Milan y Napoles son ciudades que no tienen nada que ver. Una ciudad está en el norte y la otra en el sur. Milan es la capital de la moda, conocida por su gran glamour, Napoles es conocida como la ciudad del sol, alegre, sencilla, colorida, caótica y con unos índices de delincuencia preocupantes. Dos personas que se sentarían en una punta distinta en la barra de un bar, uno bebiendo Macallan 1947 y otro, Ballantines. Simplemente, no se tienen nada que decir.

Hablando de fútbol, a nivel histórico, casos similares. Pero hubo una época, como ahora, en la que el Napoli no entendía de clases y le plantó cara a los gigantes de la Serie A. Hablaron de tú a tú largo y tendido.

La rivalidad debe atribuirse a mediados de los 80. Dos equipos reconocibles, el Milan de Sacchi y el Napoli de Maradona. Las dos potencias, que mantuvieron una salvaje pelea durante 4 años y solo le dejaron un título al Inter de Trapattoni mientras por Europa iban dejando su sello. Hay que contextualizar, aquella Serie A era la NBA del fútbol, jugaban los mejores jugadores del mundo en ella, una situación distinta a la actual y que le atribuye más mérito aún a este binomio.

El Milan de Sacchi| Getty Images
El Milan de Sacchi| Getty Images

En la temporada 85/86, el Milan, comandado por Nils Liedholm era un equipo sin el nivel competitivo necesario para luchar por el Scudetto, además era tuteado por equipos modestos en Europa, siendo aquel año eliminado por el Zulte-Waregem de la liga Belga en la antigua Copa de la UEFA. Su situación institucional tampoco era la mejor, su presidente Giovanni Nardí escapó a Sudafrica para no ingresar en prisión. La noticia de que un poco conocido por aquella época Silvio Berlusconi quería comprar el club, causaba discrepancias. Eran sabidas sus habilidades en los negocios, pero sus formas algo llamativas no casaban con el público más veterano, que tenía con otra visión del deporte. Finalmente, pudo comprar las acciones del vicepresidente y máximo accionista del club, Giuseppe Farina y se hizo con el club.

El Napoli contaba con Giordano y un Maradona, ya consagrado en el Calcio, una sociedad letal. Con ella, finalizó la temporada en la 3ª posición, por detrás de Juve e Inter. El Milan tuvo que conformarse con el 7º lugar en la tabla.

Los inicios de “Il Cavaliere”

La 86/87 marca un antes y un después. En primer lugar, un recién llegado Berlusconi quiere fichar a Maradona, un dios en Napoles, algo que no sentó bien, pero finalmente, el Pelusa renueva hasta 1993. Berlusconi acabó comprando nombres como Galli, Masaro, Costacurta o Donadoni, pero pese a que mejoró el 7º puesto del año anterior, acabando en la 5º puesto, el Milan seguía sin competir en Serie A y fue eliminado por el Parma, un recién ascendido entrenado por un tal Arrigo Sacchi. El Napoli alzó su primer Scudetto, algo histórico para el club.

Maradona celebrando la UEFA| Getty Images
Maradona celebrando la UEFA| Getty Images

¿Arrigo qué?

Berlusconi tuvo que preguntar a un ayudante el nombre del entrenador del Parma que le había eliminado. – Arrigo Sacchi. – Arrigo que?

Llegamos a la cumbre de esta rivalidad en la 87/88. El Napoli cuenta con la dupla Maradona – Careca, sin olvidar hombres como Carnevale o Volpecina, pero Berlusconi se lleva al joven Arrigo Sacchi del Parma, el mismo que les había eliminado de la Coppa un año antes. Con él, y pese a que fue discutido en los inicios, sumando el talento que el Milan ya poseía, se unieron nombres como Gullit, Van Basten, Ancelotti o Colombo, que harían del club lombardo un equipo de leyenda en los años venideros.

Ese año, se produce un encuentro épico entre Milan y Napoli en San Paolo, el resultado es de 2 a 3 a favor del Milan, que a base de talonario se había impulsado a lo más alto, pero los sureños únicamente quedaron 3 puntos por detrás, siendo aquel encuentro, vital en la lucha por el título.

Sin embargo, en la 88/89, y pese a sumarle a Rijkaard a los ya incorporados Gullit y Van Basten, no es suficiente para derrocar al Napoli y al Inter. El Milan era posiblemente el equipo más temido del mundo y el más innovador, pero la dureza de la liga italiana era salvajemente competitiva y era imposible rendir con regularidad y ganarlo todo, con la exigencia continua a la que estaba sometida el Milan. El Inter de Trap, que comía con los mejores de Europa, un equipazo formado por Matthäus, Brehme, Berti, Bianchi o Díaz, ese año se llevó el Scudetto, pero el Napoli hizo historia al levantar hasta el día de hoy, su única Copa de la UEFA. El Milan, no acabó mal la temporada, sumando a su palmarés su 3ª Copa de Europa y agrandando su leyenda. La Serie A era la mejor liga del Continente y mandaba en Europa. No obstante, hubo uno de los duelos más recordados entre Napoli y Milan. Maradona se inventó un gol de cabeza en plancha desde fuera del área para el recuerdo, rompiendo la famosa trampa del fuera de juego de Sacchi, en cuanto Baresi daba la orden a su defensa. Un encuentro que terminó con un humillante 4 a 1 en San Paolo.

Con la llegada de la una nueva década, llega el punto y final de esta trepidante lucha. El Napoli en la 89/90, gana su último scudetto hasta la fecha y queda 2 puntos por delante de un insistente Milan, tras dos encuentros en los que se decidieron a favor de los locales. 3 a 0 en Milán, con mismo resultado en San Paolo. A dos partidos del final y empatados a puntos en lo más alto, el Napoli derrotaba al Bolonia, mientras que el Milan caia en San Siro ante el Verona, decantando el titulo. Por su lado, los invencibles de Sacchi, se llevaron su segunda copa de Europa consecutiva.

Años siguientes

El Milan de Sacchi siguió creciendo y es a día de hoy recordado como un equipo legendario por sus logros en Europa y el impacto que su juego causó en el futbol Italiano, lejos de los estigmas del catenaccio, con un futbol ofensivo. Introdujo la defensa en zona, cuando en Italia se marcaba al hombre, jugaba con la defensa adelantada, sin líbero e introdujo la trampa del fuera de juego y una presión alta a sus rivales. Como institución, siguió agrandando su palmarés pese a la marcha de Arrigo, primero con Capello y posteriormente con Ancelotti, mientras que el Napoli, ya sin Maradona, suspendido por dar positivo en cocaina, fue perdiendo competitividad, nivel e ingresos, que lo llevaron a lo más bajo de las categorías profesionales de Italia por una profunda crisis económica. Sin embargo, no hay que olvidar, que le plantó cara al equipo más temido de Europa, siendo posiblemente, uno de los equipos que más dolores de cabeza les dio y mejor supo desarticular su juego.

Abate e Insigne| Getty Images
Insigne dispara ante Abate| Getty Images

Volviendo a la actualidad, una vez más se miden entre ellos. Nos encontramos a un Napoli que con la llegada y rescate de De Laurentiis, vuelve a sus años de oro, si bien es cierto que con ausencia de títulos importantes a nivel europeo o con algún Scudetto, cuentan con una regularidad y estabilidad, no vista hasta ahora. Ocupa la 1ª posición en la Serie A. Delante, un Milan que busca con su nuevo proyecto afianzarse en las partes altas de la tabla, actualmente 7º. Quiere dejar de dar vueltas, coger confianza y empezar a escalar posiciones ante el irregular curso que presentan con Montella en resultados y juego.

Momentos dispares y muchas cosas siguen diferenciando al Milan y al Napoli, pero como antaño, el equipo de la ciudad del sol se cuela una vez más en la parte más noble de la tabla. Ya no es una novedad, pero la rivalidad sigue estando ahí, la rivalidad a través del respeto a un rival, del recuerdo de lo que fue una dura batalla. El Napoli, desde lo más alto de la Serie A, se da la vuelta lentamente, sin prisa, no tiene miedo de que el Milan le coja, esta vez, está lejos.