Julian Nagelsmann llegó hace menos de un año al banquillo del Hoffenheim como primer entrenador. Con 28 años, se convirtió en el entrenador más joven en la Historia de la Bundesliga. Lo que empezó siendo una apuesta muy arriesgada del club, terminó siendo un éxito que aún parece no encontrar techo. La campaña pasada consiguió sacar al Hoffenheim de los puestos de descenso y lograr la permanencia. Pero lo verdaderamente llamativo está llegando esta temporada, puesto que tras la disputa de 17 jornadas, es decir, el ecuador de la competición, el equipo todavía no conoce la derrota y se sitúa tercero en la clasificación, sumando 31 puntos.

El espectacular rendimiento del Hoffenheim está llamando la atención en el panorama futbolístico europeo y la figura sobre la que se están centrando las miradas no es otra que la Julian Nagelsmann. Este discípulo de Thomas Tuchel, actual técnico del Borussia Dormund, a quien tuvo como entrenador cuando militaba en las categorías inferiores del Ausburgo, ha demostrado que no le pesa la responsabilidad de dirigir a un equipo de la Bundesliga.

Ya se sabe que el Bayern de Múnich suele fijarse enseguida en aquellos futbolistas que destacan en otros equipos de la Bundesliga. Y casi siempre termina llevándose a aquellos en los que pone el objetivo. Basten como muestra en los últimos años los casos de Neuer, Lewandowski, Götze, Kimmich, Hummels… Y algo parecido podría pasar en este caso con un entrenador. De hecho algunos exfutbolistas como Lothar Matthäus e incluso algún directivo del actual campeón de la Bundesliga, han dejado caer declaraciones en las que han mostrado su admiración e interés por Nagelsmann.

Nagelsmann tiene contrato con su actual club por lo que resta de temporada y dos más. Y lo cierto es que el Bayern acaba de inaugurar la “era Ancelotti”, en la que se espera que el técnico italiano, experto ganador, esté algunas temporadas al frente del equipo. Pero de cara a un futuro no muy lejano, y si la carrera de Nagelsmann sigue una evolución más o menos lógica, es muy probable que los destinos del “Gigante bávaro” y el “Baby Mourinho” acaban encontrándose.