Tanto va el cántaro a la fuente, que finalmente se rompe. Y eso es lo que ha ocurrido en el DSG Park, después de que Pappa lograra el gol de la victoria a escasos minutos del final. Los Rapids fueron superiores a su rival durante la gran mayoría del encuentro, y sólo la falta de puntería de sus delanteros les evitó una goleada a su rival. Los Angeles Galaxy se vieron superados en todo momento, y a punto estuvieron de arañar un punto, después de haber realizado un muy mal partido.

Máxima igualdad

En el inicio del encuentro fueron los Colorado Rapids los que se demostraron más activos y peligrosos en el ataque. Durante estos instantes tuvieron encerrados a su rival en campo propio, sin apenas dejarle ocasiones de salir ni tan si quiera a la contra.

Pero el paso de los minutos no hizo otra cosa que demostrar que los locales tenían una idea de juego clara, y que en ella estaba implícito el no dejar jugar a su rival, realizando una presión muy intensa en el centro del campo, para así poder provocar errores. Mientras que en ataque su concepto era el de una continua circulación de balón de un carril a otro, hasta poder crear un espacio por el que llegar a portería.

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Mediada la primera parte, el Galaxy logró zafarse de la presión a la que estaba siendo sometida por su rival, pero la falta de ideas en ataque hizo que no lograran obtener ninguna ocasión manifiesta de gol. Hasta que en el minuto 30, en una acción aislada, estuvieron a punto de adelantarse en el marcador. Jelle Van Damme apareció en el segundo palo para rematar un saque de falta, pero el balón se estrelló en el larguero.

Esta ocasión pareció despertar de su letargo a la franquicia californiana, que desde ese momento se convirtió en el claro dominador del encuentro. Lograron mantener a su rival encerrado en su campo propio, sin apenas tener opciones de salir al contraataque. En este período los angelinos contaron con algún que otro acercamiento sobre la meta de su rival.

Pero el marcador no se movería y el árbitro señaló el camino de los vestuarios, en un partido en el que ambos equipos tuvieron períodos de dominio sobre su rival.

Por los pelos

La segunda parte tuvo un comienzo muy similar a la primera, en donde los locales eran el equipo que llevaba el peso del encuentro. Pero la falta de profundidad y ese último pase que dejara al delantero en clara posibilidad de anotar, hacía que este encuentro continuara con el empate a cero inicial. Cerca de la hora de partido se produjo la ocasión más clara del encuentro, en donde Badji superó a los centrales angelinos en velocidad y su disparo se marchó ligeramente alejado del palo.

Los dos entrenadores realizaron sus primeros cambios (ambos otensivos), con los que buscaban ese gol, que viendo como estaba el encuentro, podría ser definitivo. La entrada de Marco Pappa para los Rapids fue la mejor incorporación al terreno de juego, ya que logró dotar a su equipo de la profundidad necesaria en las acciones ofensivas.

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El conjunto californiano se encontraba completamente fuera del partido, no se estaba viendo en ningún momento un juego de equipo y cada jugador trataba de buscar acciones individuales para declinar la balanza a su favor. Pero ante este desconcierto angelino, surgió la figura de Brian Rowe. El portero se estaba convirtiendo sorprendentemente en el mejor jugador de su equipo, después de sacar dos balones casi imposibles a Ghasi, que estaba siendo un puñal por la banda derecha.

En los minutos finales, el conjunto local buscó anotar el gol que les diera la recompensa al buen partido que habían realizado,  y finalmente lo consiguieron en la figura de uno de sus incorporaciones, Marco Pappa. El jugador guatemalteco se aprovechó de un mal despeje de la defensa rival para enganchar una volea que daba la victoria a su equipo en el último minuto.