No todo son buenas noticias en el día de hoy. A la renovación de Gattuso hasta 2021, se ha unido una muy mala. Y es la de que Andrea Conti ha vuelto a pasar por quirófano después de que recayese de su lesión en el ligamento cruzado de su rodilla izquierda. Un auténtico varapalo tanto para él como para todo el entorno del Milan, ya que se encontraba en la fase final de su recuperación, algo similar a lo que le ocurrió a Ghoulam en el Napoli.

Conti llegó este mismo verano tras la entrada del grupo empresarial chino en la entidad rossonera, desembolsando una cantidad cercana a los 24 millones de euros a la Atalanta. En principio, estaba llamado a ocupar ese carril diestro, casi sin oposición (Abate y Calabria no ofrecían por aquél entonces el nivel necesario). Sin embargo, con tan solo cinco partidos en su casillero, entre Serie A y la fase previa de Europa League, el de Lecco cayó lesionado del ligamento cruzado. La mala fortuna se empezó a cebar con él. 

Tras meses de larga espera, ya se le veía formar parte de los entrenamientos con sus compañeros, incluso entrando en la convocatoria del partido ante el Chievo hace apenas unas tres semanas atrás. Sin embargo, saltó la noticia de que podría haber sufrido algún tipo de molestia en su rodilla izquierda. Las alarmas empezaron a sonar por todo Milán. Y, finalmente, se confirmaron los malos presagios: Conti tendría que operarse de nuevo. Vuelta a empezar, con un plazo estimado de entre cinco o seis meses fuera. Lo que es seguro, es que volverá más fuerte que nunca. Porque ya ha demostrado en el Perugia, Lanciano, Atalanta y, ahora, Milan, que jamás se da por vencido. Su meta ya está en la pretemporada para el curso de 2018/19.