Cinco victorias en sus últimos cinco partidos y estar invicto como local en partidos de liga son rachas sorprendentes, a no ser de que el equipo en cuestión sea el Bayern Múnich, pues es algo común para el equipo de Heynckes.

Los gigantes bávaros enfrentaban la fecha numero 19 recibiendo al decimosexto de la clasificación, el Werder Bremen. El conjunto verde, que supo vivir mejores épocas en el ámbito deportivo, llegó al Allianz Arena consciente de sus debilidades y necesidades, teniendo en cuenta que el descenso les está respirando en el cuello. Por esto, los dirigidos por Kohfeldt llegaron a Múnich con un plan aprendido y un estrategia regida por el orden y la audacia.

El conjunto visitante llegó con la clara consigna de defender su arco como un tesoro, manteniendo una marca constante sobre dos de los jugadores más peligrosos del Bayern: James Rodríguez y Arjen Robben. Sin embargo, no llegaron con la consigna de esconderse y no pasar de la mitad de la cancha, pues ante la recuperación del esférico tenían la libertad de ir a buscar hacer daño, especialmente por la banda izquierda con el sueco Augustinsson y los movimientos inteligentes de Kruse.

Bargfrede y Müller disputando el balón  | Foto: Twitter @FCBayern
Bargfrede y Müller disputando el balón | Foto: Twitter @FCBayern

Por su parte, Heynckes, desde el once escogido, salía con un claro mensaje hacia su oposición: iban por todo en el partido. La alineación inicial del Múnich se mostraba con una evidente tendencia ofensiva y de posesión, pues el colombiano Rodríguez dejaba su puesto como enganche del equipo y bajaba a jugar en el doble pivote con Martínez, dándole cabida a Müller por detrás e Lewandowski.

Con estos planes en mente, el compromiso empezó y los dos equipos se dedicaron a ponerlos en marcha. Como era de esperarse, el Bayern Múnich salió e inmediatamente se adueñó del balón, adelantando sus líneas y usando a sus dos laterales como piezas claves para abrir la cancha y conservar la posesión del esférico. Los visitantes se resguardaban y esperaban la contra que seguramente tendrían.

Probablemente nadie esperaba que esa contra fuera en el minuto 6, cuando el lateral izquierdo Augustinsson subió a tres cuartos de cancha y envió un lindo centro con destino a la cabeza de Max Kruse, quien conectó el balón de gran manera pero no pudo darle la suficiente dirección y se estrelló en el palo de la mano izquierda de Ulreich. A pesar de este primer anuncio, el plan de juego no cambió para ninguno de los dos, pues ambos, en especial el visitante, estaban encontrando resultados muy positivos con su estrategia.

De esta manera, en el minuto 22, el capitán Junuzovic alertaría las inmediaciones del área del Bayern con un remate de media distancia tras un rebote. Solo dos minutos más tarde llegó el éxtasis de la afición visitante, cuando tras un lateral por el costado de Juan Bernat, Max Kruse queda en la frontal del área y con mucho espacio para poder rematar de zurda, sin embargo, iluminado con el alma de un diez clásico, filtró un pase con precisión quirúrgica para su compañero Gondorf y este hizo lo que tenía que hacer. Definió por debajo de las piernas de Ulreich y mandó el balón junto al palo para poner el 0-1 y dar la sorpresa en el Allianz.

Celebración del gol de Gondorf para el Bremen | Foto: Twitter @Bundesliga_DE
Celebración del gol de Gondorf para el Bremen | Foto: Twitter @Bundesliga_DE

El gol alertó a los locales, que salieron a buscar el gol del empate a través de la posesión del balón y aprovechando la creatividad de James Rodríguez y Ribéry. Los visitantes hacían gala de sus buenas condiciones para contraatacar y aprovechaban la poca presencia defensiva del colombiano y la subida constante de los laterales para mantener a la defensa del conjunto muniqués ocupada y alerta.

Era tanto el ímpetu de los locales para buscar el 1-1 que hasta los defensores centrales se adelantaban en el campo y buscaban posiciones de gol o asistencia. Este envión tendría efectos positivos sobre el marcador para el Bayern, pues, en el minuto 40, Boateng tomaría el balón sobre la media cancha liberado de cualquier tipo de presión y enviaría un servicio teledirigido al pecho del capitán, de Thomas Müller.

El internacional alemán recibió el esférico en el área como si no hubiera nadie a su alrededor y remató, sin dejar caer el balón, de volea venciendo la resistencia del portero Pavlenka.

Tras este gol, y por única vez en el partido, el conjunto visitante se hizo dueño de la posesión del balón y pudo mantener al Bayern en su campo y lejos de cualquier situación de peligro. No obstante, este control no le sirvió para hacer daño y el primer tiempo acabó empatado a uno.

Remate de Thomas Müller para el 1-1 | Foto: Twitter @FCBayernES
Remate de Thomas Müller para el 1-1 | Foto: Twitter @FCBayernES

El segundo tiempo del compromiso empezó con los mismo planteamientos que el primero pero con un cambio en la actitud de los locales. El Bayern salió a ejercer una posesión mucho más vertical y enfocada en hacer daño. Teniendo esto en cuenta, Müller se encargó de bajar un poco más en el campo para ayudar a James en la salida y creación de juego.

En el minuto 56, Ribéry recibe el balón en tres cuartos de cancha y conduce un ataque prometedor para los locales. Luego le entrega el esférico a James Rodríguez quien manda un centro al área para Lewandowski, pero el polaco, extrañamente, define desviado. Primer aviso para el Bremen.

Cinco minutos más tarde un tiro de esquina enviado por Rodríguez seria rechazado de mala forma y le quedaría al recién ingresado Vidal que remató pero Pavlenka atajó mostrando unos reflejos felinos, pues era un tiro duro y cercano a su posición. Esta jugada terminó en otro tiro de esquina para los bávaros.

El encargado, de nuevo, fue el colombiano. Acaricio el balón para darle rosca hacia el punto penal y el gran polaco, el goleador del Bayern, se elevó dentro del área de los visitantes para conectar el servicio con su cabeza y con un golpe fuerte y seco adelantó a su equipo en el marcador por primera vez en el partido. La tendencia seguía, pues Lewandowski había marcado en todos los partidos que el Bayern había jugado de local y esta racha continuaba hoy.

El marcador pudo ser 3-1 en el minuto 69 cuando Ribéry hace una jugada individual típica de él pero remata mordido. Este remate lo alcanzó Lewandowski con el taco y Pavlenka volvió a salvar su arco. La jugada no había terminado, pues Ribéry cazó el rebote y remató, aunque un defensor sacó de la línea el intento del francés y mantuvo el 2-1.

Lewandowski y James celebrando el gol del polaco | Foto: Twitter @FCBayernES
Lewandowski y James celebrando el gol del polaco | Foto: Twitter @FCBayernES

El minuto 73 trajo consigo otra alegría para los visitantes, pues la inseguridad que mostró Ulreich con los centros de costado lo hizo pagar el precio. Una jugada en la que el portero falla y regala un córner, derivó en un centro de Max Kruse que surcó los aires del área chica de Ulreich. El portero alemán no salió a cortar el centro e, infortunadamente para él, el balón rebotó en el pecho de Süle para irse al fondo del arco. Un autogol que igualaba el partido.

La alegría duró solamente tres minutos. En el 76, la libertad que le dieron a Thomas Müller para enviar un centro al área fue inaudita. Tal como pasó en la asistencia de Boateng, nadie presionó a Müller y el alemán mandó un centro perfecto para Lewandowski, quien no suele fallar. Así, el polaco venció, nuevamente, a Pavlenka con un gran cabezazo.

El 3-2 no mató al Bremen, pues salieron a buscar el empate con mucha valentía y entrega. Sin embargo, no tuvieron la puntería suficiente para marcar y tampoco encontraron la iluminación mental que sí encontró James Rodríguez en el minuto 84.

El jugador colombiano recibió el balón sobre la medialuna del área del Bremen, parecía tener todos los caminos cerrados, pero con una visión envidiable, observó a Müller, y le envió un pase magistral, casi como en los videojuegos, picándola por encima de todos los defensores y dejándolo solo frente al arquero. El alemán solamente tuvo que empujar el balón por debajo de Pavlenka para marca el 4-2 definitivo.

El partido acabo con el 4-2 en el marcador. La valentía y buenas intenciones del Werder Bremen no lograron su cometido y quedaron en la posición 16 de la clasificación a cuatro puntos de los puestos de salvación. Por su parte, el líder es más líder que nunca. Está a 16 puntos del segundo, aunque si el Schalke 04 gana su partido de hoy, quedara a ‘tan solo’ 14 unidades.

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Sobre el autor
Santiago Castro Reyes
Estudiante colombiano de Psicología y Filosofía, Universidad de La Sabana. Apasionado por el fútbol y fenómenos sociales como el barrismo.