Luego del agónico triunfo en Andalucía, el flamante campeón alemán recibía a un rival que en el partido de ida de a ratos lo había superado. El partido ante un Sevilla que supo complicar a los grandes en esta edición de Champions League por lo tanto no era ningún trámite. El encuentro, debido a la corta ventaja que los bávaros habían conseguido en el Sánchez Pizjuán, prometía un desenlace épico, algo que finalmente no sucedió.
Mucho roce, poco fútbol
El primer tiempo estuvo marcado por los roces y la austeridad, y hubo escasas chances concretas, las más claras a favor del equipo local. Una de ellas cuando aún no se habían cumplido los 5 minutos de juego, luego de que Mercado, el seleccionado argentino vio la amarilla, bajó a Müller, quien se escapaba, cerca del área visitante. James se hizo cargo del correspondiente tiro libre y su disparo pasó apenas por encima del travesaño. El Bayern tomó ese aviso para comenzar una presión asfixiante, que llevó a dos intentos peligrosos, uno por parte de Robben, cuyo disparo salió apenas desviado del palo y el otro un cabezazo potente de Lewandowski que obligó a Soria a estirarse para sacarlo por encima del travesaño. La siguiente chance, a los 11 minutos sería del Sevilla, luego de duras entradas sobre Lewandwoski y una hemorragia nasal de James, la defensa del Bayern se durmió en un saque lateral que Sarabia casi logró aprovechar, pero su disparo se elevó demasiado.
Luego Hummels (min. 13) y más aún Kimmich (min. 14) intentaban quebrar el cero. A los 17 minutos finalmente hubo una fuerte falta de Correa sobre Ulreich, quien recibió una patada por parte del jugador sevillano que se encontraba sin posibilidad de llegar a la pelota, y quien ya en la ida había “brillado” con repetidas simulaciones y una fuerte falta sobre Thiago Alcánctara. Correa de esa manera terminó opacando la buena situación creada por sus compañeros. A los 26 minutos, luego de un error de coordinación entre Kimmich y Boateng, Escudero ganó las espaldas, barrió la pelota, la cual sin embargo pasó sin peligro. En adelante sería casi todo del Bayern, la segunda jugada de un córner encontró a Hummels, quien enganchó y sacó un potente disparo que acariciaba el ángulo del arco rival (min. 33). A los 38. fue Ribery quien otra vez hizo lucirse a Soria cuando luego de un paso de Robben sacó un bombazo del borde del área, que sin embargo fue muy centrado y por lo tanto encontrado con mucho esfuerzo por el portero. Finalmente, a los 45 Rafinha se lesionó el hombro luego de una salvada en el área local.
Complemento trabado
El segundo tiempo fue aún más escaso en cuanto a las posibilidades claras de gol. A los 49 minutos hubo un peligroso cabezazo de Lewandowski, luego de que el equipo dejó circular el balón y Rafinha mandó un centro con la zurda, su pierna menos hábil. El testazo del artillero polaco sin embargo solamente acaricio a la red de afuera y el marcador seguía en cero.
Tres minutos después hubo otra falta sin sentido de Correa, quien luego tendrá una salida de campo bochornosa, a Ulreich, esta vez el argentino fue con el brazo contra el arquero rival, que ya tenía la pelota en su poder. Un minuto después James tuvo un intento interesante luego de un bien pase de Ribery, pero Soria no tuvo problema mayor con el disparo del colombiano. A los 54 Müller sacó un derechazo y fue otra vez Soria, en esta ocasión con los puños, quien apagó cualquier alarma en el área visitante. Finalmente, a los 59 llegó el primer acercamiento serio del Sevilla en lo que iba del complemento. ¡Y vaya que fue peligroso! Luego de una pelota parada, ejecutada cerca de la perfección por parte de Banega, fue el, al menos en esta serie de cuartos, polémico Correa quien saltó más alto que todos, logró conectar, pero su cabezazo, en vez de la red, solamente encontró el travesaño. Ulreich estaba sin chance. Fue el mejor momento de la visita, unos instantes después Banega intentó desde afuera del área y el balón pasó cerquita del palo derecho del portero alemán. A los 63 minutos el Bayern contó con una doble chance, primero cuando un disparo de Müller fue tapado a último momento por parte de la defensa sevillana, luego por parte de James cuyo intento terminó en las manos salvadoras de Soria.
El partido se trabó y recién en el minuto 72 hubo otro acercamiento al arco, Robben sin embargo se mostró demasiado egoísta, y en vez de habilitar a algún compañero intentó sólo con un tiro al primer palo, pero con un ángulo demasiado cerrado. Cuando faltaban 15 minutos para que se cumpla el tiempo regular, el colegiado escocés le perdonó la vida a N'zonzi quién cortó una contra de James de manera desmedida y debería haber visto su segunda amarilla de la noche. En adelante el partido se desarrolló de una manera muy cortada, el local se encontraba sin ideas y el Sevilla sin fuerzas para poder lastimar al gigante bávaro. A los 92. minutos el partido tuvo su clímax negativo cuando Correa, pasado de revoluciones y frustración, se dejó llevar hacia un brutal foul contra Javi Martínez y vio la correspondiente roja. Una acción que carece de explicación que cerraría un partido más combatido que jugado, pero encontró en el Bayern Múnich un justo ganador.
