Pocos minutos para el comienzo del Sporting de Portugal-Paços de Ferreira. Poco a poco los asientos del José Alvalade empiezan a llenarse. De repente, buena parte del estadio comienza a abuchear. No, los pitos no van dirigidos a ningún jugador del rival.

Las cámaras enfocan el banquillo del equipo rival. Allí, como ya es habitual, el presidente Bruno de Carvalho ocupa su asiento como si fuera un miembro más del equipo técnico. Aparecen pancartas en las gradas. Piden su dimisión.

Bruno de Carvalho está en entredicho y según la prensa portuguesa, podría estar viviendo sus últimos tiempos al frente del Sporting. Desde que el mandatario asumiera el control del equipo en 2013, nunca había pasado por una crisis de este calibre.

La situación se vuelve inverosímil porque los resultados no tienen la culpa. Tampoco el juego del equipo, ni siquiera la gestión del cuadro verdiblanco. Para buscar motivos, hay que poner los ojos en las redes sociales.

Jaime Marta Soares: "No habrá paz en el Sporting si Bruno de Carvalho continúa"

La máquina del tiempo hay que retrocederla al pasado jueves. El Sporting visitaba el Wanda Metropolitano y caía con justicia ante el Atlético de Madrid (2-0). Pese a la importancia de este partido de octavos de la Europa League, las cámaras no encontraron a Bruno de Carvalho en el feudo rojiblanco. El presidente del equipo luso se encontraba en Lisboa y no viajó con la expedición verdiblanco. El inminente nacimiento de su hijo hizo que no tomara el avión.

Con el pitido final y consumada la derrota del Sporting, Bruno de Carvalho abrió Facebook y publicó una carta como nunca antes se había visto en el fútbol portugués. Como si de un verdugo se tratase, el mandatario ejecutó a todos sus jugadores por su mal partido con el Atlético. Señaló los errores de Mathieu, Coates y Fredy Montero y criticó con dureza a Coentrão y Bas Dost por haber sido amonestados y perderse de esta manera el choque de vuelta por sanción.

La publicación de Bruno de Carvalho salió en todos los medios y los primeros en reaccionar fueron los propios jugadores. El capitán del Sporting, William Carvalho, respondió a su presidente también a través de las redes: "Sudamos, luchamos y honramos siempre la camisa que vestimos", declaraba por Twitter el internacional portugués. Su mensaje fue la pieza del dominó que empezó a derribar los muros de la directiva.

Jorge Jesus tampoco se quedó en silencio. El técnico del Sporting aprovechó la rueda prensa posterior al partido contra el Paços para cargar contra Bruno de Carvalho: "Este grupo está muy unido, ninguno nos va a derribar", advertía.

En el ámbito estrictamente deportivo, Jesus es el único señalado y desde Portugal se habla de que podría ser su última temporada en el banquillo del José Alvalade. Aún así, el aficionado no dudó en ponerse de parte del entrenador.

Tan sólo faltaba por expresarse la afición y poco importó que el Sporting venciera con comodidad a Paços de Ferreira. Los goles de Bas Dost y Bryan Ruiz no se celebraron con la fiesta de semanas atrás. Los ojos del respetable no estaban puestos en el campo, se encontraban en el banquillo.

¿Llegará a dimitir Bruno de Carvalho? Pese a que la prensa portuguesa no descarta su marcha, todo apunta a que el directivo del Sporting dejará enfriar esta situación. En febrero de este mismo año, la Asamblea General del equipo respaldó la gestión del mandatario con el apoyo de más del 70% de los accionistas.

Sin embargo, el presidente de esta misma asamblea, Jaime Marta Soares, ha sido el primer peso pesado del seno del equipo en pedir su dimisión: "No habrá paz en el Sporting si decide continuar", declaraba. Tambores de guerra resuenan en Lisboa. Y cada vez con más fuerza.