En un año de Mundial como este 2018 no se puede dejar de mencionar a una de las grandes ausentes en este campeonato. La selección tres veces finalista de la Copa del Mundo no participará en la fase final del torneo siguiendo con la mala era que está sufriendo. Efectivamente, es la selección de Holanda. Tres finales mundialistas, la Naranja Mecánica y el fútbol total son palabras imborrables en la historia de los mundiales para los neerlandeses.

Primera decepción

Una plantilla. Un Mundial. Una nueva forma de entender el fútbol. En el Mundial de Alemania de 1974 se conoció la fuerza de la Naranja Mecánica y un nuevo estilo de juego, el fútbol total.

Centrándonos en la competición, la Holanda dirigida por aquel entonces por Rinus Michels se vio las caras en la primera fase del campeonato con Suecia, Bulgaria y Uruguay en el Grupo 3. Los holandeses cosecharon sendas victorias ante Suecia y Bulgaria y empataron contra los sudamericanos.

Gol ante Alemania Oriental en el Grupo A (Foto: La pelota siempre será redonda)
Gol ante Alemania Oriental en el Grupo A (Foto: La pelota siempre será redonda)

En una segunda fase se enfrentaron a Brasil, Alemania Oriental y Argentina. En esta ocasión, los neerlandeses se hicieron con todos los puntos que dispusieron y la Naranja Mecánica comenzaba a maravillar al mundo entero endosándole un 4-0 a los argentinos.

Tras ser líder en las dos fases de grupos disputadas, Holanda llegaba a la final como la gran favorita frente a la selección de Alemania Occidental. La Naranja Mecánica había dejado con la boca abierta a medio mundo y parecía imposible que esa máquina de hacer fútbol tan bien engrasada pudiese no ganar la Copa del Mundo.

La final arrancó de la manera más idónea posible, y es que antes de llegar al minuto dos de partido Cruyff se inventó una maravillosa jugada que no terminó en gol porque el zaguero alemán, Vogts, cometió penalti sobre el futbolista del FC Barcelona. La pena máxima la anotaría el máximo goleador, a la postre, del combinado holandés, Neeskens. Los holandeses se vieron campeones demasiado pronto. Pese al magnífico fútbol que ofrecían a los espectadores, a los de Michels se les notaba la inexperiencia en las finales. Entre el desconcierto holandés, Müller se encargó de derrumbar su sistema y hacerse el dueño del partido. Antes del descanso remontaría Alemania con goles de Breitner en el minuto 25 de penalti y del propio Müller en el 42.

Una mala media hora condenó a Holanda

En el segundo acto Holanda siguió asediando la meta alemana pero la mala fortuna y la inconmensurable actuación de Sepp Maier evitaron el triunfo de los tulipanes en Alemania. La sensación que quedó tras aquel partido fue que la Naranja Mecánica perdió aquella final en 30 minutos de desconcierto tras adelantarse en el marcador.

Fútbol total

De ese Mundial surgió un nuevo estilo de juego, un estilo que sólo se había vislumbrado antes en el Ajax del propio Rinus Michels. Nacía, de este modo, el fútbol total. El sistema estaba basado en que si un jugador se mueve fuera de posición, un compañero lo sustituye. De este modo un futbolista podía ejercer de defensor, de mediocampista o de delantero.

El fútbol total estaba caracterizado por la posesión casi total de la pelota, la presión sobre el rival y una fluida triangulación de pases hasta llegar a la meta rival. Para poder ejercer este trabajo se necesitaban jugadores muy técnicos y tácticos.

Cruyff, Neeskens, Jansen y Van Hanegem lideraban aquella Naranja Mecánica

Con este estilo de juego Holanda se convirtió en la única selección número 1 del mundo en el ranking FIFA sin haber conquistado el Mundial. El equipo revolucionó el mundo del fútbol liderado por el extraordinario Johan Cruyff, encargado de llevar en volandas a su selección. Acompañándole estaban Neeskens, Jansen y Van Hanegem. Sobre el estilo de juego neerlandés, Quique Wolff (jugador de la selección argentina) dijo: "Nunca vi nada igual. No hay cómo frenarlos. Atacan con siete y defienden con los once. Te matan marcando y cuando la tienen, se desmarcan todos. Siempre nos superaron numéricamente, en toda la cancha". El juego de aquella Holanda dejaba asombrados a sus propios rivales.

Segunda intentona fallida

La herencia de la Naranja Mecánica llegaba a Argentina con la ilusión de, esta vez sí, ganar el trofeo de campeones del mundo. El camino volvió a ser claro para los neerlandeses. En la primera fase del torneo midieron fuerzas con Perú, Escocia e Irán. Una victoria ante Irán con hat-trick de Rob Rensenbrick y el empate ante los peruanos le valieron a Holanda el pase a la siguiente fase. La derrota ante Escocia en la última jornada pudo haberles dejado fuera del Mundial.

En la segunda ronda del Mundial, en el Grupo A, se vieron las caras con Italia, Alemania Occidental (su verdugo en la pasada final), y Austria. En esta ocasión los neerlandeses de Ernst Happel lograron vencer a austríacos e italianos y empataron contra los alemanes.

Foto: La Opinión
Foto: La Opinión

En esta ocasión, la final la disputarían contra los anfitriones. La selección de Argentina liderada por Mario Alberto Kempes saltaría al verde del Monumental con todas las papeletas de hacerse con el título de campeona. En el partido se adelantaron los argentinos con un tanto del propio Kempes. Cuando el Mundial parecía decantarse del lado argentino apareció Nanninga en el 82 para igualar la contienda y llevar el partido a la prórroga.

Kempes lideró a Argentina en la final

Aquí salió a relucir el dominio argentino, un gol de Kempes en la primera parte (min. 105) y uno al final del segundo acto del tiempo extra de Bertoni (min.115) sentenciaron la final.

A la tercera no va la vencida

Un nuevo continente acogía la mayor competición de selecciones del mundo. Sudáfrica sería la sede de un Mundial que, en el caso de España, quedaría grabado a fuego en la memoria. Pero se seguirá el camino de los holandeses en esta ocasión.

Holanda se veía emparejada en el Grupo E con Dinamarca, Japón y Camerún. Tres victorias en la fase de grupos permitían a los neerlandeses pasar a los octavos de final de la Copa del Mundo. Los pupilos de Bert van Marwijk lograron ganar por 2-0 a Dinamarca, 1-0 a Japón y 1-2 a Camerún.

Imagen de la eliminatoria de cuartos ante Brasil (Foto: Depor)
Imagen de la eliminatoria de cuartos ante Brasil (Foto: Depor)

Ya en octavos de final Holanda se vio las caras con los eslovacos, una selección que, en principio, no debía suponerles un problema demasiado grande. Holanda superó el primer escollo hacia la final con un resultado de 2-1. En cuartos llegaba la gran favorita de todos los Mundiales, se tenían que ver las caras con la todopoderosa Brasil. El partido fue bronco y Holanda dejó muestra clara de su estilo de juego duro y peligroso.

Holanda dejó en la cuneta a la selección brasileña

La selección holandesa logró superar a Brasil por 2-1 y se clasificaba, contra todo pronóstico, para las semifinales. En la última ronda antes de la final los holandeses se enfrentaron a Uruguay, un combinado de mucha calidad y con un Forlán desatado. El partido regaló espectáculo y los holandeses se clasificaron con un 2-3 en el luminoso.

Llegaba el día de la gran final en el Soccer City. Holanda mediría sus fuerzas con una España que contaba con la mejor generación de futbolistas de su historia. Con dos onces muy reconocibles saltarían ambos conjuntos al verde de Johannesburgo.

Fue un partido duro, con muchas faltas y un juego peligroso constante de los holandeses que querían marcar su territorio. La falta de Nigel de Jong sobe Xabi Alonso pudo haber dejado a los holandeses con un jugador menos sobre el verde. Ambos combinados nacionales gozaban de ocasiones, pero parecía ser España la que llevaba la voz cantante en la final. En la segunda parte se vivieron las ocasiones más claras del partido.

Casillas salvó en más de una ocasión a España

Robben en un mano a mano con Casillas perdonó a los españoles gracias a un pie milagroso del guardameta español. Ramos también tendría un claro remate de cabeza que pudo haber adelantado al combinado español. Tanto Villa como Navas gozaron también de claras ocasiones para poner a su selección por delante en la final.

Foto: Fútbol de Primera
Foto: Fútbol de Primera

Se llegaba a la prórroga en Sudáfrica. Dos claras ocasiones y un gol marcaron el devenir del partido. Holanda envió un balón largo a Robben que no logró zafarse de Puyol y Casillas intervino el esférico antes de que el holandés lo sortease. En el minuto 116, Holanda volvería a perder una final de Mundial. Un buen pase de Cesc Fàbregas habilitó a Iniesta que remató picado para batir a Stekelenburg y darle el primer Mundial de su historia a España y, a su vez, dejar otra vez más sin Mundial a los holandeses.

En declive

Desde el Mundial de Sudáfrica Holanda no ha vuelto a ser la misma. No ha vuelto a ser esa selección ambiciosa y temida por el resto de combinados. Esto debido, en parte, al declive también que vive la Eredivisie. El fútbol holandés está a años luz de tener la potencia en Europa necesaria como para conformar un peligroso combinado nacional. Los Ajax, Feyenoord, PSV, AZ... ya no son lo que eran hace unos años, y eso se ha visto reflejado también en su selección.

Jugadores como Huntelaar, Van Persie, Robben, Sneijder ya no salen del fútbol holandés. La selección dirigida ahora por Ronald Koeman está formada por jugadores que, en su mayoría, juegan en equipos de segunda línea (Brighton & Hove Albion, Bournemouth, Hertha Berlin, Feyenoord, Fenerbahçe o Besiktas).

La decadencia de la Eredivisie define el panorama nacional

Esa es la diferencia entre la Holanda de antes que llegaba a las finales de las competiciones más importantes y la Holanda de hoy en día que no clasifica ni siquiera para las citas importantes. Dos Holandas tan alejadas entre ellas que deja entrever la causa principal, que es la escasa repercusión que tiene en la actualidad la Eredivisie y los equipos que la conforman.

Fuera de Rusia 2018

El fracaso más notorio y reciente del combinado nacional neerlandés fue la no clasificación para la Copa del Mundo de Rusia 2018. Holanda se vio apeada de la cita mundialista por Francia y Suecia. Una mala fase de clasificación, en la que perdió puntos ante rivales como Bulgaria y los duros correctivos recibidos por la selección gala propiciaron la no clasificación de Holanda. Pese al empate final a puntos con Suecia, fueron los escandinavos los que se clasificaron para el playoff gracias a la diferencia de goles.

Holanda ya no participó en la Eurocopa de 2016

Tras no haber participado ya en la Eurocopa de Francia en 2016, no estar en Rusia 2018 ha supuesto la confirmación del declive holandés. Mucho va a tener que trabajar Ronald Koeman con el combinado nacional si quiere estar en la próxima Eurocopa en 2020 y devolver a Holanda al lugar que le pertenece en la historia del fútbol.