Massimo Cellino, el dueño del Leeds United, a regresado al centro de la polémica. Esta vez, la Football Association (FA) ha decidido sancioanrlo con 18 meses alejado de cualquier actividad relacionada con fútbol, además de una multa monetaria al dirigente italiano y al club.

La razón detrás del castigo responde al quiebre de una serie de disposiciones de la FA en relación a los agentes al momento de traspasar a Ross McCormack al Fulham. Además, es la segunda oportunidad en la que Cellino es sancionado por la FA desde que se hizo cargo del histórcio club inglés.

El castigo al italiano comenzará a hacerse efectivo el 1 de Febrero y ya ha tenido reacciones. El día miércoles, cuando el Daily Mail informó sobre las intenciones del órgano controlador del fútbol inglés, el directivo emitió un comunicado mostrándose sorprendido por la determinación y señalando que su único crimen fue intentar proteger a la escuadra de Elland Road.

Pero no solo el alejamiento del fútbol es el castigo que deberá cumplir el polémico italiano. En agosto del próximo año, deberá cursar por mandamiento de la FA una clase sobre los deberes y responsabilidades de un dirigente de un club inglés.

La sanción mantendrá a Cellino alejado del Leeds hasta septiembre del año 2018, en caso de confirmarse. El directivo de 60 años ya ha comunicado su intención de apelar dicha desición.

Una noticia que a quienes conocen la personalidad del excéntrico italiano, no debería sorprender, y que puede ser tomada de mejor manera que la que se podría esperar por los aficionados del Leeds, que desconfían de la errática dirección de su líder. Poa ahora, el Leeds United de Garry Monk marcha a paso firme en la Championship y ya se postula como candidato al ascenso en el fútbol inglés, permitiendo que el regreso de Cellino pueda darse en un club de Premier League.