Victoria épica y agónica de un equipo que parece aficionado a conseguir los tres puntos en los últimos minutos. Como ocurriese en la pasada semana, tras un partido en el que apenas consiguió generar ocasiones claras de peligro y con un rival que su estuvo acertado, tuvo que recurrir a unos minutos finales que parecen ser mágicos. Los Timbers tuvieron tres ocasiones claras mediada la segunda parte para haber cerrado el marcador, pero las indecisiones de sus atacantes les llevó a no estar acertados de cara a gol.

Portland sorprende

Mucha igualdad en los primeros minutos del partido donde se vio a los dos equipos disputándose el balón en un intercambio constante de golpes. Con aquel fulgurante inicio, fue el equipo local el que tuvo los acercamientos más peligrosos, en donde la falta de puntería fue el hecho que dejó a Orlando sin  anotar.

Su rival estuvo durante este tiempo aguantando el asedio del equipo local, logrando tener su primer acercamiento a portería cerca de los 15 minutos. Fue con una acción a balón parado que el guardameta de Orlando detuvo sin mayor problema.

Sin embargo, el equipo visitante fue el que consiguió aprovechar sus ocasiones. Llegando al ecuador de la primera parte, llegó una nueva jugada polémica en un fin de semana movido para los árbitros en la MLS. Blanco fue derribado en el interior del área, pero en primera instancia el árbitro vio que Blanco se había tirado, expulsando al jugador argentino por segunda amarilla.

Pero instantes después, Toledo acudió al VAR para ver detenidamente la acción y finalmente castigarla con los once metros. Fue el ‘Playmaker’ argentino Diego Valeri, el que puso en ventaja a los visitantes.

usatoday.com

El Orlando City tardó varios minutos en reponerse del duro varapalo sufrido con el gol, y cuando lo consiguió, de nuevo asedió la portería del equipo visitante. Mantuvo una presión alta sobre la defensa, pero continuó teniendo difícil el conseguir generar peligro.

El equipo de los Timbers no se quedó atrás y con un claro planteamiento al contraataque, continuó generando llegadas de peligro, dando la impresión de que en alguna de ellas, podría estar el gol que les permitiese coger ventaja en el marcador.

Con ese intercambio de llegadas en ambas porterías finalizó una primera parte en la que el equipo local gozó de su ocasión más clara para haber logrado el ansiado gol. En un saque de esquina en el tiempo añadido, Meram remató una segunda jugada a bocajarro, pero el guardameta consiguió despejar el balón con una gran mano.

Final de infarto

La segunda parte comenzó con un equipo dominante en el terreno de juego. Fue Portland Timbers quien en apenas cinco minutos, tuvieron dos ocasiones claras de peligro. En la primera de ellas Blanco estrelló un disparo en el travesaño, mientras que en la segunda, Valeri estuvo a punto de anotar el segundo gol, pero su disparo salió rozando el palo.

La respuesta del conjunto local no se hizo esperar y durante los siguientes minutos asedió la portería defendida por Gleeson pero sin poder tener ocasiones claras de gol. La defensa del conjunto visitante estaba realizando un partido muy completo, rechazando cualquier balón que apareció por sus inmediaciones.

Cerca de la hora de partido, la sorpresa volvió a aparecer en el Orlando City Stadium. Un saque de falta lateral fue rematado en el segundo palo por Bill Tuiloma, que con un implacable cabezazo, mandó el balón al fondo de la portería.

Con este gol se vio un nuevo partido en el que los locales continuaron buscando la portería de los Timbers, mientras que estos aprovechaban las contras para tratar de aumentar la ventaja en el marcador. Bajo esta circunstancia los visitantes fueron los que consiguieron tener las mejores oportunidades, pero la definición no fue la mejor para haber puesto un resultado difícil de remontar.

usatoday.com

Sin embargo, Orlando City es un equipo que pelea hasta el final y fruto de ello tuvo su recompensa en los últimos minutos. A falta de diez para el término del encuentro un error de marcaje en un saque de esquina permitió a Mueller en el primer palo rematar a gol y recortar así distancias.

En la siguiente acción, el partido se volvió completamente loco. Un jugador local cayó derribado en el interior del área, llevando así al colegiado a señalar el punto de penal. Tras unas dudas, fue Kljestan el que finalmente se encargó de definir y poner un empate que parecía prácticamente imposible.

Unos minutos después y a falta de poco para que se cumpliese el tiempo reglamentario, una acción individual de Dom Dwyer consiguió dar la vuelta a un marcador que parecía imposible. Tras deshacerse de su marcador con un gran movimiento, definió a la perfección ante la salida del portero, obteniendo así la segunda remontada consecutiva de manera épica.

En los últimos minutos, los Timbers trataron de contrarrestar el empuje rival, pero les fue imposible superar el varapalo de la remontada y finalmente cayeron en un partido en el que sus errores les costó caro.