El encuentro comenzó con un dominio de balón bastante sigiloso por parte del conjunto bávaro, que estaba tocando instalado en campo contrario, sin terminar las jugadas con un remate, frente a un Real Madrid que se mantenía replegado en campo propio, y que intentaba cerrar el mayor número de espacios posibles sin hacer mucho ruido tampoco. En una primera toma de contacto, el conjunto dirigido por Zinedine Zidane tardó cinco minutos en realizar su primera fase de posesión larga en el inicio del terreno de juego contrario, mientras que los de Ancelotti intentaban aprovechar las recuperaciones de balón para salir al contraataque, pero tanto Robben como Ribery que estaban siendo los encargados de dirigir los contraataques, se encontraban muy desasistidos por parte de sus compañeros que no querían perder la posición, cuando recibían la pelota.

Dominio del cuadro bávaro de menos a más

Después de los primeros 15 minutos de juego, la balanza se fue decantando del lado de un Real Madrid, que conforme iban pasando los minutos, ganaba confianza, y por consiguiente adelantaba las líneas de presión para asfixiar en la salida de balón a un Bayern de Múnich, que en esos minutos de claro dominio blanco, no encontraba amparo, bajo la sombra de la posesión del balón, que en ese momento estaba padeciendo serias dificultades para mantener, especialmente en terreno de juego contrario, donde cada vez que intentaban jugar en vertical, perdían el esférico.

Con el tiempo, tras trazar una serie de posesiones un tanto estériles, los del sur de Alemania consiguieron afianzar un nuevo tramo de dominio en el que finalmente pudieron jugar en el último cuarto de campo comandados por un Arjen Robben, que no estaba teniendo mucha libertad de movimientos frente al que fuera su ex equipo. Pero que aún así, estaba aportando en materia de creación de juego, en un día en el que Thiago estaba asumiendo los galones de organizador, mientras que Xabi Alonso, que estaba pasando bastante más inadvertido que en el encuentro frente al Borussia Dortmund, se encargaba de recuperar la redonda, al mismo tiempo que Arturo Vidal que anotó el primer gol del encuentro tras un testarazo de cabeza, a la salida de un córner, se estaba descolgando constantemente de su posición para llegar al área contraria.

Los últimos minutos del primer tiempo fueron algo más descafeinados, pues el conjunto germano ejerció un dominio más pausado, asegurando mucho el pase, y moviendo la pelota con una circulación mucho más lenta. Pasó el tiempo, y el cuadro madridista que veía como se iba a marchar al descanso por debajo en el marcador, optó por volver a elevar las líneas de presión, y gracias a ello. pudo tener mucha más posesión del esférico en campo contrario. Lo que le permitió crear más ocasiones de gol, llegando con varias líneas de presión, mostrando una gran unión, al atacar varias líneas en conjunto, y defender en bloque.

Control madridista con asedio sobre el área rival

El segundo tiempo comenzó con un tempranero gol de Cristiano Ronaldo, que igualó la contienda tras rematar con la pierna derecha, un centro de Daniel Carvajal desde la banda derecha. Tras el empate, el conjunto muniqués trató de reaccionar recuperando el control del balón, pero la desesperación le estaba haciendo cometer errores, tanto en la entrega, como de coordinación. Una circunstancia que le permitía al equipo madrileño sentirse mucho más cómodo sobre el terreno de juego, pues estaban aprovechando sus fases de posesión para crear ocasiones de una banda a otra, de forma que consiguieron anular a la perfección a su oponente, gracias a su cordura defensiva y a sus grandes reflejos, que le estaban permitiendo frenar todos sus intentos de salida en transición rápida. Pasaban los minutos, y el conjunto bávaro seguía teniendo el balón sin obtener mayor resultado, mientras que el Real Madrid convertía cada recuperación de balón en oro.

Javi Martínez fue expulsado con segunda amarilla tras una entrada sobre Cristiano Ronaldo, y Ancelotti optó por retirar a Xabi Alonso, para introducir a Juan Bernat, pasando a jugar con un 4-4-1, trasladando a Alaba a la posición de central. Tras ese cambio, el Madrid se hizo con el timón del partido, se instaló en campo contrario, teniendo la pelota por completo, mientras que el Bayern se dedicó a mantenerse agrupado en defensa, y a desplegarse en ataque con todo el equipo, presionando en bloque, e intentando llegar al área contraria unido. Pero las piernas estaban empezando a pesar en el conjunto local, lo que alentó al Real Madrid a dominar el encuentro, a tener el balón, y a asediar a su contrincante al que no le duraba la pelota en absoluto, y el que no encontraba más respuesta, que la agilidad y los reflejos de Manuel Neuer.

Cristiano Ronaldo puso por delante al Real Madrid en el electrónico, después de rematar con la puntera, un centro de Marco Asensio desde el costado izquierdo. Tras el segundo tanto, el equipo español siguió llevando las riendas del encuentro, gozando de un dominio claro del balón, frente a un cuadro teutón que estaba sometido a su contrincante, y que era incapaz de encontrar una vía de pase segura. Únicamente hallaba a Robben, que mostraba evidentes gestos de cansancio físico. Pasaban los minutos, y el equipo dirigido por Zinedine Zidane fue retrocediendo las líneas de presión, las dos formadas por cuatro, tras la entrada de James por Benzema, que convertían el sistema de juego en un 4-3-3, cuando los blancos recuperaban el balón. El ritmo de intensidad siguió decayendo en el encuentro, y el encuentro murió después de un gol anulado a Sergio Ramos, tras un cabezazo rematando un libre indirecto.