Amanecía el domingo en Italia. Casi la totalidad de las noticias se centraban en las elecciones generales. Todo un país paralizado para conocer su futuro, un nuevo gobierno, de los más inestables de todo el mundo sin duda alguna. Mientras, se acercaban las 12:30, hora en la que suele dar comienzo el primer duelo de la jornada matinal de Serie A en el último día de la semana. Era un Genoa-Cagliari. Sin embargo, en el momento que calentaban los jugadores, estos mismos se retiraban a los vestuarios. Sus caras de preocupación, tensión, incluso con lágrimas en los ojos no dejaron indiferente a nadie. Algo sucedía. Circulaba una noticia que no tardó en hacerse oficial: Davide Astori, jugador y capitán de la Fiorentina e internacional con Italia, había fallecido. De forma casi inmediata, se suspendieron todos los partidos que estaban previstos que se disputasen.

El mundo del fútbol vuelve a llorar por la marcha de otro compañero de profesión. Otro deportista joven, en activo, bien preparado físicamente... El cual pasó sin ningún tipo de problema los controles médicos. Se fue del mismo modo que lo hizo Daniel Jarque. Durmiendo en el hotel de concentración en Údine, en las horas previas a su partido ante el Udinese, en el mismo que volvería a ponerse el brazalete de capitán de la Fiore. Un paro cardíaco que provocó que su corazón se detuviese para siempre. 

Sus compañeros se extrañaron de no verle a la hora de desayunar. Tardaba más de lo normal. Él, como buen jefe de equipo, siempre era el primero. Pero ese fatídico domingo no sería igual. El ritual se vio quebrado. Los convocados viola fueron hacia su habitación, donde encontrarían el cuerpo de Astori descansando sin vida. Su luz se apagó.

Foto: juventus.com
Foto: juventus.com

Y es que Davide Astori era una persona que fue labrándose su carrera deportiva paso a paso. Poco a poco. Antes de hacerse con el puesto de titular en el Cagliari, pasó por las catacumbas del Calcio (abandonando el Milan, donde se formó), de la mano del Pizighettone o Cremonese, en Serie C. Allí, en su vuelta a Cerdeña, pasó seis temporadas, y su buen nivel llamó la atención de grandes clubes europeos. Uno de ellos, el nuevo Manchester United de David Moyes, aunque finalmente haría las maletas para viajar a Roma y defender la camiseta de la loba. Sin embargo, con los giallorossi sumó 30 partidos pero sin demasiado éxito. Así, llegó la oferta irrechazable de la Fiorentina. No se lo pensó y puso rumbo a la bella Florencia. Desde esa primera temporada (14/15), logró hacerse indispensable en la zaga viola. Tanto, que conseguiría el brazalete de capitán. Un brazalete que, no obstante, pesa bastante. La sombra historia de la Fiore es alargada. Una escuadra que sigue viviendo en ese paso de transición para ser un equipo grande. Un paso que sí dieron en Turín o Milán, y ellos anhelan. 

A Astori no le pesó. En ningún momento flojeó como el verdadero capitano de la Fiorentina. Se erigió como el líder del Artemio Franchi sin miedo alguno. Una figura que el equipo ansiaba desde hace años. Alguien verdadero. Tan vital era su importancia que, según declaró el propietario del club, Andrea Della Valle, a sus 31 años iba a a firmar su renovación con la Fiorentina este lunes para retirarse ligado al morado, ya que se aplazó ese acto por el mal temporal que ha azotado Italia esta semana.

También se ganó la convocatoria con la Nazionale. Desde el 2011, cuando fue llamado por vez primera, acumuló un total de 14 internacionalidades con Italia, además de lograr anotar un gol durante la Copa Confederaciones de 2013 en Brasil.

Ahora, Astori deja un vacío enorme. No solamente en la escuadra viola. Y tampoco en Italia. A todos aquellos que aman el fútbol. Se pierde a un marido, padre, amigo, futbolista, compañero... Alguien a que se ve fin de semana sí y fin de semana también a través del televisor, ya no estará. Pero, a buen seguro, deja un legado que será eterno. Una enseñanza de como amar y defender unos colores sin que fuesen los suyos durante muchos años. Un ejemplo de profesional. Porque hoy, también se va un 'pedacito' de fútbol. Ciao, Davide. Ciao, capitano. Vuela alto.

Foto: ACF Fiorentina
Foto: ACF Fiorentina

 

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