En punto de las 3 p.m. (hora local) el Luigi Ferraris se vistió con los colores de la Sampdoria y del rival, Cagliari, que rápidamente buscó la llegada al arco contrario, mientras que los locales no se notaban en el partido. El buen comienzo del cuadro procedente de Cagliari dio frutos tras pocos minutos en el cronómetro.

De la banda al fondo del arco

Los primeros minutos fueron clave para el cuadro visitante, pues al encontrar un rival desconcentrado y sin buen futbol, al menos en los primeros 15 minutos de juego, los de Cagliari hallaron un gol que llegó gracias a una jugada fabricada en la semana. Los visitantes aprovecharon un saque de banda que llegó hasta el área para que Ionita anticipara de cabeza pasando a Marco Sau y éste asistió a Isla. El chileno remató de tres dedos mandando el balón al fondo de la red y poniendo el marcador a favor.

Tras la anotación, el partido mantenía el nivel. Los de Sampdoria seguían sin encontrarse en el juego, mientras que los de Cagliari seguían con el buen futbol. Pero lo anterior fue cuestión de tiempo, pues los locales poco a poco fueron “despertando”.

Grande Muriel, grande Quagliarella

Ya con la Sampdoria adentrada en el juego y dándose cuenta que iban abajo en el marcador, los de Giampaolo comenzaron a generar más jugadas de peligro y mejor futbol. Prueba de ello fue la anotación de Quagliarella al minuto 22. Si bien el último toque fue del italiano, el trabajo de Luis Muriel fue increíble, pues aprovechó la salida de contragolpe para llegar por la banda, recortar a un rival y pasar al centro para que Quagliarella, de manera incómoda pero correcta, rematara y pusiera tablas en el marcador.

Con el empate en el marcador y casi media hora de juego, los espectadores ya disfrutaban el juego, pues se notaba una Sampdoria totalmente diferente y con mejores decisiones en la cancha. De igual manera los del Cagliari seguían con el gran nivel, pero se notó un golpe anímico tras la anotación del empate.

Terminó la primera parte no sin antes dejar una gran jugada del arquero local. Viviano sacó un balón con más suerte que talento, pues Marco Sau remató de media vuelta muy cerca del arco, pero con dirección del portero. Una salvada que mantenía el marcador y un arquero que mantiene el dicho “portero sin suerte, no es portero”.

Comenzó el segundo tiempo no de la misma que el primero sino más pausado, muchas faltas, muchos saques de banda y varias pausas por golpes a los jugadores. En cuanto al nivel de juego no hay mucho que destacar, pues ambas escuadras se reparten el balón en media cancha y ya no se generan tantas jugadas de peligro.

Pasaban los minutos y el juego, como el tiempo, se estaba terminado. Lo hinchas querían más goles, pero lamentablemente no llegaba. Tal vez la falta de buen juego se debió a que los técnicos tardaron mucho en realizar cambios. En los últimos 10 minutos, ya con todos los cambios realizados por ambos técnicos, se notó un juego totalmente diferente, pues con la incorporación de Schick y de Ibarbo, ambas escuadras tuvieron oportunidades de gol. La primera fue del checo que, con un gran gesto técnico, se puso de frente al área y comenzó una jugada que, lamentablemente, terminó en el poste tras el disparo de Torreira. Más tarde, El colombiano que ingresó al minuto 82 disparó al arco mandando el balón al fondo de la red, pero fue anulado debido a una posición adelantada. Sin duda un final emocionante de un partido que dejó un punto para cada escuadra, pero que corta la buena racha del equipo local tras varios juegos ganados.