Si uno mirase hacia atrás en los inicios de la profesionalización y masificación del fútbol para entender escuelas y estilos hermosos, románticos y a la vez complejos de ejecutar en el campo de juego, siempre habría que empezar por estudiar la escuela del danubio que comenzó con ese maravilloso Wunderteam de Hugo Meisl en la década de los 30 y que fue consolidado por Gusztáv Sebes en la selección húngara de los 50, a ellos se les debe en gran medida la revolución y evolución que Rinus Michels, Johan Cruyff y Pep Guardiola ejecutaron en tiempos más recientes. Por eso el triunfo en Bordeaux de la selección húngara alegró a más de un aficionado nostálgico que recordó con cariño épocas antiguas del equipo magiar.

Cuatro décadas y seís años de ausencia en la Euro

Y es que los húngaros llevaban bastante tiempo sin aparecer en una edición final de Eurocopa, ya que desde 1972 no se clasificaban al torneo más importante de selecciones del viejo continente. En aquella edición donde sólo accedían 4 selecciones a la ronda final incluyendo al anfitrión, en este caso Bélgica, que también tenía que jugar fase previa, Hungría ganó su grupo en esta fase al imponerse sobre las selecciones de Bulgaria, Francia y Noruega. Después de esta fase el sorteo la emparejó con Rumanía con la que empató 2-2 en Bucarest y 1-1 en Budapest por lo que se tuvo que ir a un desempate en cancha neutral, el cual fue el estadio del Partizan de Belgrado en la antigua Yugoslavia, donde ganó por 2-1 y así pudo ir a la edición en Bélgica.

Ya en suelo belga, a los húngaros les tocó una de las grandes selecciones de la época, la URSS, con la que se enfrentó en un reñido partido en el Parc Astrid de Bruselas cayendo derrotada por 1-0 con gol de Konkow. Le tocaría jugar el tercer puesto contra la anfitriona Bélgica, que fue eliminada por la campeona de esa edición Alemania Federal, perdiendo en el Sclessin Stadium por 2-1, y siendo el gran Lajos Kű de penal el último jugador húngaro en anotar en una edición de Eurocopa.

Desde aquel gol pasaron 16.068 días para que Szalai rompiera los fantasmas en el Estadio Matmut Atlantique y volviese a anotar en la Eurocopa, para mayor mística el actual delantero del Hannover llevaba 20 meses sin anotar desde que lo hiciese en el Hoffenheim, por lo que no sólo ayudó a una gesta colectiva sino que logró una gesta personal. Sumado a que en 1972 ningún jugador de los convocados por Bernd Storck, ni siquiera el veterano Király, habían nacido, por lo que esta selección seguramente estará en los libros de historia del fútbol húngaro pase lo que pase en el resto del torneo.

Volver a ganar después de medio siglo

Si a lo anterior le sumamos que Hungría no ganaba desde aquella Eurocopa de 1964, el resultado de Bordeaux es aún más notorio. Hay que recordar que esta selección húngara ya se encontraba en pleno proceso de recambios, pues Puskas, Sczibor, Hindenkguti y Kocsis habían salido del bloque comunista para dedicarse al fútbol en la España franquista principalmente. Sus nuevas figuras eran István Nagy, László Sárosi, Ferenc Sipos y Ferenc Bene.

En la clasificación a este torneo, que comenzó en 1962, Hungría comenzó derrotando a Gales por 3-1 en el Népstadion de Budapest para luego empatar en el Ninian Park por 1-1 y así avanzar a los octavos de final, donde le tocaría jugar contra la impredecible Alemania Oriental. En el partido de ida en el Walter-Ulbricht-Stadion de Berlín, los magiares lograron sacar ventaja con un gol en los últimos minutos de Rakosi que supuso el 1-2, con el cual el partido de vuelta en Budapest iba a ser más fácil, pero los teutones dieron una reñida competencia y en un 3-3 definitivo pudieron pasar a la ronda de cuartos de final.

En cuartos de final iban a enfrentarse a una Francia que ya había dejado atrás la generación de Fontaine, Genghini y Kopa, pero que tenía buenos jugadores como Combin, Lucien Muller (después técnico del Barcelona y Real Madrid) y Herbin. Los magiares volvieronn a marcar la diferencia con un contundente 1-3 en Colombes para sentenciar la eliminatoria en Budapest con un 2-1. Ya en la semifinal esperaba España.

A pesar de que España tenía un gran equipo formado con jugadores del futuro Madrid yeyé como Zoco y Amancio, de jugadores del Barcelona de Helenio Herrera como Olivella, Fusté y Luís Suárez, el partido disputado en el Bernabéu fue sumamente reñido y a pesar de que Chus Pereda adelantó a los locales, Bene faltando 6 minutos mandaba el partido a prórroga, donde Amancio se vestiría de héroe para que España avanzara a la final que ganaría ante la URSS. Por su parte, Hungría en el partido por el tercer puesto derrotaría a Dinamarca por 3-1 en un partido memorable que tuvo alargue disputado en el Camp Nou, donde hubo un claro apoyo a los magiares debido a que Sczibor, Kocsis y el gran Kubala, todos ellos húngaros, habían maravillado y hecho grande al Barcelona.

Muchos años después, tras el paso de numerosas generaciones, Hungría volvió a ganar un partido de la Eurocopa tras derrotar a Austria 0-2.

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