El seleccionador inglés, Roy Hodgson, decidió prescindir del ariete que persigue el Arsenal, el del flamante campeón de la última Premier League, Jamie Vardy. Es por ello que Inglaterra optó por un 4-2-3-1 con un único punta, el pichichi de la competición local, Harry Kane.

En Rusia las bajas de Dzagoev y Denisov mermaron el rendimiento de los pupilos de Leonid Slutski. En su sitio entraron Golovin y Neustadter, quién había jugado con las inferiores de Alemania pero se acabó decantando por la selección rusa.

Lallana entra en juego

El centrocampista del Liverpool se mostró muy participativo en la primera mitad del encuentro. Por sus botas pasaron la mayoría de jugadas ofensivas de los ingleses, pero su rendimiento fue claramente de más a menos.

Lallana fue de los mejores para Inglaterra | Foto: Mirror
Lallana fue de los mejores para Inglaterra | Foto: Mirror

En los primeros 45 minutos generó multitud de espacios para las incursiones de Kyle Walker, además de tener las más peligrosas del combinado inglés. Primeramente con un disparo que rechazó Akinfeev con los puños, y más tarde con un remate cruzado que se fue muy cerca del poste.

En cambio, en la segunda parte se apagó el rendimiento del mediocampista red e Inglaterra lo sufrió cediendo el dominio del encuentro a Rusia. Fue en esos minutos cuando los ingleses peor lo pasaron, pero por fortuna para ellos apareció el gol de Dier.

Sin rematadores

Ni Harry Kane ni Artem Dzyuba mostraron todo el potencial que atesoran. El delantero del Tottenham estuvo fallón durante toda la noche, y pese a luchar con Berezutski e Ignasievich en numerosas ocasiones no pudo superar a los lentos zagueros rusos en ninguna de ellas.  Es más, Hodgson decidió mantenerlo durante todo el encuentro, pero el ariete inglés no tuvo ninguna ocasión en los 90 minutos.

Harry Kane no atinó en todo el partido | Foto: Sports Yahoo
Harry Kane no atinó en todo el partido | Foto: Sports Yahoo

El punta del Zenit, que venía de una gran temporada, especialmente en Champions League, donde demostró ser un delantero de muy alto nivel, tampoco estuvo acertado en el partido frente a los ingleses. Pese a sus continuos choques contra Smalling y Cahill, en ningún momento se encontró cómodo, y de la misma manera que pasó con el delantero inglés, Dzyuba tampoco gozó de ninguna oportunidad de gol.

El resultado de la inoperancia ofensiva de las referencias atacantes de sendos conjuntos fue un partido con pocas oportunidades. Por bando inglés, las ocasiones las tuvieron que poner los hombres de segunda línea como Rooney o Lallana, mientras que los rusos no gozaron prácticamente de acercamientos, pero cuando lo hicieron les sirvió para empatar el encuentro con un testarazo en las postrimerías del partido.

La selección se “Tottenhamiza”

Roy Hodgson apostó por copiar gran parte del esquema que utiliza Mauricio Pochettino para su Tottenham, y decidió alinear a cinco jugadores del conjunto del norte de Londres. En concreto fueron dos defensas (Walker y Rose), dos centrocampistas (Dele Alli y Dier), y el delantero centro (Harry Kane).

La apuesta pareció salirle bien cuando Eric Dier abrío el marcador pasado el ecuador de la segunda mitad. Su disparo en un lanzamiento de falta directo fue demasiado potente para que Igor Akinfeev pudiera tener la opción de rechazarlo. La nota más negativa fue la falta de conexión entre Dele Alli y Harry Kane, que no estuvieron al nivel que han mostrado en muchos partidos de la pasada Premier League.

La falta directa de Dier adelantó a los ingleses | Foto: La Vanguardia
La falta directa de Dier adelantó a los ingleses | Foto: La Vanguardia

Cuando el encuentro estaba a punto de morir, apareció el error decisivo. Precisamente fue un jugador del Tottenham, Danny Rose, quién no pudo ganar el duelo aéreo frente al poderoso Berezutski. El central ruso se impuso con claridad en la disputa y batió a Joe Hart con un cabezazo que pasó por encima del portero inglés.

El rendimiento de la selección inglesa fue claramente de más a menos, diluyéndose por completo en muchos tramos de la segunda mitad. Las fuerzas no les permitieron matar el partido, y probablemente las decisiones de Hodgson fueron equivocadas: dio entrada a Milner y Wilshere para intentar guardar el resultado, cuando probablemente debió sacar a Vardy para matar el partido en una contra, y acabó pecando de conformista.

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