Ambos equipos llegaban con necesidades a este encuentro. El Chelsea necesitaba hacerse con los tres puntos a toda costa si no quería perder de vista al Liverpool que había ganado por cero a dos al Sunderland. Con la victoria seguirían encabezando la tabla, algo que hacía mucho tiempo que no conseguía el conjunto de la capital. El Tottenham, por su parte, necesitaba los tres puntos para seguir acercándose a los puestos Champions, competición de la que ha sido expulsado esta semana de manera muy justa. Buscaban la redención con su segunda victoria y se han encontrado con la primera derrota de la temporada en liga.

El equipo del magnate ruso, Roman Abramóvich, se hizo con la victoria en un duelo que su rival encaraba, pese a la negación de Pochettino en la rueda de prensa anterior al partido, con furia tras prácticamente haberles arrebatado el título la temporada pasada. Como el anterior, aunque no a tan gran escala, fue un partido rocoso, con bastantes interrupciones y donde brilló más el apartado físico que el talento, que no era poco.

Comienza a rodar la pelota

El conjunto visitante avisaba primero con un gol anulado a los cinco minutos de su delantero centro. El atacante de moda, Harry Kane, lo es por alg, no solo por sus dos pichichis en las dos pasadas campañas, sino que desde su vuelta es el que está tirando del equipo, una lástima que sus compañeros no empujen con él.

Minutos más tarde esa superioridad se haría real, Christian Eriksen pegaba un zurdazo seco y recto al que Courtois no podía llegar por la enorme potencia con la que había ejecutado el danés. Rompían así  la magnífica racha blue protagonizada por la defensa de no encajar un gol desde septiembre, ni más ni menos que seis partidos manteniendo la portería a cero.

Pero el equipo armado por Conte no es moco de pavo. No sólo es una defensa férrea y sin fisuras. Juegan con un esquema de 3-4-3 y eso hasta en el sitio más recóndito del planeta es un alineación ofensiva. Mucho le costó dar al italiano con esa tecla para que a la primera de cambio que reciben un gol no sepan sobreponerse. Sus jugadores le siguen fielmente: hablan maravillas de él fuera del campo, lo demuestran dentro.

Pedrito con Conte ha encontrado la versión que le hizo destacar en Barcelona

Hoy tocaba ser directos, el Tottenham es un equipo que le gusta dominar a sus rivales mediante la posesión de la pelota y eso le gusta al Chelsea. Tienen balas en las bandas con el exmadridista Marcos Alonso y con un Victor Moses que ha vuelto al sitio del que nunca debió irse. Arriba el talento lo ponen Hazard y Pedro, la entrega Diego Costa y los goles los tres. Con todo esto es con lo que realmente hicieron daño al rival de hoy, con verticalidad. Con algo de fortuna, pues el fue en el minuto 44 y sin haber dispuesto de casi ocasiones, llegó el gol de Pedrito, quien con Conte ha encontrado la versión que le hizo destacar en Barcelona. Recibía un pase que superaba varias líneas defensivas de los Spurs, se revolvía con un tacón a la vez que se colocaba el esférico a su pierna buena – aunque quién sabe cuál es su pierna buena – y chutaba con rosca al palo largo donde ni el mismo Lloris pudo llegar. Golazo, 1-1 en el electrónico y un descanso para replantearse las ideas.

Se reanudaba el partido, esta vez sacar era turno de los visitantes. Pero eso no vale para nada si a los cinco minutos dejas que te vuelvan a contragolpear y te perforen la red. Una combinación por el costado izquierdo, Costa recoge el balón en ese mismo sector pero ya habiendo superado los tres cuartos de cancha y avanza hasta línea de fondo para colgar un balón que se pasea huérfana por el área. La afición no se lo podía creer, ya estaba rumiando ante semejante ocasión desperdiciada. Pero apareció Moses, el corazón de la hinchada se encogió y tras su tiro certero les devolvió el aliento que les sirvió para festejar  la toma de la ventaja.

Los blancos estaban muertos o buscando el empate a la desesperada y su mánager intentó reanimar el juego con algunas sustituciones, pero ya era tarde. Con idéntico resultado terminó la tarde en la que se rompieron los récords. 

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