Partir de cero ha sido la base sobre la que ha querido Morgan Schneiderlin convencer a los aficionados toffees para que crean en el equipo, pues el Everton viaja a Chipre con el único objetivo de volver a conseguir unas buenas sensaciones que desde hace varios meses no terminan de certificar. El jugador francés no ha partido como titular los dos últimos partidos de los Blues durante las victorias de la Premier League contra West Ham United y Huddersfield Town, pero se espera que sea uno de los hombres de inicio en la renovada alineación del nuevo técnico, Sam Allardyce, que no podrá viajar a Nicosia y supervisará el partido desde Inglaterra debido a un tratamiento médico preestablecido.

No queda otra: reinventarse o morir

"Quiero demostrar mi valía en cada partido", dijo Schneiderlin frente a los micrófonos de la sala de prensa chipriota. Continuó: "Hay una nueva dirección gerencial que entra, así que es un nuevo comienzo para todos. No he tenido la oportunidad de comenzar en los últimos dos partidos en el once titular, pero me corresponde a mí mostrar lo que puedo hacer, y sé que soy capaz de marcar la diferencia para el equipo". 

El director de la sala de máquinas agregó "estar muy decidido a ayudar al Everton a terminar una decepcionante campaña de la Europa League con una nota positiva", con los ya eliminados Blues habiendo recogido solo un punto en el Grupo E en los cinco encuentros previos. El jugador de 28 años también es consciente de que "las buenas actuaciones individuales podrían ser oportunas antes del derby de Merseyside del domingo, por lo que se trata de una oportunidad para que todos puedan demostrar que pueden jugar", explicó. "Es una ocasión perfecta para conseguir ritmo y porqué no, también divertirnos. Queremos ganar el partido para terminar la campaña con una buena nota. Tenemos que dar el máximo", finalizó.