Menudo duelo. La Premier League ponía punto y seguido hasta el próximo 14 de enero con una auténtico partidazo en la noche del miércoles. Después de acumular tres jornadas en apenas diez días, Tottenham y Chelsea se enfrentaban en un derbi londinense de altos vuelos, y vaya si lo ha sido. Los "Spurs" han consumado su especial "vendetta" ante el mejor conjunto "Blue" de la historia, así lo dicen sus números. 13 victorias seguidas que han terminado en White Hart Lane porque Dele Alli ha querido. Dos goles y para casa. El mayor talento inglés del último lustro sigue asombrando a conocidos y extraños. Siete goles en sus últimos cuatro partidos. No está nada mal para tener 20 años. 

Ambos equipos llegaban al encuentro en buena racha. Ambos venían de anotar cuatro goles en sus respectivos duelos, y ambos, también, decidieron utilizar la misma formación para el enfrentamiento de hoy. 3-4-3. O lo que es lo mismo, tres centrales, dos carrileros, dos mediocentros, y tres jugadores con mayor libertad arriba. El partido tenía todos los alicientes para convertirse en la mejor fecha de la jornada. Y no ha decepcionado.

Kane y Luiz. Foto: Sky Sports
Kane y Luiz. Foto: Premier League

Sonaba el pitido inicial de Martin Atkinson, y con él, un ataque de nerviosismo en las piernas de los jugadores. La tensión se podía cortar con un cuchillo, y las imprecisiones y los fallos no forzados fueron constantes durante gran parte de la primera mitad. No obstante, no tardaría mucho en llegar la primera gran ocasión de la noche. Pase magistral de Matic a la espalda de la defensa que deja solo a Hazard, y el belga, con todo el tiempo del mundo, envía una pelota cruzada que se marcha por muy poco del palo izquierdo de Hugo Lloris. Avisaba el Chelsea. Pero lo hizo más bien en forma de espejismo. Y es que a raíz de dicha acción, poco más. El Tottenham se hizo con el control del duelo gracias a un espectacular Viktor Wanyama (el keniata fue el jugador que más balones robó, firmando otro gran partido) y unas buenas internadas de Danny Rose por el carril izquierdo, que comenzaron a implantar el miedo en el área de Courtois. 

Un miedo que llegaría a su clímax justo después de que Christian Eriksen realizara un gran disparo desde la frontal que a punto estuvo de colocar el 1-0 en el marcador. Antonio Conte se desesperaba en el banquillo. Su equipo no estaba cómodo. Marcos Alonso y Moses no pasaban del centro del campo, Hazard aparecía de forma esporádica, Diego Costa se pegaba con Alderweireld, y tan solo Kanté, robando balones, como siempre, parecía el futbolista "Blue" más enchufado.

Alderweireld y Costa. Foto: Premier League
Alderweireld y Costa. Foto: Premier League

Mientras, el Tottenham a lo suyo. El nuevo esquema ha otorgado mayor libertad a Eriksen y a Alli, y eso se iba a notar justo antes del descanso. Centro medido del danés para que el media punta inglés, solo en el punto de penalti, conectara un cabezazo que llevaba inscrito la palabra "golazo". Ahora sí que 1-0 y justo antes del descanso. El final de los primeros cuarenta cinco minutos era lo mejor que le podía pasar a los chicos de Antonio Conte, un hecho que él sabía, porque algo tuvo que decirles durante la pausa. Y es que la escuadra visitante salió mucho más viva al inicio de la segunda mitad, con un Diego Costa en plan estelar que se quiso echar el equipo a la espalda mandando un balón al palo. ¿Posible remontada? Nada más lejos de la realidad. 

Otro centro de Eriksen, otra internada por dentro de Alli, y otro gol de los "Spurs". 2-0 y final de las esperanzas para el Chelsea. Es lo que tiene jugar contra Dele Alli. Segunda temporada en Premier League, tercer doblete consecutivo, y ya lleva 20 goles en año y medio. Ningún centrocampista ha hecho más. Quizá porque se ha convertido en un delantero silencioso, detrás de Kane, llegando como lo hacían Lampard o Gerrard. Es el futuro de Inglaterra, el futuro del Tottenham, y Daniel Levy lo sabe. 

Alli en el segundo gol. Foto: Squawka
Alli en el segundo gol. Foto: Premier League

A partir de ahí, poco más que decir. Lo intentaron los "Blues", buscando a Hazard, pero el belga no quería. O no podía. Le había comido la desesperación de la defensa "Spur". Si ya antes costaba anotarles un gol, con este nuevo esquema, la presencia de Dier en la línea de tres centrales, y el doble pivote conformado por Wanyama y Dembélé, es el más difícil todavía. 

El minuto 90 se acercaba, y con él, el final de una racha absolutamente espectacular por parte del Chelsea. Un partido más, un triunfo más, y el conjunto de Antonio Conte habría conseguido la mayor racha de victorias en toda la historia de la Premier League. Pero llegó Pochettino para acabar con el sueño. El técnico argentino no ha perdido ni un solo derbi londinense en casa, y ahora puede sumar un duelo más para su colección. El Tottenham se coloca cuarto en la lucha por el título, y baja de la nube a un Chelsea que, a pesar de la derrota, se mantiene líder con cinco puntos de diferencia. La Premier League está más viva que nunca.