Arsenal y Liverpool son, sin lugar a dudas, dos de los equipos que más pasiones mueven en el fútbol inglés, ya sea por aquella maravillosa final de Champions League en 2005 o por haber crecido viendo como Wenger y sus Invencibles arrasaban en la competición doméstica. Pese a tener unas dimensiones similares, los partidos entre ambos conjuntos nunca han destacado por su rivalidad, que no trascendía de lo meramente deportivo. Aún así, los gunners en 2013 cometieron un error que les costó enturbiar las relaciones con el Liverpool.

Luis Suárez, contigo empezó todo

En el verano de aquel año, los reds tenían en su plantilla a uno de los mejores delanteros de la liga, el uruguayo Luis Suárez. Un hombre gol por el que suspiraba media Europa y que ya se asociaba su nombre a clubes de la talla del Real Madrid. Por ello, la directiva quería retener a su estrella para organizar el asalto a una Premier League que se les estaba escapando durante demasiado tiempo

El objetivo de retener al jugador en Anfield cada día estaba más cerca, pero entonces el Arsenal llamó a la puerta de Luis Suárez. La propuesta del club londinense fue del agrado del uruguayo, que supuestamente accedió a dejar el Liverpool y a presionar para que la directiva le dejase salir. Gracias al “sí” del delantero, el Arsenal se presentó en Anfield con una oferta de 40 millones y una libra, cantidad suficiente para romper el contrato del uruguayo. 

Luis Suárez celebrando un gol en Anfield | Imagen: Liverpool FC
Luis Suárez celebrando un gol en Anfield | Imagen: Liverpool FC

Suárez estaba de acuerdo y el que sería su nuevo equipo había pagado su cláusula de rescisión, pero el uruguayo no iría al Arsenal gracias a un giro de los acontecimientos de lo más curioso. La directiva gunner entendió que la obligación del Liverpool de informar al delantero uruguayo de las ofertas superiores a 40 millones de libras era una cláusula de rescisión, cometiendo un error de comprensión poco justificable. Como era de esperar, el Liverpool montó en cólera, rompiendo todas sus relaciones con el club londinense por intentar llevarse a su jugador sin negociar. La directiva red estaba enfadada, pero esto no evitó que John Henry tirara de humor para escribir un tweet que desataría una oleada de memes y burlas hacia el Arsenal. “¿Qué están fumando en el Emirates?”, escribió el norteamericano en un post que alcanzó casi los 60.000 retweets y otros tantos miles de likes.

Se fue Suárez... pero apareció la cláusula “anti-Arsenal”

La temporada 2013/14 que vino tras ese verano, fue notable para los reds. Comandados por un inmenso Luis Suárez que consiguió 31 goles en 33 partidos, el Liverpool acarició una Premier League que acabó en las vitrinas del Manchester City después del famoso resbalón de Steven Gerrard. El uruguayo llegaba al Mundial de Brasil en un momento de forma excelso, que se vio truncado por la agresión del delantero a Chiellini, dejándole varios meses sin jugar. Pese a ello, la sanción no le impidió hacer las maletas rumbo a Barcelona, dejando en las arcas de Anfield 81 millones de euros, algo menos del doble de lo que ofreció el Arsenal un año antes.

Roberto Firmino rematando ante el Arsenal | Imagen: Getty Images
Roberto Firmino rematando ante el Arsenal | Imagen: Getty Images

En el verano de 2015 llegó al Liverpool Roberto Firmino, un habilidoso segundo punta brasileño que venía de mostrar un buen nivel en Alemania. Con su llegada se pretendía rellenar el hueco que había dejado Suárez un año antes,  un trabajo que se presentaba muy complicado. La polémica no llegó ni por el dinero pagado ni por el jugador en cuestión, ya que el contrato de Firmino tenía una sorpresa en su interior. La cláusula de 80 millones de libras era prohibitiva, pero se podía ejecutar por cualquier equipo dispuesto a pagar a excepción de uno. Y como era de esperar, ese “uno” era el Arsenal. La directiva del Liverpool se ahorraba que le quitasen a su jugador y los gunners se ahorraban volver a equivocarse y la oleada de burlas que vendría después.

Tensión a contrarreloj

El último capítulo de esta rivalidad en los despachos llegó este último verano, en el Deadline Day. El Liverpool estaba buscando un último refuerzo para cerrar la plantilla, por lo que se empezó a peinar el mercado para encontrar un jugador polivalente. Klopp propuso a Oxlade-Chamberlain, jugador que era del agrado del técnico tras revolucionar un Borussia Dortmund - Arsenal en su etapa al frente del club bávaro. Pese a ello, había dos problemas que podían torpedear la operación: el tiempo y las deterioradas relaciones con el Arsenal.

Los representantes del Liverpool intentaron -y más tarde, consiguieron- cerrar una operación que de primeras parecía hostil, pero que se complicó con el paso de las horas debidos al interés que mostró el Chelsea por el jugador. Los gunners preferían vender a The Ox a sus vecinos, ya que la tensión con la directiva del Liverpool y compartir los mismos objetivos deportivos parecían dos argumentos de peso que justificarían la salida del jugador a Stamford Bridge. La  operación estaba hecha, pero el destino, caprichoso, tenía otro giro preparado en este lío de despachos. 

Klopp junto a Oxlade-Chamberlain | Imagen: Liverpool FC
Klopp junto a Oxlade-Chamberlain | Imagen: Liverpool FC

Oxlade-Chamberlain quería irse al Liverpool, ya que Klopp le aseguraba jugar cerca de la portería, mientras que Conte le ofrecía un puesto como carrilero diestro. Finalmente, la intención de jugador y una jugosa oferta económica de los reds desbloquearon la situación, permitiendo al inglés hacer las maletas rumbo a Anfield. Esta vez el perjudicado aunque parezca extraño viendo el historial, no fue ni el Liverpool ni el Arsenal, ya que el Chelsea se quedó con las manos vacías y con un enfado monumental de Antonio Conte.

Pese a que la tensión entre ambas directivas es grande, poco importará lo sucedido en los despachos cuando el colegiado marque el inicio del partido entre gunners y reds. Ambos equipos se juegan bastante, ya que son rivales directos en la pelea por entrar a la Champions League, centrándose todos los focos en el terreno de juego. Aún así, no se descarta el pago fallido de una cláusula de rescisión o la creación de una nueva cláusula en la zona noble del Emirates Stadium mientras están los tres puntos en juego.