El encuentro comenzó con un claro dominio del conjunto dirigido por Pep Guardiola, que como cabía esperar monopolizó la posesión del balón desde el primer minuto, circulándola con bastante velocidad, y dándole un gran dinamismo al juego con su gran presión sin balón. Dos elementos del juego con los que estaba creándole un enorme peligro a un conjunto suizo, que había salido al verde del Etihad sin ningún complejo, manteniendo una cierta cordura defensiva, necesaria para no salir goleado, aunque se estaba desplegando en ataque muy alegremente, con regularidad y con apoyo de segunda línea a los jugadores que se desplegaban. Como consecuencia de la libertad y la falta de presión con la que estaban jugando ambos equipos, el primer tramo del encuentro, nos deparó dos goles, uno para cada equipo de Gabriel Jesús y Elyounoussi, que mantenían la igualdad en el marcador.

Dominio citizen que se desvaneció con el paso de los minutos

Después de los primeros minutos, ante la proximidad del descanso, el partido decayó en intensidad, debido a que el conjunto inglés redujo notablemente su presión sin balón, permitiéndole al oponente un respiro, y condenándole a atravesar tramos más largos sin balón, en los que tampoco estaba pasando por ningún aprieto, pues el equipo azulgrana redujo su nivel competitivo y no generó ningún peligro en los minutos previos al descanso, pues sus fases de posesión se centraron en campo propio. El partido llegó al descanso con una igualdad en el marcador, tan sorprendente como intrascendente, aunque no por ello dejaba de ser meritoria para el conjunto suizo, al cual le separaba un mundo tanto en calidad como en contundencia goleadora, de su oponente, que habiendo rotado a la mitad de sus titulares, estaba jugando a medio gas en muchos tramos.

Control del cuadro local sin porterías

El segundo tiempo comenzó con el mismo dominio del conjunto citizen, que seguía dominando la posesión con bastante claridad, aunque en muchos momentos se estaban dedicando a circularlo, dejando pasar el tiempo, ante un rival, que tampoco volvió a mostrar la intensidad de la primera parte, pues nuevamente estaba teniendo dificultades para recuperar la posesión, en un comienzo bastante lánguido de ambos, en el que las ocasiones no hicieron acto de presencia hasta el cuarto de hora del segundo acto. El tiempo siguió su curso, y el equipo dirigido por Pep Guardiola estaba dando muestras de una llamativa apatía, ante un rival que se encontraba bastante cómodo sobre el césped, y que no veía demasiada necesidad de volcarse en la zona de ataque, ante el escaso peligro que le estaban creando.

En los últimos minutos de juego, el Basilea logró adelantarse en el marcador por medio de Michael Lang, que batió a Claudio Bravo que había cuajado una actuación bastante correcta, con un potente disparo de pierna derecha con poco ángulo. Tras ese tanto, el equipo local lo intentó por medio de los jóvenes, Phil Foden y Brahim Díaz, dos jugadores de corte ofensivo y gran calidad técnica, sobre los cuales Guardiola está depositando una gran confianza. Pero los intentos de los jóvenes fueron en balde, pues el marcador no se movió, y el conjunto citizen cerró su pase para los cuartos de final, de una forma un tanto gris, con una segunda parte que disputó sin la menor emoción, tras un tramo de juego en el primer acto, en el que compitió bastante bien, y mostró destellos de brillantez durante la primera media hora, en la que se anotaron los dos primeros goles del encuentro.

De esta forma, el City se mete entre los ocho mejores de Europa, y espera rival entre Juventus, Liverpool y Real Madrid de momento.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.