El encuentro que reunió en el Stade de France a la selecciones de Francia y Holanda se antojaba clave para dirimir las suertes de ambos combinados en el grupo A, ya con la esperada cita mundialista de Rusia a menos de 12 meses vista. El conjunto dirigido por Didier Deschamps buscaba alcanzar la primera plaza y refrendar con resultados el creciente poderío de la plantilla que tiene a su disposición, especialmente en ataque, mientras que la Oranje partía como tapada en su lucha por evitar quedarse fuera de su segunda fase final consecutiva.

Pese a la enjundia histórica de ambos conjuntos, se ha demostrado sobre el verde que la diferencia, hoy por hoy, es palpable. Mientras la selección de los Países Bajos atraviesa un largo periodo de transición, en el que la nueva generación no consigue adaptarse al fútbol de primer nivel y no aparece ninguna gran estrella joven, en Francia sucede todo lo contrario. El país galo está capacitado para sacar hasta tres equipos diferentes y competir de igual forma, debido a la proliferación de talento que se ha dado en los últimos años en su fútbol, y del que se está nutriendo la selección bleu. Y es que mientras la enorme generación anterior de los Pogba, Griezmann, Varane o Umtiti empiezan a liderar, surge ya otra de un nivel magnífico y que ofrece rendimiento inmediato, encabezada por hombres como Mbappé, Lemar, Mendy o Coman.

Ngolo Kanté realizó una destacada primera parte en la presión. | FOTO: FFF.fr
Ngolo Kanté realizó una destacada primera parte en la presión. | FOTO: FFF.fr

Tales diferencias entre ambos cuadros se plasmaron justamente sobre el césped con un sonoro 4-0, tan motivante para una Francia que alcanza la primera posición del grupo, como doloroso para Holanda, que se ve fuera del Mundial tras haber sido subcampeona en 2010 y tercera en 2014. Los hombres de Didier Deschamps ejercieron el control del juego en todo momento, si bien la inspiración en ataque no fue la de las grandes noches, muestra de que todavía hay mucho margen de mejora. Como ejemplo, sirve una primera parte en la que los galos adolecieron de velocidad y frescura de ideas en los últimos metros, lo que les limitó ante un rival que estuvo, sorprendentemente, muy pasivo y contemplativo.

Un destello diluye el espesor galo

Pese al contexto de dominio total por parte de los locales en el primer tramo, con posesiones constantemente cercanas al área holandesa, los de Dick Advocaat no terminaban de sentirse agobiados, aún cuando todo el bloque estaba situado muy cerca de Cillessen y apenas había posibilidad de salir de forma vertical. Holanda no sufría, y a pesar de ello, se adivinaba que el primer tanto francés estaba al caer.

Francia manejaba el cuero a su antojo y llegaba sin demasiadas dificultades a la frontal del área oranje, pero apenas creaba ocasiones debido a la falta de inspiración y velocidad en el momento clave. En ningún momento durante los primeros 45 minutos Holanda fue una amenaza en ataque, víctima de la extraordinaria presión gala y de una muy plana y estática salida de balón desde atrás. Con Wijnaldum y Strootman desaparecidos en posesión y sin mordiente en la presión, los visitantes ejercían un repliegue exageradamente bajo, en el que no existía intención ni capacidad para robar el cuero antes de que éste se aproximara al área.

Daley Blind se enfrentó a un eléctrico Kingsley Coman en su regreso al lateral izquierdo. | FOTO: FFF.fr
Daley Blind se enfrentó a un eléctrico Kingsley Coman en su regreso al lateral izquierdo. | FOTO: FFF.fr

Dicho guión fue constante durante todo el primer acto, si bien Francia fue capaz de alterarlo en una ocasión. Poco antes de alcanzar el cuarto de hora, Antoine Griezmann pudo encontrar el modo para correr con espacio de cara hacia la zaga rival, a la que superó por completo trazando una pared que devolvió, de forma brillante, Olivier Giroud. El último pase del delantero del Arsenal cogió a contrapié al central Hoedt, que ya no pudo alcanzar al "7" galo. Griezmann se encontró solo ante Cillessen, a quién batió por bajo con facilidad. El 1-0 subía al marcador, pero ello no alteró el plan conservador del conjunto visitante.

La situación terminó propiciando que los de Deschamps buscaran alargar mucho más sus posesiones, maniatando a una Holanda que, incapaz de robar, se fue a los vestuarios con una latente sensación de desesperación.

La nueva guardia aprovecha los espacios

La irrupción en el terreno de juego de Tony Trindade de Vilhena, en sustitución de un maltrecho Wesley Sneijder, ayudó al cuadro de Dick Advocaat a encontrar el dinamismo necesario para, al menos, superar la trabajada presión francesa. Así, el combinado centroeuropeo consiguió pisar en alguna ocasión el área de un inédito Hugo Lloris, pero sin llegar a concretar de verdad dichos acercamientos. Mientras, Francia comenzaba a otorgar más velocidad a sus ataques, con la esperanza de que los espacios comenzaran a surgir en la zaga holandesa de cara a poder ampliar la renta en los minutos finales.

Kevin Strootman fue expulsado a falta de 20 minutos para el final,  con 1-0 en el marcador. | FOTO: FFF.fr
Kevin Strootman fue expulsado a falta de 20 minutos para el final, con 1-0 en el marcador. | FOTO: FFF.fr

Lo que anhelaban los hombres de Didier Deschamps terminó apareciendo en los últimos 20 minutos, también propiciado por la expulsión por doble amarilla -en un lapso de menos de una decena de minutos- del romanista Kevin Strootman. Con un jugador menos sobre el terreno y con la obligación de irse arriba a buscar el tanto -Advocaat introdujo como principal revulsivo en ataque al veterano Robin Van Persie- la selección oranje se desprotegió mucho más, especialmente entre centro del campo y portería, un hueco que supo aprovechar uno de los hombres más participativos de la noche, el extremo Thomas Lemar.

Con mucha libertad para moverse por todo el ancho del terreno, Lemar buscó asociarse con los más virtuosos estiletes de Les Bleus, en especial Griezmann y Pogba, y aprovechó los últimos minutos para sentenciar el duelo a la carrera. Primero, con un lanzamiento fuerte y preciso desde lejos, que supuso el 2-0, y después empujándola a placer tras una contra en clara superioridad local, y con todo el cuadro holandés volcado.

Mbappé marcó su primer tanto oficial con la selección absoluta. | FOTO: FFF.fr
Mbappé marcó su primer tanto oficial con la selección absoluta. | FOTO: FFF.fr

Fue durante el vendaval galo de los últimos minutos cuando Deschamps decidió mover su banquillo, y lo hizo para introducir aún más pólvora: con Lacazette y Mbappé en el terreno de juego, el encuentro se volvió completamente eléctrico, y las ocasiones locales se multiplicaron. Con Lemar exhibiéndose y cuando el orden saltaba por los aires -hasta Holanda pudo marcar, pues Robben mandó una bola al larguero- llegó el turno de Kylian Mbappé. En la misma noche en la que se anunció su fichaje por el PSG -segundo traspaso más caro de la historia del fútbol una vez se rubrique la opción de compra de su cesión-, el parisino cerró el encuentro con un tanto que explica muy bien cuales son sus virtudes. Una voluptuosidad y claridad frente al arco que también comparte todo el bloque francés, que acaricia ya el billete para estar en Rusia el próximo verano.