"¿Cómo me definiría? Pues no sé. Posiblemente diría que soy lo máximo, con X mayúscula". Así se definía a sí mismo Paul Gascoigne, uno de los jugadores británicos más carismáticos de la historia. Un jugador que, como él mismo decía, "hacía lo que quería, cuando quería y como quería", lo que le conllevó numerosos problemas extradeportivos con la policía, el alcohol y las drogas. Con un carácter único, no desarrolló todo su potencial por "no cuidar su cuerpo para la élite", como reconoce en su biografía, y su mala conducta fuera de los terrenos de juego. Futbolísticamente, fue incluso catalogado como "el inglés menos inglés" debido a su estilo de juego, ya que era atrevido, pícaro y no era nada calculador. Era, por así decirlo, un genio incomprendido.

De una familia trabajadora de la clase baja, Gascoigne vivió una infancia muy complicada que estuvo marcada por la muerte de un amigo de la que fue testigo y el fallecimiento de su padre por una hemorragia cerebral. No obstante, fichó por el Newcastle United a los 13 años de edad y en pocos años despuntó con las 'urracas' de St. James' Park. A punto de fichar por el Manchester United, el joven inglés renunció a Old Trafford para marcharse al Tottenham, dado que los londinenses le prometieron un hogar para toda su familia. No ficharlo fue una de las mayores decepciones en la carrera de Sir Alex Ferguson, como el propio técnico confesó años más tarde.

En Londres siguió demostrando su talento natural para este deporte, pero comenzaba ya a tener problemas con la autoridad. Años más tarde emprendería un viaje a Italia para probar suerte con la Lazio, aunque su paso por Roma estuvo marcado por las lesiones y a los tres años volvería a Gran Bretaña. En 1994, Gascoigne ficha por el Glasgow Rangers, donde se convertiría en ídolo de la afición con una polémica celebración en el derbi ante el Celtic por la que recibió amenazas de muerte desde la afición rival. Finalmente, además de su aventura en Hong Kong, acabó su carrera pasando por Middlesbrough, Everton, Burnley y Boston United.

Gascoigne en el partido de la EURO'96 que le enfrentó a España en cuartos | Foto: The Mirror
Gascoigne en el partido de la EURO'96 que le enfrentó a España en cuartos de final | Foto: The Mirror

Gazza, como fue apodado en las islas británicas, vistió los colores de la selección inglesa en 57 partidos, anotando diez goles para su país. Debutó en septiembre de 1988 a las órdenes de Sir Bobby Robson, en un partido amistoso contra Dinamarca. El único mundial que Gascoigne disputó fue la Copa Mundial en Italia de 1990, donde jugó todos los partidos de la fase de grupos desempeñando un importante papel. El combinado inglés llegó hasta las semifinales del torneo, donde cayó eliminado en la tanda de penaltis.

El gol a Escocia en la EURO '96

El 8 de junio de 1996 comenzaba la Eurocopa que tendría a Inglaterra como anfitriona. Tras haberse quedado fuera del Mundial de Estados Unidos en 1994, la selección de los tres leones debía reivindicarse ante su afición con un buen torneo continental. Pero el inicio no fue el esperado. A pesar de ir ganando desde bien temprano, Suiza empató el marcador con un penalti a falta de cinco minutos para concluir el encuentro. Por tanto, inagurando la competición con un empate, el siguiente partido ante Escocia se antojaba decisivo para las aspiraciones locales.

Una semana más tarde, los dos representantes de Gran Bretaña se disputaban el valioso premio de seguir con vida en el torneo. Después de una primera mitad descafeinada, Alan Shearer adelantaba a los suyos comenzando la segunda parte. No obstante, Escocia no daba su brazo a torcer y gozaría de un penalti a falta de menos de quince minutos para finalizar el encuentro. Los fantasmas de la primera jornada ante Suiza sobrevolaron las gradas de Wembley, pero fue entonces cuando apareció el portero local, David Seaman, para detener el fuerte disparo del capitán escocés, Gary McAllister.

Paul Gascoigne en el momento del golpeo de su gol ante Escocia | Foto: Daily Mail
Paul Gascoigne en el momento del golpeo de su gol ante Escocia | Foto: Daily Mail

Con la afición celebrando aún que Escocia desperdiciara la pena máxima, el mismo Seaman sacó en largo, y el balón cayó en los pies de Darren Anderton, quien dio un genial pase de volea a Gascoigne. Este, de forma espectacular, le hizo un sombrero sublime al defensa Colin Harren y, sin dejar que el esférico cayera al suelo, ejecutó con la pierna derecha un disparo fuerte por bajo batiendo a Goram. Sin duda, el mejor gol de Paul Gascoigne, que convirtió aquel momento en memorable haciendo rugir las gargantas de los leones del mítico estadio londinense. Finalmente, la selección inglesa avanzaría hasta las semifinales, ronda en la que caería en los penaltis contra Alemania, que a la postre se proclamaría campeón de la EURO'96.

La celebración de la 'dentist chair'

Tras ese mismo tanto anotado, el centrocampista inglés decidió celebralo con lo que se conoce como la 'dentist chair' (silla del dentista en español). Varios jugadores de la escuadra inglesa, en concreto Steve McManaman, Alan Shearer, Jamie Redknapp y el propio Paul Gascoigne, simularon encontrarse en una sala de un dentista en reivindicación contra la dura y crítica prensa inglesa.

La celebración consistía en que uno se tumbara en el césped mientras los demás le tiraban agua en la cara como si estuviera en una cita con un odontólogo. La polémica vino cuando fueron cazados haciendo la celebración en un entrenamiento tras el decepcionante empate contra Suiza. Llovieron críticas sobre los jugadores a quienes se les puso en duda su compromiso con la selección nacional. Inmediatamente, la prensa fue vetada de los entrenamientos de 'Los Tres Leones' para evitar otras situaciones que desestabilizaran al equipo.

La celebración de la 'Dentist Chair' | Fuente: The Mirror
La celebración de la 'Dentist Chair' | Foto: The Mirror

No hubo mejor manera de responder a los ataques del periodismo inglés que con el gol que anotó Gascoigne a Escocia. Inglaterra había dado la cara, seguía viva y él había sido el artífice del gol. El momento ideal para una reivindicación de ese tipo. Ese mismo 15 de junio, los jugadores repitieron una celebración que cualquier integrante de la plantilla recuerda con una sonrisa, como demostraron años más tarde en un documental para la BBC. Los repentinos ataques desde el exterior sirvieron para unir más al equipo, que se conjuró y obtuvo el mejor resultado de Inglaterra en una Eurocopa.

En definitiva, ese número '8' es uno de los futbolistas más talentosos y polémicos que ha dado Inglaterra. Un jugador que compaginó la gloria y el éxito con el infierno. Paul Gascoigne, un ídolo de masas que se fue apagando poco a poco por motivos extradeportivos y que no culpa a nadie de sus desgracias. Solo a sí mismo.

Vídeo del gol y su posterior celebración