Se buscaba semifinalista de la FA Cup en Old Trafford, en un encuentro al que el tricampeón de Europa llegaba con el trofeo copero como único objetivo de la temporada, al estar segundo en la Premier League a una distancia abismal de su "vecino ruidoso", el Manchester City, que le saca 16 puntos en la clasificación, y al haber caído sorprendentemente en Liga de Campeones frente al Sevilla, en un encuentro tras el cual recibió numerosas críticas por su marcado juego conservador. Mientras que el recién ascendido llegaba en una posición cómoda en liga, y con una semana de descanso tras haber caído derrotado frente al Everton por 2-0. En la alineación local se apreciaba un cambio significativo, que era la suplencia de Pogba, y la colocación de McTominay, que cada vez tiene más relevancia en el equipo como mediocentro junto a Matic en el 4-2-3-1. Mientras que en el conjunto visitante se apercibían dos cambio significativos que son la entrada de Suttner en el lateral izquierdo, en lugar de Bong, y la de Ulloa en lugar de Murray.

Dominio del cuadro local ante un rival "respondón"

El encuentro contó desde el primer instante con el dominio del Manchester United, que estaba llevando la iniciativa con el balón, y que buscaba resarcirse del durísimo batacazo europeo del martes frente al Sevilla, ante un rival que mantuvo las líneas replegadas, aunque en ningún momento renunció a jugar al fútbol, buscando alguna salida en transición rápida cada vez que recuperaba el esférico. Con el paso de los minutos, el partido siguió teniendo alternativas de ambos que mantenían el marcador al cero, bajo el aparente frío de Manchester, aunque eran los locales los que más ocasiones estaban generando, llegando a impactar un balón en la madera por medio de Smalling a la media hora de juego. Cerca del descanso, Lukaku adelantó a los locales en el marcador, tras rematar de cabeza en el segundo palo un centro de Matic desde el pico del área izquierdo, tras una gran jugada colectiva.

Control red devil, dominio visitante 

El segundo tiempo comenzó con un Brighton más liberado, que con balón empleó más efectivos en ataque, y logró terminar alguna jugada cerca del área, ante un conjunto rojiblanco más apagado, que tardó unos minutos en entrar en juego y retomar el dominio con el que terminó el primer acto, y con el que volvió a centrar el juego en campo contrario, con una circulación bastante lenta del cuero, con la que no pudo generar ninguna ocasión de gol, lo que al cabo de unos minutos, tambaleó su dominio y le permitió a los de Chris Hughton salir de su campo, y atacar con una cierta continuidad, aunque no estaba llevando ningún peligro, y con sus intentos infructuosos, estaba introduciendo al partido en un tramo de intrascendencia y de duda para el conjunto dirigido por José Mourinho, que no sabía si replegarse, o mantener su intensidad en ataque, para taponar la salida del oponente e intentar sentenciar el encuentro.

Después de los primeros minutos de juego, el United siguió controlando la situación a pesar de no llevar ningún peligro en ataque, aunque estaba estorbando lo suficiente a su oponente en su circulación de balón, manteniendo las líneas de presión lo suficientemente elevadas, para poder atacar a su oponente con una salida a la contra, en caso de que realizase una recuperación. Finalmente, tras un tramo largo de dominio blanquiazul sin generar el menor peligro, a pesar de su constancia, Matic sentenció la clasificación para los locales, tras rematar de cabeza en el segundo palo, una falta botada por Ashley Young desde el costado izquierdo. Tras el gol del serbio, respiraron definitivamente tranquilos, y esperó el final del encuentro replegado en su campo, mientras que el rival movía la pelota de forma estéril, y buscaba recortar distancias sin éxito ante un Sergio Romero bastante acertado bajo palos.