Más de 120 minutos se necesitó para dilucidar el primer equipo que jugaría la final de la U.S. Open Cup que finalmente es conjunto de Sporting Kansas City, después de haber tenido que llegar hasta los once metros para superar a su rival. En la primera mitad el conjunto local se mostró muy superior a su rival, pero un tempranero gol de los californianos les obligó a tener que remontar el resultado lo antes posible. En la segunda parte los ‘Wizs’ continuaron siendo superiores, pero el guardameta visitante despejó todos los balones que se dirigían a su portería.

De ida y vuelta

Con la intención de mantener el control del la pelota comenzó el partido el Sporting Kanas City, pero pronto se encontraron con la dura realidad. Un balón en largo a la espalda de la defensa local, permitió a Hoesen controlar el balón y encarar portería. Tras perfilarse para su pierna buena, disparó al palo más alejado, adelantando a los californianos en el marcador.

Tras este gol tempranero, el control de la pelota pasó a ser para ambos equipos, que comenzaron a buscar un juego más directo. Los balones apenas pasaban por los jugadores del centro del campo, que sólo se dedicaban a ver como el juego pasaba de largo y todos los balones eran recibidos por los delanteros.

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Pero con el paso de los minutos esa intensidad y rapidez en el juego fue quedándose de lado, gracias sobre todo a un Sporting Kansas City que comenzó a controlar el ritmo del partido. Pero esto no significó que pudiese llegar con peligro a la portería de su rival, ya que el planteamiento defensivo de los ‘Quakes’ acumulaba dos líneas muy pobladas de jugadores cerca del área.

Fue pasada la primera media hora de partido cuando los locales consiguieron la recompensa del gol tras la insistencia demostrada. Una jugada entre Medranda y Blessing finalizó con un centro del primero al interior del área pequeña donde apareció Diego Rubio para sólo empujar el balón al fondo de la portería.

Tras este empate, el partido volvió a igualarse para ambos equipos en donde el centro del campo pasó a adquirir el protagonismo perdido en el inicio. Mucho cambio en la posesión del balón durante este tiempo llevó a que ninguno de los equipos demostrase superioridad, lo que hizo que también se viesen pocos acercamientos sobre la portería.

Tarbell manda el partido a la prórroga

En la segunda parte el ritmo del partido disminuyó de manera considerable, ya que ninguno de los equipos quería cometer un error que les costara el pase a la final de la U.S. Open Cup. Esto llevó a que el balón se jugase de manera continua en el centro del campo, sin que apenas se viesen llegadas a ninguna de las porterías.

No fue hasta casi la hora de partido cuando los locales apretaron un poco más, lo que les permitió generar varias ocasiones de peligro de manera consecutiva. La primera de ellas fue la más clara en la que el portero de los californianos detuvo una definición de Rubio en un mano a mano. Esta serie de acciones dejó noqueado al conjunto visitante, que en los siguientes minutos apenas se le vio rondando las cercanías del área rival. Tanto fue así, que el primer disparo de San Jose Earthquakes se produjo cerca del minuto 65.

@SJEarthquakes

Comenzó entonces una serie de cambios por parte de ambos equipos en donde dieron entrada a futbolistas ofensivos con los que buscar mayores posibilidades de conseguir anotar.

Conforme se acercaban los minutos finales, el juego de los dos equipos quedó reflejado en dos estilos diferentes con los que buscar el gol. Mientras que los locales continuaron llevando la iniciativa del partido, con un juego más elaborado, su rival buscó provocar pérdidas con las que generar contraataques.

Sin embargo, estando ya en los últimos minutos,  el miedo a perder y caer eliminado les llevó a ambos equipos a no cometer errores y a dejar que el tiempo pasase en busca de una prórroga en la que se decidiera el finalista. Esto llevó a que al final de los 90 minutos el marcador señalase un empate a un gol, y todo por decidir.

Un solo equipo sobre el campo

Los 30 minutos de prórroga fueron un monólogo constante del equipo local con una ocasión detrás de la otra, convirtiendo al portero local en el artífice de que su llegase a esta situación en el partido. De manera constante generaron una ocasión detrás de otra, mientras que los californianos apenas conseguían pasar del centro del campo con el balón controlado.

En la tanda de penaltis apareció entonces la figura del guardameta local que tras una serie de ejecuciones erróneas en los primeros minutos, detuvo el penalti decisivo que dio el pase a la final a su equipo.