Es un hecho irrefutable que, hasta 2013, fecha de la renuncia de Sir Alex Ferguson como entrenador del Manchester United, los reds devils llevaban muchos años quedando muy por encima, a efectos de clasificación, del Tottenham. Sin embargo, esa tendencia pareció revertirse en ese verano de 2013: en las cuatro campañas completas que se han disputado desde entonces, el Tottenham ha quedado por delante del United en tres de ellas.

Y puede que este dato no sea, en absoluto, una coincidencia: mientras que el Manchester United parece no haber dado todavía (al menos, al 100 %) con quien sea su piedra filosofal en el banquillo, tal y como lo fue Ferguson -no es, ni mucho menos, tarea fácil- y parecía andar a bandazos hasta hace no mucho tiempo, el Tottenham parece tener una línea muy clara de estabilidad en el banquillo hace ya bastantes años (salvo el irregular periodo de André Villas-Boas).

Desde la marcha de Ferguson, el Manchester probó a Moyes (fracaso absoluto; ni siquiera llegó a terminar la temporada 2013/14); lo intentó con el experimentado y polémico Louis van Gaal (tuvo más sombras que luces, ocupó el banquillo de Old Trafford entre continuos rumores de ceses y fue destituido al término de la segunda temporada de las tres por las que había sido contratado); y se embarcó en el verano de 2016 en la ‘aventura’ del no menos polémico e icónico José Mourinho: la gran diferencia del portugués con sus antecesores en el cargo es que parece que a este sí que parece estar dándosele tiempo y confianza. Pese al más que mediocre desempeño de su equipo en la Premier League 2016/17 (apenas fue sexto y solo el título de la UEFA Europa League y la consiguiente clasificación para Champions salvó su temporada) y estar actualmente a 12 puntos del Manchester City en la presente edición de la Premier, la directiva parece confiar ciegamente en el portugués, como prueba la renovación de su contrato, hace pocos días, una temporada más, hasta junio de 2020.

Jose Mourinho, el dia de su presentacion como entrenador del Manchester United (Foto: manutd.com)
Jose Mourinho, el dia de su presentacion como entrenador del Manchester United (Foto: manutd.com)

Tal vez, en la estabilidad (y no solo en la persona) encuentre el Manchester la piedra filosofal para renovar los pretéritos éxitos alcanzados con Sir Alex Ferguson. Y si hablamos de estabilidad, podrían muy bien mirarse en el espejo del que será su rival el próximo miércoles: apenas cuatro entrenadores desde 2008. El 26 de octubre de aquel año, Harry Redknapp tomó las riendas del equipo (sustituyendo al español Juande Ramos, por cierto) y no las abandonaría hasta casi cuatro años después, en el verano de 2012; habiendo conseguido, en ese periodo, cuajar una de las mejores temporadas del Tottenham en su historia y que, como consecuencia, le llevaría a disputar por segunda vez en su historia la UEFA Champions League en la campaña 2010/11.

Pese a tener contrato (y por estos caprichos de los directivos de fútbol), el Tottenham decidió abandonar a su técnico más exitoso de la última década para encomendarse al, por aquel entonces, mediático André Vilas Boas (pese a su fracaso en el Chelsea). Y, como suele pasar muchas veces, los ‘caprichos' traen malas consecuencias y Villas-Boas apenas aguantó una campana y media en White Hart Lane, con muchas más sombras que luces (y más por la fama de que venía precedido que por sus resultados en esos meses). Reemplazado por Tim Sherwood, en una solución que nunca se supo bien si fue concebida como temporal o definitiva, el caso es que el Tottenham se lanzaría, en la primavera del 2014, al fichaje de Mauricio Pochettino, que tan buena campaña hubiese realizado aquel año al frente de Southampton.

Andre Villas-Boas, entrenador del Tottemham entre julio de 2012 y diciembre de 2013 (Foto: tottenhamhotspurs.com)
Andre Villas-Boas, entrenador del Tottemham entre julio de 2012 y diciembre de 2013 (Foto: tottenhamhotspurs.com)

Y con el argentino, de nuevo, la estabilidad. Y los resultados. Quinto clasificado en la temporada 2014/15, tercero en la 2015/16 (y consiguiente clasificación para Champions) y subcampeonato (y, obviamente, otra clasificación para Champions) en la pasada campaña; y, por cierto, notabilísima fase de grupos en esta Champions 2017/18, dominando su grupo por encima del todopoderoso Real Madrid.

Y todo lo anterior, en lo referido a la línea marcada en los despachos en términos de longevidad de los entrenadores; pero, si nos referimos a la idea plasmada por ambos equipos sobre el terreno de juego (algo que, de una forma u otra también depende del directivo de turno), también aparecen notabilísimas diferencias entre los rivales del miércoles, Tottenham y Manchester United: donde Mourinho apuesta por el posicionamiento táctico y el desempeño de la mayoría de sus jugadores como ‘soldados de un ejército’, Mauricio Pochettino apuesta mucho más por la libertad individual de sus hombres en todas las zonas del terreno de juego: variando esquemas, rotando hombres, aunque (casi) siempre con la referencia de ese depredador de porterías contrarias llamado Harry Kane.

El duelo está servido. Wembley. Miércoles 31 de enero. Mauricio Pochettino frente a José Mourinho. Libertad frente a rigidez táctica. Apuesta por una idea en el banquillo frente a bandazos (aunque parece que corregidos). Pasen y vean.