Cerramos otro capítulo de fútbol veraniego de selecciones y lo hacemos con las manos en la cabeza. El gol de Éder para darle la Eurocopa a Portugal nos hizo ponerlas ahí y ahí es dónde se han quedado. La última jornada de competición, la final, dejó una de las sorpresas más inquietantes del mes. 

Así pues, sin salir de nuestro asombro, los expertos de VAVEL se han puesto manos a la obra para determinar quién hizo méritos suficientes como para aparecer en el once ideal del torneo. 

Fernando Santos (Portugal)

El encargado de llevar a la selección de Portugal a lograr su primer título en la historia. Fernando Santos tuvo dos momentos de clarividencia y uno que casi le cuesta el título. Su primera gran decisión llega tras la fase de grupos en la que el combinado luso lo pasa realmente mal para acceder a los octavos de final de la competición. De hecho, se clasifica tercero. Viendo cómo venía Croacia, Santos renuncia al toque y apuesta por un fútbol más agresivo, defensivo y lento. Sitúa a William Carvalho en el centro del campo y le da el mando. Que el equipo juegue a su ritmo. Y, como si fuera un conjunto que pesara mucho, Portugal se planta en la final paso a paso, gol a gol (en singular). La mala elección llega al plantear la final. Los primeros veinte minutos, con Carvalho solo en el centro del campo, son para que Francia hubiese goleado. Como no lo hizo y Cristiano se lesionó, Santos tuvo que replantear el encuentro y ahí acertó. Su segundo gran momento es en la final. Ya en la prórroga, el seleccionador portugués decide quitar a Renato Sanches y dar entrada a Éder, un futbolista de esos que nunca ha acabado de arrancar. El resto del cuento es historia. 

Rui Patrício (Portugal)

Su final describe lo que ha sido un torneo prácticamente impecable. El guardameta portugués tuvo en sus manos la Eurocopa y, en ningún momento, hizo ademán alguna de querer soltarla. Mostrándose seguro desde el inicio de la competición, el cambio táctico de Portugal que propició la victoria ante Croacia le facilitó la vida. Que los lusos pasaran de ser un equipo alegre, e incluso vistoso, a enrocarse atrás y no dejar correr ni el aire en su zona defensiva dificultó enormemente la tarea de los delanteros rivales y eso, a su vez, provocó que Rui Patrício acabara con una confianza impropia de sus posibilidades reales. El nuevo campeón de Europa nos hizo creer que era alguien diferente a quién ha demostrado ser durante toda su carrera.

Kimmich (Alemania)

Decir que su posición natural es la de centrocampista y que tiene 21 años deberían ser motivos más que suficientes como para justificar su elección. Pero es que además lo bordó. El alemán, que esta temporada ya actuó en defensa con el Bayern de Múnich ante la precaria situación de la retaguardia de, en ese momento, Guardiola, cumplió con nota su desplazamiento a la banda derecha. Empezó el torneo siendo suplente de Höwedes y lo acabó en el once ideal de VAVEL. A su exquisito toque de balón sumó subidas por la banda en el momento preciso, un ejercicio defensivo notable y, por encima de todo, una madurez impropia de alguien que acaba de comenzar su carrera futbolística. El máster al lado de Guardiola le ha servido y mucho.

Pepe (Portugal)

Uno de los nombres de la Eurocopa de Francia 2016. Así, sin más. Qué competición la suya. Y eso que se perdió las semifinales por lesión. Su torneo, como el de su selección, fue claramente de menos a más. Pero es que cuando a Képler Laverán 'Pepe' le da por solo jugar al fútbol, demuestra que es uno de los mejores defensores del mundo. Anticipación, superioridad aérea, contundencia, corrección y hasta elegancia. Si Portugal eliminó a Polonia fue porque a este futbolista se le metió en la cabeza que su selección debía pasar. Su exhibición fue absoluta. Como en la final. Mejor jugador del encuentro según la UEFA. Pero es que cualquier espectador que viera el partido tenía claro que, o él o Sissoko, debían lograr el galardón. 

Foto: UEFA
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Bonucci (Italia)

Como si nadie lo conociera de antes. Como si jugar en la Juventus de Turín, en el cinco veces seguidas campeón de Italia no fuera suficiente. El defensor italiano no solo se combinó a la perfección con sus tres compañeros de equipo (Buffon, Barzagli y Chiellini) para devolver a Italia al mapa futbolístico de selecciones, sino que dotó a su combinado nacional de ese hombre que te hace creer que todo es posible. A Bonucci era a quién recurrían los futbolistas italianos cuando dudaban. Lo miraban y sabían que nada malo podía ocurrir. No solo en defensa. Sus desplazamientos en largo, amén de aunar elegancia y precisión, fueron decisivos en más de un partido. Pero es que encumbrarse ante España tiene su qué. Si en la primera mitad lo hizo con balón, lo que demostró en la segunda, sin pelota, protegiendo su área por tierra y aire mereció una ovación. No contento con ello, mantuvo a Italia con vida ante Alemania hasta que los penaltis lo mandaron a casa. Él hizo su trabajo. Marcó tanto el que tiró durante el tiempo reglamentario como el de la tanda. 

Guerreiro (Portugal)

De Lorient a Dortmund pasando por París para recoger la Eurocopa. Poco que añadir. Si durante una competición así llega un club como el Borussia Dortmund y se hace con tus servicios es que algo estás haciendo realmente bien. Lateral zurdo de largo recorrido. Fino y elegante con la pelota en los pies y agresivo en la marca del atacante rival. Lo tiene todo. Porque además es joven. Su baja ante Polonia mostró su ascendencia en el fútbol de su selección. Llegar de segunda línea por sorpresa, ser capaz de eliminar líneas defensivas rivales a través de la conducción o, simplemente, usar su velocidad para corregir errores defensivos hizo de Raphael Guerreiro, de 22 años, una parte fundamental de la victoria portuguesa en la Eurocopa. 

Kroos (Alemania)

El centrocampista del Real Madrid fue el principal benefactor de la apuesta por el control del seleccionador alemán Joachim Löw. Sus números en esta Eurocopa son de escándalo, siendo el jugador que más pases ha repartido en todo el torneo. El '18' de Alemania dio 581 pases con un 92% de acierto según datos de Squawka. Él fue el encargado de hacer y deshacer en los teutones, que se quedaron a las puertas de la final de la Eurocopa tras verse derrotados, justamente, por los amfitriones de la competición. Su precisión en el pase obligaba a sus rivales a correr detrás del balón, lo que acabó provocando encuentros en los que Alemania dominó, no solo la posesión del balón, sino territorialmente. La batuta de la campeona del mundo. 

Foto: UEFA
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Renato Sanches (Portugal)

Empezó la temporada en el segundo equipo del Benfica y la acaba fichando por el Bayern de Múnich y como campeón de la Eurocopa de Francia 2016. No solo eso. El joven centrocampista portugués fue prácticamente el único que le dio vida a una selección que, desde el último encuentro de la fase de grupos, perdió la alegría que le había estado caracterizando. Santos, el seleccionador luso, apostó por la defensa y, desde ahí, Renato Sanches creció. El nuevo futbolista del Bayern estaba en todas partes. Su exhibición ante Polonia fue majestuosa, la culminó con un gol, y se mostró acertado durante toda la competición. El día de la final apareció menos de lo que solía, pero con 18 años lo extraño era lo que se había visto hasta ese momento. Descaro y físico, amén de buena técnica caracterizan un futbolista llamado a marcar una época. 

Ramsey (Gales)

El futbolista del Arsenal fue de menos a más. De muy poco, a serlo prácticamente todo. Lo hubiese sido todo de no ser por el extraterrestre que tenía al lado. Ramsey arrancó el torneo cumpliendo unas funciones que, a pesar de que le daban protagonismo, no favorecían el juego y sistema empleado por su selección, que se resentía de que su segundo mejor jugador no estuviera tocando al son del primero. Fue a partir del tercer partido de la fase de grupos cuando el '10' echó a jugar. Y vaya si lo hizo. Y vaya si lo notó su selección. La suya y la que se enfrentaba a Gales. Cuando el 'gunner' vio que con Bale la vida era más fácil, provocó una serie de reacciones en cadena que hicieron de Gales una selección hasta temible. Solo un salto descomunal de Cristiano pudo echarla de la Euro. 

Griezmann (Francia)

Si tras leer el once titular en el segundo encuentro de Francia uno le hubiese preguntado al jugador del Atlético de Madrid qué le pasaba por la cabeza, seguro que lo último que hubiese imaginado es que acabara como mejor jugador de la competición. El primer partido francés dejó dos bajas morales, Pogba y el propio Griezmann, que acabaron siendo piezas fundamentales en el buen hacer de la selección amfitriona en esta edición de Eurocopa. Bota de oro del torneo con 6 goles, el atacante francés empezó a jugar cuando, casi por casualidad, Didier Deschamps le alineó por detrás del punta, en tierra de nadie pero conectado tant por arriba como por abajo. Fue ahí cuando una de las mejores zurdas del campeonato vio su oportunidad de brillar y la aprovechó. El '7' mostró todo su repertorio pero no fue suficiente como para que los galos se alzaran con el título. 

Foto: UEFA
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Bale (Gales)

Lo suyo fue como para llevar su historia a la gran pantalla. Qué exhibición de coraje, de alma, de poder y de fútbol. Porqué si algo tiene este galés en sus botas es fútbol. Mucho y realmente bueno. Él solo, hasta que Ramsey quiso, llevó a Gales a la semifinal de una Eurocopa. Lo han leído bien. Gales. Semifinal. Eurocopa. Es que parece imposible. Gareth Bale fue principio, continuación y final de una selección que se quedó a un encuentro de ser la mejor selección revelación de la historia. El atacante del Real Madrid dejó seis actuaciones para la historia en los seis encuentros que el combinado británico disputó en suelo francés. Seis. No hubiera sido injusto que la UEFA le hubiese dado el trofeo a mejor jugador de la competición. Al final acabó sucumbiendo ante el otro gran futbolista de la competición. El único que podía echarle. La ambición y ganas de ganar de Cristiano. Y ese salto...

Cristiano (Portugal)

Qué salto. Qué belleza, estética y potencia. Qué golazo. Hennessey sigue esperando descifrar qué especie de humano es capaz de rematar con esa violencia con la cabeza. Y eso que decepcionó en la fase de grupos. Negarlo sería una tontería. Pero el hambre por ganar de este futbolista viene en su ADN y tenía que aflorar en un momento u otro. Y lo hizo en el mejor momento. Participó activamente en la jugada del gol ante Croacia, fue de lo más destacable de Portugal ante Polonia y destrozó literalmente la resistencia de Gales en esta Eurocopa. Miró a la cara al, hasta ese momento, mejor jugador del torneo y le dijo: "Lo siento pero esta me toca ganarla a mí". El destino le tenía guardada una mala jugada de cara a la final, a la que prácticamente no acudió por lesión. Payet, en el minuto 9 se encargó de  mostrarle a Cristiano el camino de los vestuarios, que acabaría cogiendo en el minuto 25 subido a una camilla. 

Foto: UEFA
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