La victoria era el único resultado que pasaba por la mente de los romanistas, y a pesar del susto inicial que dio un combativo Benevento, la Roma se adjudicó un triunfo que no se podía escapar para lograr la clasificación de cara a la próxima edición de la UEFA Champions League.

Saltaban las alarmas muy pronto

Los visitantes avisaban en el primer minuto de que no habían venido a la capital para hacer turismo. Líneas muy juntas y balones largos a la contra era su planteamiento, y el atacante del colista Guillerme, transformó el primer remate del choque para hacer saltar la sorpresa en el Olímpico. Fuera del guión esperado, al conjunto romano le iba a tocar remar desde el minuto siete de partido. Pronto se hicieron con la iniciativa y el dominio de la posesión, pero los visitantes esperaban muy atrás defendiendo con un 4-5-1 en el que las coberturas se sucedían para combatir la movilidad de los hombres de Eusebio Di Francesco, donde el más enchufado parecía ser Stephan El Shaarawy al principio, pero que se diluiría poco a poco. 

Réplica de la Roma

Sin embargo, la primera ocasión clara para los locales llegaría de la cabeza de Edin Džeko, que tras una pared con el joven extremo turco Cengiz Ünder, remataría un centro buenísimo desde el flanco derecho que se topó con la intervención providencial del guardameta recién llegado al Benevento, Christian Puggioni.

En el asedio de la Roma, la segunda clara también fue obra del delantero bosnio en el minuto 20, aunque esta vez fue Viola quien evitó el empate en la línea de gol.

El Benevento necesitaba una tregua, pero la Roma seguía surtiendo balones al corazón del área buscando a su mejor jugador. Tanto iba el cántaro a la fuente que finalmente otro balón colgado, está vez por un Kolarov experto en el balón parado, sería rematado por Federico Fazio totalmente liberado de la marca de Venuti para poner de nuevo las tablas en el 26. De esta forma, los hinchas de la capital sí respiraron algo más aliviados, al mismo tiempo que sus futbolistas seguían empeñados en hacer daño a balón parado y con balones centrados desde ambos costados. Florenzi, hoy capitán de la Roma dada la suplencia de Daniele De Rossi, adquiría mucho protagonismo en cada subida como un puñal por el sector derecho, actuando prácticamente como extremo. 

Pasada la media hora, los locales dieron un respiro al colista de la Serie A, que aprovechó para ganar algo de posesión y con ello oxígeno. Pero esto tampoco parecía venirle bien, ya que al contraataque también ponían en apuros a su defensa. Sandro, otra de las incorporaciones invernales y ex-jugador del Totthenham, sufría en este contexto de ida y vuelta, teniendo que acudir constantemente a cubrir los espacios dejados por sus compañeros, procurando que su nuevo equipo no se terminase de partir. El primer periodo no tuvo mucho más en su tramo final, más allá del enésimo remate de cabeza, esta vez con Manolas como protagonista. El balón se marchó fuera de la meta rival, pero parecía evidente que solo un milagro o varias intervenciones meritorias por parte de Puggioni podían evitar la goleada romanista, que remataba con facilidad cualquier balón colgado.

Džeko y Ünder dominando el caos 

La segunda mitad fue muy alocada, con falta de orden y tranquilidad, que no era lo que los locales deseaban en un principio. Eso sí, Džeko continuaba rematando todo balón que pasaba por el área, una vez más sin puntería por escasos centímetros. Di Francesco estaba preocupado y su reacción no se hizo de rogar. Defrel ingresaba en el terreno de juego en el 55 en detrimento de El Shaarawy.

Casualmente o no, el cambio surgió efecto, al menos en lo que al resultado se refiere. En el 59 de partido, Cengiz Ünder metía la sexta marcha para librarse de Letizia por velocidad y servirle en bandeja el gol que estaba claro que acabaría entrando tras un remate de cabeza y con la firma del MVP del encuentro por su perseverancia, Edin Džeko. Un Puggioni mal colocado ayudó a que le resultase fácil de introducir a todo un killer como es el bosnio. 

Tan solo tres minutos más tarde, llegó la sentencia. Penúltimo pase fantástico de quién sino Džeko, asistencia con mucho temple de Diego Perotti y definción certera apareciendo desde la segunda línea de Ünder al palo corto. 

Festival ofensivo por parte de ambos equipos

Roberto De Zerbi haría debutar entonces a una leyenda de la Premier como es Bacary Sagna, dejando ver que su mente estaba ya en el próximo encuentro. 

La puntilla romanista fue obra nuevamente del extremo turco tras un precioso disparo desde la frontal con mucho efecto ejecutado con su guante izquierdo. Restaban 15 minutos y el marcador del Olímpico de Roma dibujaba un contundente 4-1. Sin embargo, el Benevento no se iba a rendir y para sorpresa de quienes pensaban en una goleada local, redujo distancias inmediatamente en la siguiente jugada. El autor esta vez sería su canterano Enrico Brignola, que casualmente estuvo cedido en la Roma sub 17. Qué difícil es regatear a "la ley del ex". 

El definitivo 5-2 llegó desde el punto de penalti en el descuento. Gregoire Defrel anotaba un disparo ajustado que besó la madera antes de convertirse en su primer gol con la camiseta giallorossi.

Tres puntos que se quedan en casa y la Roma ya ocupa la cuarta plaza a tan solo un punto del Inter que venció por dos goles a uno al Bologna tras diez partidos sin conocer la victoria. Un punto por detrás, la Lazio, que cayó en San Paolo frente a un Napoli con alma de campeón, le pisa los talones a los romanos, que no podrán relajarse en la Serie A para centrarse en la eliminatoria frente al Shakhtar Donetsk ucraniano.