderse

Solamente habían transcurrido cinco minutos de juego, cuando en un tiro libre a favor de los visitantes Fin Bartels remataba un balón suelto en el primer palo y lograba que su equipo se adelantara en el marcador contra todo pronóstico y ante la cara de estupefacción de sus rivales.

A partir de aquí un monólogo con balón del Leverkusen que no lograba concretar ni una sola ocasión clara de gol. El Bremen, replegado y muy bien organizado, tejía una telaraña de jugadores cerca de su área que los hombres de Schmidt eran incapaces de deshacer. Por más que lo intentaban, por banda derecha sobremanera, siempre aparecía un jugador verdiblanco más y lograba sacar la pelota, montando contragolpes que casi siempre morían antes de legar a la meta rival. La ocasión más clara de la primera mitad la tendría Hilbert cuando su remate de volea golpeaba en el lateral de la red.

Los jugadores del Leverkusen ante el 0-1. | Fuente: kicker.de
Los jugadores del Leverkusen ante el 0-1. | Fuente: kicker.de

Efectividad Pizarro

Si en la primera parte había sido la telaraña defensiva del Werder Bremen la que había brillado por encima del resto, en este segundo periodo solamente existiría un nombre sobre el terreno de juego: el del peruano Claudio Pizarro.

El Leverkusen esta vez sí saltaba enchufado al terreno de juego y lograba justo tras la reanudación sus mejores oportunidades de gol. Primero era Wendell, de volea, el que probaba al portero rival, sin demasiada fortuna puesto que el remate le salía a las manos, y poco después Chicharito Hernández recibía un buen pase, y su disparo raso y cruzado era también detenido por Wiedwald. No pintaba mal el inicio de los locales, a los que se les quedaría el cuerpo helado con lo que llegaría poco después.

Kramer se despistaba al recibir un balón en la mitad de su campo y Pizarro, muy atento, se lo robaba e iniciaba una carrera hacia la portería rival. La salida de Leno sería inútil frente al magistral toque del delantero, que alojaba el balón cerca del poste y ponía el segundo en el marcador. El Bremen contaba sus ocasiones por goles y dejaba al Leverkusen muy tocado cuando más cerca comenzaban a ver el empate. Y lo que quedaba por llegar.

Pizarro anota el 0-2. | Fuente: kicker.de
Pizarro anota el 0-2. | Fuente: kicker.de

Tan solo diez minutos más tarde Wendell cometía penalti y de nuevo el peruano ampliaría ventaja. Su disparo, con la confianza y la seguridad que da la experiencia, ponía el balón a la cepa del poste convirtiéndolo en imposible para el portero rival. La ventaja ya se antojaba inalcanzable para los locales, que vieron un atisbo de luz cuando Djilobodji, en un intento de cesión a su guardameta se marcaba gol en propia. Solo sería un espejismo.

Lo que quedaba de partido sería un calco de la primera mitad. Jugada tras jugada el balón moría en tierra de nadie. Ninguno de los dos equipos era capaz de inquietar la portería rival, con la diferencia de que ahora los visitantes estaban con dos goles de ventaja. Dos goles que se convertirían en tres con el cuatro a uno que llegaría poco antes del final. Un gran córner botado por Junuzovic era rematado por Pizarro en el primer palo sin que ningún jugador del Bayer pudiera evitarlo. El peruano lograba su hat-trick y el Werder Bremen era una fiesta; pocas veces se había logrado tanto con tan poco: una goleada que los acerca a la salvación y que sumerge en el inicio de una crisis a los de Schmidt prolongando su mala racha.