El Stade Vèlodrome acogía la primera jornada del campeonato francés para dos conjuntos con aspiraciones bien distintas. Para los visitantes, el Dijon de Olivier Dall'Oglio, se trataba del primer paso de una travesía que promete ser, en ocasiones, tortuosa y desgarradora, con el fin de conseguir el objetivo logrado el pasado curso: la permanencia en la máxima categoría. El Olympique de Marsella, por su parte, desea recuperar esta temporada la grandeza histórica de la entidad, volviendo a formar parte de la pelea por el título, esa que han visto tan lejos en los últimos tiempos.

El encargado de dirigir al club sureño en un curso tan vital vuelve a ser Rudi García, tras el gran final de temporada que protagonizó el equipo bajo su batuta -sin conocer la derrota desde el mes de febrero-. El ex-técnico de Lille o Roma introdujo un primer once muy similar al plasmado en los últimos compases de su primera campaña al frente del Marsella, con hombres como Patrice Evra, Morgan Sanson, Maxime Lopez, Florian Thauvin o Dimitri Payet gozando de un papel importante. Como novedades para dar un salto de calidad al equipo aparecen Adil Rami, Luiz Gustavo o Valère Germain, más allá del regreso del legendario Steve Mandanda bajo los palos.

En el lado visitante, sabedores de sus limitaciones, imperaba de nuevo el orden que tan bien sabe otorgar a sus sistemas Dall'Oglio. Con un bloque medio muy sólido y rígido, el tono discordante lo ponen futbolistas de buen pie como Romain Amalfitano o Naïm Sliti, cedido por el Lille.

Romain Amalfitano fue uno de los jugadores más destacados del primer acto. | FOTO: @DFCO_Officiel
Romain Amalfitano fue uno de los jugadores más destacados del primer acto. | FOTO: @DFCO_Officiel

Germain, un islote en el primer acto

El inicio del encuentro destapó una actitud claramente activa del cuadro local. Espoleados por el ambiente que reinaba en el imponente Vèlodrome, los de Rudi García salieron varias revoluciones por encima de lo establecido, tratando de sorprender a un Dijon que podría haberse visto intimidado. La desmedida presión, adelantada e intensa, del cuadro marsellés provocó varios acercamientos al área que no pudieron concretarse por falta de precisión. Del mismo modo, esa excesiva vehemencia provocó algún susto en la fuerte retaguardia que forman Adil Rami y Rolando, que sin embargo carece de la velocidad necesaria para detener apariciones por sorpresa.

Poco a poco, como impera la lógica, la efervescencia inicial se fue transformando en temple. Fue en ese contexto donde el Marsella esperaba imponer su mayor calidad, si bien el orden del cuadro visitante no lo hizo posible. A los de Rudi García les costaba trenzar con soltura más allá de la línea divisoria, debido al rigor táctico del que hizo gala el centro del campo del Dijon. Este hecho trajo, como consecuencia, que las piezas desequilibrantes del Marsella, Florian Thauvin y Dimitri Payet, tuvieran que retrasar sus posiciones para entrar en contacto con el cuero. Especialmente sangrante fue el caso del ex del West Ham, que cuajó una actuación muy alejada a lo que suele ser su nivel, y acabó siendo sustituido tras el descanso.

Florian Thauvin define para hacer el segundo tanto del partido. | FOTO: @OM_Officiel
Florian Thauvin define para hacer el segundo tanto del partido. | FOTO: @OM_Officiel

En una primera parte de muchos parones y reducido ritmo de juego, la acumulación de piezas en el centro del campo fue muy visible. La estrategia de Dall'Oglio se cumplía, mientras Rudi García veía como Valère Germain, delantero centro único en el día de hoy para los locales, estaba completamente aislado del juego. El jugador marsellés nunca ha sido un hombre de grandes cifras, pero su movilidad e inteligencia puede complementar perfectamente a un hombre que ejerza como referencia. La ausencia de apoyos en el último tercio dificultó, pues, su labor, al situarse como único nueve, frente a toda una defensa que no tenía a nadie más que vigilar. El Vèlodrome echaba en falta a un agitador que devolviera la acción a unas despobladas áreas.

N'Jie revoluciona el choque

Sorprendía Rudi García con la decisión que plasmaba cuando los 22 futbolistas retornaron al césped. Entre ellos ya no estaba Dimitri Payet, el buque insignia del nuevo proyecto del club, sustituido tras su floja actuación. El objetivo era aumentar la velocidad en tres cuartos, abandonar la previsibilidad y que no todo el trabajo de la defensa del Dijon consistiera en vigilar al solitario Germain.

La entrada de Clinton N'Jie, criticado por su desacierto durante la campaña anterior, no pudo tener un mejor efecto. Tan sólo cinco minutos después de pisar el campo por primera ocasión, el atacante camerunés aprovechó una de las primeras acciones de campo abierto para abrir la lata con un remate de cabeza franco que llegaba tras un centro de Germain -cayendo a banda, mucho más móvil- y ejecutando una diagonal hacia el punto de penalti -la zona que el nueve había dejado vacía- a la velocidad del rayo. Todo ello habilitado por una maniobra colosal del brasileño Luiz Gustavo, impecable en su encuentro de debut en la Ligue 1.

Clinton J'Jie, durante la celebración de uno de sus goles. | FOTO: @OM_Officiel
Clinton J'Jie, durante la celebración de uno de sus goles. | FOTO: @OM_Officiel

El gol inicial fue la chispa que encendió la voluntad del Marsella, mucho más incisivo y con mayor determinación desde entonces. Tanto es así que, poco después de que el 1-0 subiera al marcador, el cuadro de García aprovechó el aturdimiento del Dijon para hacer el segundo. De nuevo aparecieron los espacios, y una vez más fue Valère Germain el que supo canalizarlos. Fantástica apertura a la zona libre, donde apareció Florian Thauvin para conducir y encarar a un tímido Yambaré. El ex del Newcastle definió con un toque sutil que dejaba el encuentro prácticamente sentenciado.

Con más de media hora por delante, el Olympique de Marsella veía resuelto un encuentro que tan sólo diez minutos antes pintaba mucho más serio. Los hombres de Rudi García no encontraron mucha más oposición del Dijon, y pudieron seguir manejando el devenir del esférico, con Luiz Gustavo abarcando mucho terreno y con Maxime Lopez brillando en la zona ancha. Fueron el brasileño y el galo los que, en una transición de lo más vertical, habilitaron una nueva carrera por banda de Clinton N'Jie. Al ex del Tottenham, en su día de mayor inspiración, también le acompañó la fortuna. Con tres defensas encima, puso sortearlos entre velocidad, rebotes y caños, para soltar un disparo que, tras golpear en Rosier, realizó una parábola imposible para Reynet. Doblete para el camerunés y el Vèlodrome por primera vez a sus pies.

El Olympique de Marsella inicia la temporada al mismo ritmo que terminó la anterior. | FOTO: @OM_Officiel
El Olympique de Marsella inicia la temporada al mismo ritmo que terminó la anterior. | FOTO: @OM_Officiel

El duelo, de ahí al final, no tuvo mayor historia. Fiesta en las gradas, con el Marsella, mucho tiempo después arrancando al mismo nivel que los mejores de la competición. Los de Rudi García, sin perder desde febrero, acumulan la mejor racha actual del campeonato, sólo superada por la del Mónaco, y han encontrado el modo de hacer funcionar a Valère Germain en el sistema, una pieza cuya inteligencia y movilidad contrastan con la envergadura de Bafetimbi Gomis, su predecesor.

En clave Dijon, será interesante ver como Dall'Oglio gestiona a sus jugadores en el plano mental. Sus buenos 45 minutos deben primar en el análisis sobre el avasallamiento del segundo acto, de cara al duro duelo que les espera la semana que viene, recibiendo al poderoso Mónaco.