Los días desde el clásico perdido ante el Werder Bremen no han sido fáciles en la ciudad en las orillas del Elba. No fue sólo debido la preocupante actuación ante un débil rival de toda la vida que culminó en un polémico gol en los últimos minutos del partido y convirtió la vuelta por el Autopista A1 en un calvario para una plantilla que en estos días solamente sabe decepcionar. A eso se suma la abierta agresividad de diferentes sectores de la hinchada de los Rothosen, la cual ya exhibió banderas amenazantes en el partido perdido de local ante el Bayer Leverkusen. Los acontecimientos en el Weserstadion, el continuo uso de pirotecnia durante gran parte del partido, llevaron al club a elevar el vallado en la tribuna local ya que se espera lo peor en caso de una derrota frente al Mainz el próximo sábado. Esto aparenta como un factor clave, ya que se parece haber roto el lazo fuerte entre hinchas y jugadores, determinante en las temporadas desastrosas de los últimos años. La gente comienza a darle las espaldas a un equipo sin autoestima, sin liderazgo y sin esperanzas.
¿Epidemia terminal?
La peste que padece el club es aguda y a diferencia de otros años, donde las desastrosas actuaciones en la Hinrunde fueron amortiguadas por milagrosas victorias durante los primeros meses del año siguiente, esta vez parece terminal para el último Dinosaurio de la Bundesliga.
La lista de las razones que llevaron a la decadencia del único equipo que milita en la máxima categoría del fútbol alemán es larga y ya se han tratado diferentes aspectos en diversos artículos publicados en este portal. Sin embargo, se sumaron más aspectos que podrían ser claves en la caída al precipicio.
Por un lado, se agravó el caos institucional, los días del poco feliz director deportivo, Jens Todt, parecen contados. Eso debido a que la actuación desde su llegada se lee como una yuxtaposición de desaciertos y malas decisiones y no hay indicios que respalden que Todt represente el hombre indicado para la planificación de un plantel competitivo, capaz de volver al Club a primera luego de un hipotético descenso. Por otro lado, el flamante presidente del HSV e.V., Bernd Hoffmann amenaza la posición del presidente de la junta directiva de la Sociedad Anónima en la cual se encuentra el fútbol profesional del Hamburgo, Heribert Bruchhagen. Hoffmann ya dejó entrever, que los días de Todt y Bruchhagen al igual que las del director técnico Bernd Hollerbach, estarían contados en caso de un descenso.
En la cuerda floja ¡Luego de un mes!
Hollerbach se encuentra en la cuerda floja ya que su estilo defensivo le dio estabilidad en defensa a un plantel desconcertado, pero sin embargo no pudo torcer la suerte negativa y los errores individuales que ese arrastra por la temporada. Ya se escuchan voces en el Volkspark que cuestionan la contratación de un técnico sin experiencia en primera división, sin tener en cuenta que, salvo el Stuttgart, todos los equipos en peligro de descenso tienen en su banquillo a entrenadores jóvenes que dan los primeros pasos al frente de plantillas de Bundesliga. Para asegurar cierta soberanía Hollerbach deberá ganarle al Mainz, que se encuentra a siete puntos del HSV en puesto de relegación, una tarea difícil ya que el HSV no ganó ninguno de los partidos disputados en la Rückrunde.
¿Habrá hazaña?
En los principales diarios de la ciudad ya se palpitan los nombres a reemplazar a Bruchhagen, Todt y Hollerbach, a la vez que se publican números y nombres de posibles ventas del carísimo plantel con el cual cuenta el HSV.
¿Serán esos jugadores los indicados para salvar al Dinosaurio mediante una hazaña épica? ¡Las dudas generales de la afición son justificadas!