Con un comienzo interesante por parte del equipo local y con los de Spalletti un poco desconcentrados, el marcador rápidamente se modificó a favor de los capitalinos. Si bien los romanos tardaron un poco en reaccionar, fueron los mismos quienes tomaron ventaja en el marcador. Bruno Peres remató un balón que el arquero no pudo retener tras el disparo de Emerson, todo esto apenas al minuto 5.

El que persevera… ¡mete gol!

Tras la anotación del conjunto romano, los de Giampaolo buscaron el arco contrario en repetidas ocasiones, pero todos los disparos terminaban cerca del arco. Tras 20 minutos de juego se mostraba una Sampdoria superior en el juego, mas no así en el marcador. Pero dicha situación cambió tras la aparición de Luis Muriel sobre la banda y con un pase preciso para la aparición de Dennis Praet que en medio de varios jugadores remató y mandó el empate en el Luigi Ferraris.

Con el marcador empatado, el partido bajó un poco de intensidad, aunque mucho tiempo el balón estuvo en el campo de la Roma, pero ya no se jugaba de la misma manera, poca precisión y lo más importante, faltó decisión. El conjunto capitalino también comenzó la búsqueda del gol que quitaría el empate, pero no llegó en los primeros 45 minutos.

Terminó la primera parte mostrando a un equipo local superior en todos los sentidos y con la Roma aún desconcentrada, pero esto no tiene que perdurar en la segunda mitad, pues de no ganar, la Roma le daría más comodidad al puntero de la liga y las esperanzas de pelear el scudetto se estarían desvaneciendo.

Se reanudó el partido y se notaba una segunda parte totalmente diferente a la primera mitad. Se podía observar un partido flojo y con ningún equipo con ganas de deshacer la igualdad en el marcador. Pero al pasar los minutos se notó una ligera mejora por parte de ambos clubes.

El primero en reencontrarse fue la Roma gracias a la anotación de Dzeko al minuto 66. El bosnio aprovechó el pase de Emerson para anticiparse al defensa y disparar de zurda mandando el balón al lado contrario de Puggioni. De nuevo un gol que llegó tras el bajo rendimiento de los romanos y con más suerte que buen juego.

La diferencia llegó desde la banca

Sólo dos minutos bastaron para que Patrik Schick se hiciera presente en el juego y en el marcador. El checo ingresó de cambio por Bruno Fernandes al minuto 69 y dos minutos más tarde descontó tras la disputa de varios balones de cabeza en las inmediaciones del área y bajar el balón para disparar de forma cruzada. Con esto se ponía 2-2 el marcador, pero con una Sampdoria mucho mejor en el campo. No había duda que los locales podían sacar el partido y vaya que lo lograron.

Tras la anotación, el checo volvió a hacerse notar en el juego, pero ahora con una jugada de contragolpe que terminó con una falta polémica al borde del área. El encargado de cobrar el tiro libre fue nada más y nada menos que Luis Muriel, que con gran técnica disparó y con ayuda de la barrera el balón terminó al fondo de la red. Al minuto 73 los locales ganaban una serie que comenzaron perdiendo.

Con el marcador a favor, la Sampdoria no bajó el nivel de juego y el equipo local seguía creando jugadas de peligro, pero los últimos minutos fueron determinantes para ambos clubes. Los dos equipos tuvieron oportunidades de gol, pero ninguno logró concretar. Además, el arbitraje fue un factor determinante en el partido, pues en la última jugada de la Roma existió, para muchos, un penal que le central nunca pitó y además, con ayuda del abanderado, marcó fuera de lugar inexistente. Una tarea difícil para el árbitro italiano, pero que la final dejó polémica y será un tema de discusión a lo largo de la semana