Para los que sienten. Para los que vibran. Para los que ven más allá de una simple pelota rodar. Para los que se enfundan los colores de su equipo cada fin de semana. Los que se dejan la voz. Y las lágrimas. Para los que celebran. Para los que hacen amistad. Y para los que dejan de ser amigos. Para los que se enganchan a la televisión. O a la radio. O a Internet. Para los que pasan la tarde viendo a unos jugadores moverse por un rectángulo verde. Para los que viven de ello. Y para los que aspiran a hacerlo. Para todos ellos, llegan momentos como este. Historia en el presente. Algo que contar en el futuro. Termina 2017 y lo hace a lo grande. Seguramente, habrá sido un año bueno para unos y muy malo para otros. Lo recordarán unos pocos y lo olvidarán fácilmente los restantes. Pero se despide. Y lo hace a lo grande, dejando a Arsène Wenger como una leyenda.

Tras el partido que el Arsenal ha disputado ante el West Bromwich Albion, el francés ha superado a Sir Alex Ferguson, técnico que, con el Manchester United, alcanzó la increíble cifra de 810 encuentros en la Premier League. El francés, con este choque, suma 811, lo que le pone a la cabeza de la clasificación de entrenadores en la liga inglesa. Además, caprichoso como siempre, el destino ha querido que lo haga frente al equipo con el que Ferguson dirigió su último encuentro como técnico, siendo, además, en el mismo escenario, The Hawthorns. El camino, que tantas y tantas veces les ha cruzado en las zonas técnicas, hace que la comparación entre el escocés y el francés sea inevitable, aunque el vencedor sí resulta bastante claro.

Un cambio instantáneo

Lo cierto es que, aunque haya sido en 2017 cuando Wenger se ha consolidado como el técnico con más partidos en la historia de la Premier League, la historia viene de lejos. El alsaciano llegaba al banquillo Gunner en 1996, con el curso 96/97 ya comenzado y tras el paso de dos entrenadores que, al igual que sus predecesores, no habían logrado hacer del Arsenal un equipo competitivo en lo que cuatro años atrás se había denominado Premier League. En 1992 entró en vigor el nuevo formato de competición, dejando atrás la ya extinta First Division. En una época complicada para el equipo de Highbury, estos primeros compases de la nueva competición inglesa dejaron un decimoprimer puesto en su primera temporada, un cuarto en la segunda, un decimosegundo en la tercera y un quinto en la última antes de lo que ya se conoce como la ‘era Wenger’.

Wenger en sus primeras temporadas con el Arsenal | Fotografía: Arsenal
Wenger en sus primeras temporadas con el Arsenal | Fotografía: Arsenal

Wenger llegó en 1996 y se puso al frente de un vestuario con Tony Adams, Patrick Vieira, Ian Wright o Nicolas Anelka

Llegando directamente de Japón, Arsène se puso a los mandos de un equipo que, como él mismo ha dicho recientemente, no sabía muy bien cómo le iba a recibir: “Regresé de Japón y estaba feliz de tener una oportunidad en Inglaterra porque siempre había querido entrenar aquí. No sabía cómo iba a ser aceptado por los jugadores. Eso era algo complicado porque hay que tener en cuenta que muchos de ellos tenían en torno a treinta años”. Lo cierto es que no debió ser fácil ponerse a los mandos de una nave que por aquel entonces contaba con jugadores de la talla de Tony Adams, Patrick Vieira, Ian Wright o Nicolas Anelka, entre otros. Sin embargo, su gesto hiératico y su buen tacto encarrilaron al vestuario Gunner a vivir los mejores años de su historia.

El cambio fue instantáneo y un tercer puesto en su primera temporada, en la que dirigió treinta partidos en Premier League, ya adivinaba un buen futuro para la entidad de Highbury. Al año siguiente, su primer título. Sin hacer esperar a una afición que lo había pasado mal y que no había visto a su equipo en lo más alto de la clasificación desde 1991, Wenger consiguió un total de 78 unidades con las que el Arsenal superaba, por tan solo un punto, al Manchester United de Sir Alex Ferguson. Llegaba la primera victoria del francés sobre el escocés en lo que resultó ser un duelo vibrante en los banquillos de las islas.

A partir de ahí, tres subcampeonatos consecutivos –en las temporadas 98/99, 99/00 y 00/01- eran el preludio de la gran plantilla que estaba gestando el equipo del norte de Londres. A los mitos anteriormente mencionados se unieron otros como Robert Pires, Thierry Henry o Dennis Bergkamp, que labraron en letras de oro los primeros compases del siglo XXI. En el curso 2001/2002, el Arsenal se alzaba, de nuevo, con la primera posición tras conseguir la segunda mejor marca de puntos en la era Wenger. Las 87 unidades le sirvieron a los londinenses para superar a un Liverpool que se quedó a siete puntos del líder, mientras que el Manchester United de Ferguson vio cómo su rival en el banquillo le aventajaba en diez unidades.

En 2004, el Arsenal de The Invincibles ganó la liga sin perder ningún partido

Era una gran época de los Gunners, pero lo mejor estaba por llegar. Y es que, tras quedar de nuevo segundos en la 2002/2003 llegó The Invincibles. El curso 2003/2004 está grabado a fuego en la mente de todos los aficionados del Arsenal. El conjunto de Wenger batió todos los récords, logrando terminar la temporada sin perder ningún partido liguero. Un total de 26 victorias y doce empates desembocaron en la suma de 90 puntos, la cifra más alta de la 'era Wenger'. Con 73 goles a favor y 26 en contra, los londinenses no encontraron rival en una competición en la que aventajaron al segundo clasificado en once unidades. El once inicial era un sueño y será repetido hasta la posteridad.

The Invincibles celebrando el título liguero | Fotografía: Arsenal
The Invincibles celebrando el título liguero | Fotografía: Arsenal

El listón estaba muy alto y la hazaña era difícil de repetir. El curso 2004/2005 sirvió para ver al Arsenal más goleador con Arsène Wenger en el banquillo, pues el conjunto de Londres marcó 87 dianas en los 38 partidos ligueros, promediando 2,29 tantos por encuentro. Goleadas como el 7-0 al Everton, el 4-1 al Norwich o el 5-1 al Crystal Palace ayudaron a tan increíble marca, aunque también lo hicieron partidos plagados de goles como el 4-5 frente al Tottenham en White Hart Lane o el 5-3 frente al Middlesbrough en Highbury. Además, este año era el último en el que el equipo londinense brilló. A partir de ahora, las nubes se ciernen en torno a un club que no va a pasar sus mejores años, llegando a un declive que tiene sus consecuencias en el más absoluto presente.

Terceros, cuartos y oportunidades perdidas

Diez años consecutivos alternando terceras y cuartas posiciones en Premier League a buen seguro no son malos datos para cualquier equipo de fútbol, pero sí lo son para un Arsenal que llegaba de una etapa que poco o nada tenía que ver con esos puestos. El curso 2005/2006 es, hasta el momento, el que menos puntos dejó en el casillero Gunner, con apenas 67 unidades. Mucho tuvieron que ver ahí las once derrotas fuera de casa. Se iba Highbury y parece que los jugadores se guardaban sus mejores trajes para brillar delante de su afición. La llegada del Emirates tampoco trajo un cambio de tendencia, pues la campaña 06/07 es aquella en la que menos victorias ha conseguido el Arsenal con Wenger al mando. Apenas 19 triunfos en los 38 partidos ligueros igualan un registro preocupante que se volvió a dar al término de la temporada 2010/2011.

El Arsenal va camino de igualar su peor marca de goles en contra: 49 en la 2011/2012

No corrían aguas fructíferas por el norte de Londres y un problema que se ha extendido hasta el presente se empezó a dar. El declive en la línea defensiva ya preocupaba a un técnico que tuvo que ver como su equipo encajaba la friolera de 49 tantos en contra en el curso 2011/2012. Una media de 1,28 tantos por partido solo puede ser superada en la presente temporada, cuando el Arsenal ya ha encajado 26 tantos en los 21 partidos. Su proyección ronda ese medio centenar de goles en contra que, desde luego, no son halagüeños de cara a conseguir un buen puesto en liga.

Fiesta de clausura de Highbury | Fotografía: Arsenal
Fiesta de clausura de Highbury | Fotografía: Arsenal

Hubo que esperar hasta 2015 para ver un nuevo subcampeonato para los chicos de Wenger. Sin embargo, la sensación fue aún más agridulce que en temporadas atrás, pues los grandes favoritos a la Premier League se descolgaron lo suficientemente rápido como para que el Arsenal intentara comandar la clasificación. Ni los equipos de Mánchester ni rivales míticos de los londinenses como Chelsea, Liverpool o Tottenham fueron capaces de seguir el ritmo de un sorprendente Leicester. Un equipo que dejó una nota positiva en un fútbol marcado por lo económico. Humildes, trabajadores y aguerridos, los Foxes, de la mano de Ranieri, dieron una lección en la mejor liga del mundo.

¿Cómo acabará el peor momento?

Con esa espina clavada y con la intención de aprovechar el más mínimo resquicio, el conjunto Gunner comenzó un curso 2016/2017 que, lejos de ir a mejor, dejó el peor resultado de Wenger en el banquillo. Un quinto puesto evitaba que, por primera vez en más de veinte años, el equipo del Emirates Stadium disputara la UEFA Champions League. El Arsenal ya no iba a pertenecer al torneo de los mejores, pero ¿había dejado de ser uno de ellos? Lo cierto es que, con 75 puntos en su haber, habían superado la cifra de la temporada anterior, pero un extraordinario Chelsea marcó un ritmo difícil de seguir por cualquiera. Solo el buen final de campaña salvó a un técnico que, con la FA Cup entre las manos, firmó la que, a buen seguro, puede ser su última renovación.

Arsène Wenger con la última FA Cup conseguida por el Arsenal | Fotografía: Arsenal
Arsène Wenger con la última FA Cup conseguida por el Arsenal | Fotografía: Arsenal

Wenger ha renovado por dos temporadas con el Arsenal

Dos años más al frente del Arsenal parecen ser suficientes para un Arsène Wenger muy criticado por la grada en los últimos años. El desgaste y las voces que piden una renovación en el banquillo pueden acabar con un legado que, desde luego, es bastante fructífero para el conjunto de Londres. Tres títulos en 21 años serán suficientes para unos y escasos para otros, pero lo que está fuera de toda duda es que el técnico alsaciano ha sido algo más que un entrenador para el Arsenal. Sus estudios de economía siempre han sido utilizados en su contra, aunque lo cierto es que ha manejado como nadie la institución en todas sus vertientes. Habrá que ver cómo resulta el conjunto Gunner cuando se marche, pero la incertidumbre va a ocupar numerosas portadas el día que esto ocurra.

Superando a un referente

Con una admiración mutua, Arsène Wenger y Sir Alex Ferguson han marcado una época en el fútbol inglés. Ligado el primero al Arsenal y el segundo al Manchester United, lo cierto es que tanto el francés como el escocés han dejado innumerables imágenes en los banquillos de dos templos futbolísticos a nivel mundial. Ahora, tras cumplir 21 años en el cargo, Wenger tiene el honor de poder superar al referente de los técnicos. Al ejemplo a seguir por todos los que quieren hacer de un equipo el mejor. A los que quieren implantar su idea sobre un terreno de juego. En un fútbol de sillas calientes, en el que la paciencia ni se compra ni se espera, solo dos mitos vivientes del deporte rey podrían hacer coincidir sus caminos.

Wenger y Ferguson se saludan antes de un partido | Fotografía: Premier League
Wenger y Ferguson se saludan antes de un partido | Fotografía: Premier League

Tras el partido ante el West Bromwich Albion en la plaza en la que se retiró el escocés, The Hawthorns, Wenger se ha convertido, con 811 encuentros, en el entrenador con más partidos de la Premier League. Superando en uno, por el momento, al ex del Manchester United, la comparación se hace inevitable:

  Arsène Wenger Sir Alex Ferguson
Victorias 468 528
Empates 198 168
Derrotas 145 114
Partidos 811 810
Puntos 1601 1752
Goles a favor 1525 1627
Goles en contra 782 703
Títulos ligueros 3 13

Odiosas como siempre, la comparación deja en un muy buen puesto a un Sir Alex Ferguson que se retiró con la satisfacción de no perder nunca las tres primeras posiciones en su carrera como entrenador del Manchester United. Un total de trece entorchados ligueros se combinan con cinco subcampeonatos y tres terceros puestos. Datos, todos ellos, envidiables y difícilmente superables por otro entrenador. Tuvo que llegar Wenger a las islas para que el reinado de The Boss se tambaleara, aunque no llegara a caer. Ahora, con su marcha cada vez más cercana, lo que está claro es que cualquier aficionado al fútbol puede sentirse orgulloso de haber coincidido con dos maestros de los banquillos. Con dos personas incomparables que ahora intercambian posiciones en el podio de las leyendas.

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