La suerte del Hamburger Sport Verein parece estar echada. El HSV tambalea cada día más hacia el precipicio desconocido que representa la 2. Bundesliga. En medio del fracaso deportivo quedan muchas cuestiones contractuales abiertas. La ida de la cúpula directiva encargada de la planificación de la plantilla, negociación de contratos y el fichaje de jugadores nuevos no facilita la situación de una institución en serios aprietes financieros. La incertidumbre en cuanto al director técnico de la próxima temporada que, seguramente, tendrá como objetivo la inmediata vuelta al habita natural del dinosaurio -la Bundesliga- agrava más aún el panorama del histórico equipo de la primera división del fútbol alemán.
La cuestión del entrenador a su vez podría tener ciertas consecuencias positivas. El flamante DT, Christian Titz, es especialista en trabajo juvenil y, tal como lo demostró en el partido ante Hertha BSC, está dispuesto a apostar por los jóvenes canteranos, a quienes llevó a dominar la división norte de la Regionalliga (4ª categoría del fútbol alemán). La presencia de Titz juega un rol clave en el plan de retener a Fiete Arp, quién a principios de año había manifestado quedarse solamente en caso de permanencia en primera, pero en los últimos días habría rechazado la primera oferta de, nada menos que, el Bayern Múnich. Titz y Arp se conocen de las divisiones juveniles y el entrenador ha sido uno de los principales fomentadores del veloz desarrollo del joven delantero. En 2017, cuando todavía era técnico de la cantera hamburguesa, Titz declaró en una entrevista que “Fiete está fuertemente enraizado en el HSV. Es hincha desde chiquito y se siente muy a gusto en el club”, palabras que aumentan las esperanzas en los alrededores del Volkspark. La permanencia de Titz en su cargo, un pedido común de la afición, podría implicar por lo tanto la prolongación de la estadía de Arp.
Cabe recordar, sin embargo, que el contrato de Arp vencerá a mitad de 2019, que el HSV se encuentra con las arcas vacías y tiene que hacer malabares para obtener la licencia para la 2. Bundesliga. El descenso además implica pérdidas de ingresos en un valor estimado entre 30 y 50 millones €. Una venta de Arp podría significar un alivio financiero a su vez que, en conjunto con las idas de otros jugadores con contratos y/o altos valores de mercado, permitiría la planificación y el fichaje para la construcción de un plantel competitivo. A su vez es de saber común, que la actual estrategia del Bayern apunta a reforzar el plantel con los juveniles alemanes más talentosos, concederles tiempo e integrarles de manera paulatina en el plantel profesional. En el caso de Arp se habla también de un fichaje con una posterior cesión a otro club de primera, modus operandi común del Bayern, que se implementó como opción luego de las exitosas cesiones de los canteranos Philipp Lahm, Toni Kroos y David Alaba.
Por otro lado, está el anhelo de realizar la reconstrucción institucional con Fiete Arp como estandarte, es decir que el delantero juega un rol importante en las consideraciones de los encargados de turno (recordemos que Thomas von Heesen está ocupando el anterior puesto de Todt de manera interina) debido a lo que representa la llegada de un delantero canterano superdotado al once inicial de cualquier club. Una rumoreada venta al Bayern Múnich, o alguno de los otros clubes que se están manejando, podría entonces aumentar la solvencia, pero bajar de manera importante la identificación con el nuevo plantel del club. Un goleador hincha, salido del seno del HSV, cuyo valor en el futuro podrá aumentar de manera considerable, es un activo integrativo invaluable.
¿Podrá el HSV convencer a Arp de acompañarle en su momento más oscuro o se impondrá el imperativo financiero en ambos lados?