El de Uruguay 1930 fue un Mundial, como puede suponerse, con multitud de anécdotas y curiosidades que hoy pueden parecer absolutamente anacrónicas y fuera de toda lógica; pero hay que tener en cuenta en qué época se disputó (hace 88 años), los transportes, la crisis que asolaba Europa…

La sede, Uruguay, fue elegida por la FIFA "a dedo" por dos razones tan peregrinas (pudiera parecer hoy) como que este país celebrara en 1930 el aniversario de su Constitución y haber salido campeón en el torneo olímpico en 1924 (París) y 1928 (Amsterdam). Ha sido el único Mundial de la historia sin fase previa de clasificación; y, con todo y con eso, apenas lo disputaron trece equipos de los dieciséis previstos en un principio: se enviaron invitaciones a numerosos países pero, sobre todo los europeos, declinaron la misma. Las razones principales: el alto coste del viaje (obviamente, en aquellos tiempos, había que ir en barco) y el que los jugadores, no profesionales, no podían pedir permiso en el trabajo con tantos días.

Logo del Mundial de Uruguay 1930 | Foto: Wikicommons
Logo del Mundial de Uruguay 1930 | Foto: Wikicommons

Al final, el Mundial se configuró con siete países sudamericanos, la mayor cantidad habida nunca en un Mundial (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia y Perú), cuatro europeos (Bélgica, Rumanía, Francia y Yugoslavia) y dos norteamericanos (o centroamericano y norteamericano), México y Estados Unidos.

Incluso, en Europa, hasta para reunir a esos cuatro (pírricos, por el número) países hubo sus problemas: Francia fue prácticamente ‘obligada’ a acudir por la presión de Jules Rimet, primer presidente de la FIFA y cuyo nombre llevaría la Copa del Mundo hasta 1970, año en que sería sustituida por la que se conoce en la actualidad; en el caso de Rumanía y también mediante solicitud expresa de Rimet, hubo de ser el rey Carlos II quien seleccionase a los jugadores de entre los trabajadores de una empresa petrolera y negociase con sus directivos permisos especiales para que los seleccionados pudieran ausentarse de su puesto de trabajo.

Y más anécdotas (de países): Egipto, único país africano que había aceptado la invitación y que tenía toda la intención de acudir, tuvo problemas con el barco que habría de transportar a la expedición y solicitó que se retrasase la fecha de inicio del Mundial. Al ser rechazada esta solicitud, tuvieron que renunciar a su participación. Y en Yugoslavia… reseñar que los jugadores croatas boicotearon el Mundial y la selección que compitió en Uruguay estuvo formada, únicamente, por deportistas de origen serbio.

El Estadio Centenario de Montevconstruido expresamente para el Mundial de 1930 | Foto: Getty Images
El Estadio Centenario de Montevconstruido expresamente para el Mundial de 1930 | Foto: Getty Images

Y más anécdotas (de ciudades y estadios): es el único Mundial de la historia disputado en una sola ciudad, Montevideo; y, de hecho, estaba previsto que se disputase en un solo estadio, el famoso Estadio Centenario construido al efecto. Sin embargo, las lluvias acaecidas en Montevideo en las semanas previas a la celebración del Mundial, retrasaron las obras y los primeros encuentros hubieron de disputar entre el Gran Parque Central (estadio de Nacional) y el estadio ‘Pocitos’ (sede, por aquel entonces, de Peñarol).

Yendo ya al plano estrictamente deportivo, estaba aquel Mundial diseñado para ser disputado sin una fase de grupos como la que conocemos hoy en día, sino que los dieciséis equipos se irían enfrentando en eliminatorias de octavos, cuartos y semifinales hasta llegar a la gran final; sin embargo, el no poder completar el cupo inicialmente previsto hizo que se optase por dividirlos en cuatro grupos (uno, con cuatro equipos y tres, con tres). Esta fue la distribución de grupos del primer Mundial:

Fase de grupos Mundial Uruguay 1930
Fase de grupos Mundial Uruguay 1930

Disputados los grupos de una forma un tanto caótica (sirva como dato que en el grupo A Francia había disputado sus dos primeros partidos mientras que Chile todavía no había debutado), se clasificarían para las semifinales, según el acordado formato, los cuatro campeones de grupo: Argentina, Yugoslavia (que, de forma sorprendente, había dejado fuera a Brasil al imponerse por dos goles a uno en el partido inaugural del grupo), la anfitriona Uruguay y Estados Unidos.

Tres americanos y los yugoslavos para tratar de salvar el honor europeo. Pero no fue posible… y un equipo americano se impuso en el primer Mundial para comenzar esa casi inexorable tradición que dice que, cuando el Mundial se disputa en el continente americano, lo gana un equipo americano y que, cuando se juega en terreno europeo, lo gana un europeo (tradición solo rota por Brasil en Suecia 1958 y por Alemania en Brasil 2014).

Las semifinales enfrentarían a Argentina y Estados Unidos; vencerían los primeros, gracias a un solitario gol de Luis Monti. En la segunda, mucha más movida, se adelantaría Yugoslavia pero Uruguay reaccionaria rápidamente, haciendo nada menos que seis goles a los europeos. Tres de ellos fueron marcados por José Pedro Cea, futbolista que cuenta con dos curiosidades: la primera, que, según ciertas fuentes, nació en Redondela (Pontevedra) antes de que sus padres emigrasen a Uruguay (otras fuentes sitúan su venida al mundo en Uruguay). Y la segunda, es el único jugador de la selección uruguaya que participó en los torneos olímpicos de 1924 y 1928 y en el Mundial de 1930 (tricampeón, por tanto).

Jose Pedro Cea, abajo, segundo por la derecha, en el Uruguay campeon de America 1923 | Foto: Conmebol
Jose Pedro Cea, abajo, segundo por la derecha, en el Uruguay campeon de America 1923 | Foto: Conmebol

Las noticias de aquellos años son tan confusas que, incluso, no se sabe si se diputó en aquella ocasión el partido por el tercer y cuarto puesto, aunque parece ser que no se instauraría hasta el siguiente Mundial, en 1934. Y más confusiones e informaciones que hoy en día parecen absolutamente anacrónicas: cuando hoy se sabe con meses de antelación cual va a ser el balón de torneo y se sufre una persistente campaña publicitaria en relación con el mismo, se cuenta que, para la final de aquel Mundial, cada uno de los contendientes, Uruguay y Argentina, quería jugar con ‘su’ propio balón y que, al final, se decidió por sorteo (otras fuentes dicen que se jugó un tiempo con cada balón). El árbitro, que suele conocerse, al menos, dos o tres días antes del partido, se conoció en aquella ocasión pocas horas antes; donde hoy suele ser un honor y un orgullo, en julio de 1930, al belga Jean Langenus tuvieron casi que obligarlo y, para aceptar tamaña tarea, exigió una fuerte protección policial y… disponer de un barco en el puerto de Montevideo, por si la cosa se complicaba.

En lo estrictamente deportivo, Uruguay haría valer su condición de local y venció claramente a Argentina por cuatro tantos a dos proclamándose el primer campeón del Mundo y siendo, además, el primero en hacerlo ganando todos sus partidos (repetirían Italia en Francia 1938 y Brasil en México 1970 y en Japón y Corea del Sur 2002).

Primer gol de Guillermo Stábile en el Mundial de Uruguay 1930, frente a México | Foto: FIFA
Primer gol de Guillermo Stábile en el Mundial de Uruguay 1930, frente a México | Foto: FIFA

El argentino Guillermo Stábile con ocho goles fue el primer máximo goleador de los Mundiales; y logró tal cifra de tantos en apenas cuatro partidos (a una media de dos por encuentro), ya que, en el primer encuentro de Argentina, ni siquiera fue titular. Y para rizar el rizo, esos ocho goles anotados en Uruguay fueron sus únicos ocho con la selección: jamás volvería ni a jugar ni, obviamente, a marcar con la albiceleste; posiblemente, su traspaso a Europa, a Italia, al Genoa, tras diez temporadas en su querido Huracán, tuvieron gran parte de culpa.

Esto fue el Mundial de 1930: poca información, pocas imágenes, muchas anécdotas, bastante desorganización… pero el comienzo de una maravillosa historia que, por mucho a algunos les pese, hace pararse el orbe un mes cada cuatro años.