La selección holandesa de Danny Blind se enfrentaba a la Luxemburgo de Luc Holtz por la clasificación al Mundial de Rusia de 2018. Holanda necesitaba la victoria y es que iba tercera por detrás de Suecia con cuatro puntos. Luxemburgo por su parte poco tenía que hacer, pues con un punto se antojaba muy difícil su victoria ante la Oranje.

Salía con todo la selección de Blind: Dost en punta ante la baja de Janssen acompañado por las dos insignias de este joven combinado, Wesley Sneijder y Arjen Robben. Ramselaar, Klaassen y Wijnaldum formaban el centro del campo, todo ataque. En defensa, con Veltman en la reserva, formaron Blind y Brenet del PSV en los laterales, y Van Dijk (Southampton) y Bruma (Wolfsburgo) como centrales. La portería sería defendida por el veterano Maartel Stekelenburg, ahora mismo militando en el Everton y siendo uno de los grandes cancerberos de la Premier League.

Frente a ellos una selección muy defensiva la de Holtz. Cinco defensas y Turpel en delantera, sustituyendo a Vincent Thill, la estrella del equipo con solo 16 años. Su hermano, Sebastien Thill, también se quedó en el banquillo.

Todo preparado en el Josy Barthel de Luxemburgo para dar comienzo a un partido que arrancó con muchas dudas por parte de los dos equipos, no se vio prácticamente oportunidades hasta la media hora de juego. Sneijder mediante una falta y Robben con una gran volea y una grandiosa mano de Schon fueron las únicas ocasiones antes del gol. Un gol que marcaría un “debutante” y es que después de un año volvía a la lista, Arjen Robben. Era el único que ponía algo de ritmo en el partido y así consiguió el tanto, el 0-1 en el minuto 35 a pase de Klaassen.

Seguidamente, Turpel tendría la réplica para Luxemburgo, aunque sin suerte. El partido parecía coger otro tono. Jans, lateral derecho luxemburgués, se lesionaría y entraría Jänisch. Dost dispondría así de una clara ocasión que desperdiciaría, para luego ver como Chanot empataba el encuentro desde los once metros, 1-1 en el 45'.

Una primera parte muy igualada, con una Holanda pésima, sin demostrar superioridad ante la última del grupo. La segunda mitad cambiaría, sobre todo con la entrada de Memphis Depay, un jugador que ya casi se había olvidado.

La entrada de Memphis

No se exagera si se dice que Memphis Depay fue el mejor del choque. Solo jugó 45 minutos, pero fue el héroe del combinado neerlandés, la velocidad que hacía falta en un soporífero partido.

Klaassen y Van Dijk tuvieron dos nuevas oportunidades para los holandeses, pero sería Memphis en el 54' el que daría la vuelta al marcador. 1-2 tras un cabezazo a pase de Blind, Holanda comenzaba a funcionar, o eso parecía. Tras esto, el partido se volvió a dormir, sin ocasiones, sin ritmo, solo Memphis buscaba algo diferente y no fue hasta el 80' cuando lo encontró. Auténtico golazo del extremo del United en una falta, sentenciaba así Holanda con el 1-3 en el 84'. Luxemburgo no pudo hacer nada más, Turpel tuvo una en el 90', pero no consiguió conectar bien el cabezazo.

Memphis Depay se convertía así en el héroe, algo que no conseguía casi desde su etapa en el PSV. Daba los tres puntos a Holanda que la ponen segunda con siete unidades empatada con Suecia que perdió ante Francia. Luxemburgo continuará última con un punto, su participación en el Mundial se ve imposible, lo era ya casi incluso antes de empezar los partidos de grupo.

Aun así, Holanda no convence, no gana con soltura y la selección más floja del grupo la puso e problemas. La Oranje tiene mucho que mejorar y es que el próximo partido es ante Bulgaria, y una derrota les podría dejar en cuarta posición.