La fase de clasificación llega a su fin. Y, con ello, los billetes para ir al Mundial de Rusia se empiezan a agotar. El Grupo G, su primer y único con pasajero con vuelo directo al país más extenso del mundo. Y no es otra que España. Mientras tanto, por detrás sigue remando a contra corriente una decepcionante Italia. La Nazionale se aferra a su última oportunidad para alcanzar el ansiado cupón: la repesca. Una vía algo turbulenta, con escala en algún territorio -complicado sí o sí-. Al otro lado, Albania. Una selección que debutó en la Eurocopa de 2016 en su primer gran torneo. Tuvieron la mala suerte de caer agrupadas con dos de los "cocos". Pese a ello, su imagen ha sido realmente positiva. 

Pero la semana no ha sido nada sencilla en Italia. El pasado viernes perdieron todas las posibilidades, por remotas que fuesen, de alcanzar la primera plaza. Y lo hicieron después de no ser capaces de imponerse a Macedonia. No fue hasta el minuto 40 cuando Chiellini aprovechó un pase atrás de Immobile para romper la igualada. Todo parecía encarrilarse. Sin embargo, el tiempo pasaba y la Azzurra no cerraba el partido, con una gris actuación, como viene siendo la tónica habitual. Y tanto fue el cántaro a la fuente que, en el último cuarto de hora, Trajkovski (jugador del Palermo) ponía el empate en el luminoso del Grande Torino, desatando el enfado de los tifosi que poblaban el graderío aquella noche. El gran señalado, obviamente, Giampiero Ventura

En el caso de la selección albana, se midieron a la prueba más difícil y ruda del grupo, como es España. Después de enlazar tres encuentros sin conocer la derrota (dos victorias y un empate), se cumplió el guion previsto. En menos de media hora, los de Lopetegui sentenciaban el duelo. Rodrigo, Isco y Thiago firmaban el 3-0 final. Pero el compromiso de los muchachos de Panucci fue impecable, quienes a pesar de la goleada, siguieron luchando. Aunque la fortuna no volvería a sonreírles, ya que Llullaku y Sadiku llegaron a estrellar el balón dos veces en la madera

Ventura, en la cuerda floja

Nunca llegó a convencer. Y, de momento, sigue sin hacerlo. Así se resume la corta etapa de Giampiero Ventura al frente de la selección de Italia. Un mandato que parece llegar a su fin. Ni con el 4-2-4, ni con el 3-5-2, la Nazionale carbura. Sí, solamente son dos derrotas las que conoce el actual seleccionador (una oficial). Pero las victorias/empates cosechados han sido mostrando un rendimiento pobre de juego. Sin claros. Balones parados, rebotes... Cartas que ganan partidas ante rivales, a priori, sencillos. Una suerte que, alguna vez, tiene que acabar. 

Momento del gol de Trajkovski. / Foto: uefa.com
Momento del gol de Trajkovski. / Foto: uefa.com

Primero fue España quien mostró todas las costuras de esta Italia con un severo correctivo (3-0). Después, se las vieron crudas para llevarse los tres puntos ante Israel (1-0). Hasta el viernes, cuando Macedonia les puso contra las cuerdas, rascándoles un punto en Turín (en la ida ya sufrieron para ganarles). Durante esas semanas, el dibujo ha ido variando. Que si 4-2-4 para darle una mayor ofensividad al equipo y bombardear a sus rivales. O 3-5-2 para guardarse más las espaldas a la hora de atacar, manteniendo el orden defensivo. Un libreto que no ha funcionado. O, quizás, no ha encontrado a los mejores jugadores para ello (muchos echan en falta a Jorginho).

El partido de mañana es vital. Italia necesita ganar para colocarse como cabeza de grupo en el sorteo de la repesca, para así enfrentarse a una selección -teóricamente- de nivel inferior. También para recuperar sensaciones, con esos dos importantes duelos en el frente. Ese mismo oxígeno que echa en falta ahora mismo Ventura, al cual le empieza a merodear la mismísima cabeza la espada de Damocles.

Finiquitar la fase con buen sabor

El fútbol, como sabrán, es caprichoso. Y, una vez más, el destino lo ha querido así. Italia se la jugará ante Albania. Hasta aquí, todo normal. Sin embargo, Christian Panucci, natural de Savona (Liguria, Italia), es el encargado de dirigir a los del 'Aguila Bicéfala'. Una victoria, un empate y una derrota son sus números desde que llegó al cargo. Con un juego totalmente distinto al de su predecesor, otro italiano como es Gianni Di Biasi (ahora en el Alavés). Si su homólogo de Sarmede (Treviso, Italia) hizo historia con los albaneses a través de un juego más conservador, a la par que vertical; él opta por un fútbol de más posesión, de toque como se suele decir. 

Los españoles celebran el gol de Isco. / Foto: uefa.com
Los españoles celebran el gol de Isco. / Foto: uefa.com

Sorprendió con el once que puso en liza el otro día en el Rico Pérez de Alicante. Con un atrevido 4-3-3, con el objetivo de disputarle el control a la selección española. Tanto es así que, como se decía líneas más arriba, a pesar de los tres goles encajados, no escasearon en cuanto a ocasiones a favor se refiere. Llullaku primero, y Sadiku posteriormente, como hombres de referencia, disfrutaron de dos balones que la madera 'escupió' hacia fuera. Un talento que tampoco se queda corto. A los ya mencionados, se les unen los Xhaka (su hermano pequeño es quien juega con Suiza), Memushaj, Hysaj... O Iván Balliu, el gerundense que debutó el viernes con Albania. 

El Adriático, como barrera

El mar Adriático es lo único que separa a Italia de Albania. Una diferencia pequeña. No tanta en cuanto a lo futbolístico se refiere. Sin embargo, la relación entre ambos países siempre ha sido muy estrecha. Algo que viene de muy lejos. Todo empezó con la invasión italiana del país albano, allá por el 1939. Fue provocado por el capricho del dictador Benito Mussolini, quien quería anexionarse un punto clave para el comercio, manejando ambas costas del mar. La campaña se saldó con el nombramiento de Víctor Manuel III. 

Posteriormente, con las sucesivas guerras que azotaron el territorio de Albania, se produjo una enorme emigración a las zonas próximas. Uno de estos destinos: Italia. Por ello, son varios los jugadores nacidos en territorio transalpino con raíces albanesas. Además, los ojeadores también tienen en su lista dicho país como uno de sus principales objetivos (relación calidad/precio/proximidad). 

Mavraj y Okaka disputan un balón. / Foto: zimbio.com
Mavraj y Okaka disputan un balón. / Foto: zimbio.com

En cuanto a los precedentes que existen entre ambas selecciones, se reconocen dos. El primero data de 2014, cuando se enfrentaron en un amistoso. Éste se saldó con triunfo italiano por uno a cero, gracias al postrero tanto en propia meta de Salihi en el minuto 82. Una Italia, dirigida por Antonio Conte, que por aquellos tiempos jugaba con Cerci, Giovinco, Okaka, Destro... Casi nada. Pasaron tres años para volver a verse las caras. Fue en la quinta jornada de esta fase de clasificación, cuando los de Ventura triunfaron 2-0 en Palermo con las dianas de De Rossi e Immobile (todavía estaba Di Biasi en el banquillo).

Onces posibles

Fuente: Lapizarradelmister.es
Fuente: Lapizarradelmister.es