El Estadio de Wembley vuelve a ser un escenario casi decisivo en esta Premier League, pues West Ham y Leicester City llegan a Londres con numerosos aspectos a mejorar y cada vez menos tiempo para reaccionar si quieren cumplirse los objetivos dispuestos a principio de temporada. Ambos conjuntos no han ganado sus últimos dos partidos, lo que supone tener aún más hambre de gol y de puntos, y puede verse reflejado en un juego atractivo para el aficionado medio, algo menos para el sufridor hincha de cualquiera de los dos equipos, que solo piensa, como los protagonistas, en hacerse con la victoria.

Sin conocer la victoria en noviembre

Dos duras derrotas ha sufrido el West Ham este mes. 1-4 frente al Liverpool y 2-0 ante el Watford. Es el momento de aprovechar las balas que tienen los hombres de David Moyes, quienes se ubican en el puesto número 18 de la clasificación, el cual condena a una plaza de relegación al Championship. Aparentemente impensable, pero la realidad es que si los hammers no levantan cabeza cuanto antes, ésta puede ser la meta a librar a final de la sesión. Aunque el experimentado entrenador y la suficiente calidad de los jugadores hace pensar que la buena racha llegará. Aunque mejor temprano que tarde.

Todo hay que decirse: tampoco ayuda el actual momento físico y de salud por el que están pasando los soldados londinenses. Hasta cinco importantes bajas presentan los locales para este viernes: Chicharito Hernández, Michail Antonio, James Collins, José Fonte y Samuel Byram. De esta manera, los hombres que en principio configuran la segunda unidad del equipo, apuntan a pasar a un primer plano para cuadrar un once que seguirá liderado por Andrew Carroll, Manuel Lanzini y Marko Arnautovic en ataque. Pura pólvora para salir hacia adelante.

La filosofía de aguantar

El Leicester City es diferente a los demás. Sabe cuándo y cómo tiene que tomar las riendas del partido, atacar y defender. Prueba de ello es que no ha perdido ninguno de los últimos cuatro encuentro fuera del King Power Stadium. Es más, ante el Swansea obtuvieron una importantísima victoria por 1-2 que sirvió para salir de las posiciones de peligro. Ahora los hombres de Claude Puel son duodécimos, cuatro puntos por encima del descenso y a ambiciosos nueve de una plaza en UEFA Europa League. Objetivo demasiado ambicioso teniendo en cuenta el fatídico ritmo de la competición liguera actual.

Jamie Vardy y Shinji Okazaki están disfrutando de un mes de noviembre fantástico, siendo además los dos máximos goleadores del equipo, con seis y cuatro dianas respectivamente. Los Foxes han decidido deshacerse por completo del balón, olvidarse de controlar el juego y el ritmo del partido para pasar a la acción. Es decir, aprovechar al máximo cualquier mínima ocasión que pueda producirse. Y hasta el momento el resultado está siendo exquisito. Desde que Craig Shakespeare abandonó la disciplina, Leicester vuelve a sonreír, y no hay motivos para dejar de hacerlo otro fin de semana más. El único aspecto negativo son las ausencias por lesión de Robert Huth, Adrien Silva y Matthew James, aunque podrán subsanarse de manera positiva.

Batalla en los micrófonos

Antes de que ruede el esférico, tanto uno como otro entrenador han tenido que comparecer en rueda de prensa. El primero fue David Moyes, que expuso lo siguiente: "Quiero que la afición nos respalde para darnos la oportunidad de ganar. Estoy intentando que hagamos partidos de mejor calidad, estoy buscando más oportunidades, aunque no creo que vayamos a conseguir muchas mejores que en el último encuentro, pero solo tenemos que mejorar nuestro juego colectivo". Por el otro lado, el francés Claude Puel quiso alabar a sus pupilos: "Tengo una muy buena sensación con los jugadores porque escuchan, trabajan duro en el campo y siento, por tanto, su enorme ambición. Ahora veremos en los próximos partidos si podemos seguir consiguiendo puntos, pero creo que con una buena adaptación y rotación, nos acercaremos más y más a la actitud que necesitamos".

Posibles alineaciones