Las carreras de Edin Dzeko y Ciro Immobile pueden tener hasta cierto punto, similitudes, pequeños detalles, pero sus inicios fueron muy dispares.

Inicios difíciles: buscando un hueco

El bosnio fue un hijo de la guerra, cada día podía ser el último y solo la intuición de una madre, le salvó la vida. Una tarde cualquiera, fue ella quién le impidió bajar a un descampado donde minutos después estallaría una bomba que acabaría con la vida de muchos de sus amigos. No pudo aprender a jugar en la calle y vivió una vida de constante pánico, pero aquello le hizo mucho más fuerte.

Immobile, tuvo la suerte de poder tener una vida más tranquila. El sí tuvo la oportunidad de disfrutar del fútbol desde su infancia, de jugar en distintos clubes y de gozar de distintas oportunidades, pese a que tuvo que volar pronto persiguiendo su sueño desde Nápoles a Turín, donde ficharía por la cantera de la Juve.

Cuando Dzeko tuvo oportunidad de demostrar su valía, no acabó su guerra personal. El asedio continuó y ya con 17 años, en las filas del Zeljeznicar, equipo de la primera división bosnia, fue apodado la estaca. La afición repudiaba al jugador hasta el punto de abuchearle y burlarse de él cada vez que salía al campo, hasta que fue vendido al F.K Teplice un equipo de la segunda división Checa por 50.000 euros, un negocio redondo según el club. Sin embargo no tardaría en demostrar su valía y dos años después, el Wolfsburgo pagaba por él 4 millones de euros.

Immobile en el Pescara| Getty Images
Immobile en el Pescara| Getty Images

Immobile tuvo que pasar por algo similar, pero con una dureza distinta, no llegó a ese extremo, pese a tener que demostrar su valía, tras no contar con oportunidades en Turín. El delantero italiano tuvo que lidiar con la siempre dura competencia que presentan equipos como la Juve, donde no tuvo excesiva continuidad y encadenaría distintas cesiones. Su experiencia en Pescara con Zeman, donde logra un ascenso y se proclama máximo goleador con 28 dianas, es vital para impulsarse y coger confianza, coincidiendo con Insigne y Verratti, dos estrellas emergentes. Su progresión era evidente, pero la temporada siguiente en el Genoa, sus prestaciones en goles baja en picado (3), era su primera experiencia real en Serie A.

Curiosamente, la traducción al español de Zeljeznicar, club bosnio en el que militaba Dzeko, es ferrocarril. El padre de Ciro Immobile, que fue futbolista en categorías inferiores, arreglaba trenes y los devolvía a las vías. Algo que todavía une más a ambos futbolistas.

Primera luces: llegan los goles

Finalmente, ambos delanteros lograron consolidarse en la élite europea a nivel de ligas y ahí empiezan sus carreras de éxitos y altibajos.

Dzeko en Alemania, se proclama máximo goleador con el Wolfsburgo, anotando 22 tantos, además de llevarse el título de la Bundesliga formando una pareja diabólica con Grafitte.

Dzeko en el Wolfsburgo|Getty images
Dzeko en el Wolfsburgo|Getty images

Immobile por su parte, haría lo propio en Turín colando 22 goles y proclamándose cappocannoniere de la competición, pero lo haría de la mano del Torino, el otro equipo de la ciudad, eso sí, sin los mismos logros a nivel colectivo que el Bosnio. Sin embargo, la Juve no apuesta por él. Primero en Genova, el club no le dejó volver en invierno, cuando Conte  necesitaba un delantero, y ya como jugador del Torino, la situación se complicó más al ser propietario de ambos clubes, una de las raras copropiedades que ya no existen en Serie A.

Sorprende que los bianconeri no apostasen por el italiano, siendo una de las sensaciones más jóvenes de Italia, primero en la Viareggio Cup, después en el ya comentado Pescara.

El siguiente escalón les devuelve al pasado

Al separarse de los clubes donde cosecharon sus primeros éxitos, ambos se encuentran con una realidad distinta en sus nuevas experiencias. El italiano parte a Dortmund con la presión de sustituir a Lewandowski, pero no demuestra su potencial en una liga que teóricamente puede potenciar su virtud, la visión del espacio. Tras una primera mala temporada en la que tiene dificultades por el clima, idioma y cultura, es cedido al Sevilla, donde tampoco encuentra su sitio. Emery no cuenta con él y en invierno vuelve donde empezó todo, a Turín, de la mano del club que le impulsó, pero su participación, pese a ser positiva, se trunca por una lesión.

Immobile con el Dortmund| Getty images
Immobile con el Dortmund| Getty images

Dzeko por su parte, llega como una estrella al Manchester City por 32 millones de euros, siendo el fichaje más caro de la antigua Yugoslavia. Sin embargo, la feroz competencia, los constantes fichajes de delanteros y las lesiones, hacen que el Bosnio no goce de todo el protagonismo que le gustaría, pese a tener unas buenas cifras anotadores, además, vuelve a ser el blanco fácil de las bromas de los aficionados, debido a su bajo acierto goleador, fallando goles cantados.

Finalmente, parte a la Roma, donde en unos inicios, iba a tener unas cifras bastante discretas, de tan solo 8 goles en su primera campaña. Sin embargo, de nuevo, la historia de ambos delanteros vuelve a dar un giro e Italia les revive.

Resurrección en Italia

Immobile aterriza en la Lazio meses después de volver a Italia de la mano del Torino. El delantero napolitano en su primera campaña en la capital italiana empieza de la mejor forma, como un intocable para Simone Inzaghi y logra anotar 23 tantos y repartir 4 asistencias. Su aportación supone un plus para el equipo a nivel goleador, pero todavía le falta un socio para poder aportar también algo más al juego. Immobile ha sido siempre un delantero oportunista, que vive del gol, de su buena lectura para atacar el espacio, acostumbrado a que el equipo juegue para él.

Por el otro lado de Roma, Dzeko llegaba como estrella del equipo, pero lo cierto es que las dudas sobre el bosnio no tardaron en aparecer. Su poca efectividad de cara a gol, una de sus asignaturas pendientes a lo largo de algunos tramos de su carrera, vuelve a salir a la luz, vuelven las mofas. Solo logra anotar 8 goles en 31 partidos de Serie A.

Dzeko ya en la Roma| Getty Images
Dzeko ya en la Roma| Getty Images

No obstante, en su segunda campaña da un giro absoluto a su situación proclamándose cappocannoniere de la Serie A con 29 goles, batiendo su récord personal de goles, que estaba en 26.

Además, su aportación al equipo es vital, siendo un delantero que además de anotar, baja balones, prolonga y su juego de espaldas, es un gran activo de cara a que los compañeros apoyen y lleguen a las transiciones. Si sumamos sus 8 asistencias, se vuelve el delantero perfecto y un intocable para el entrenador de entonces, Spalletti, que le da a la Roma un subcampeonato.

El presente es suyo

Hablando de presente, en la actual temporada, la situación de ambos clubes, Lazio y Roma, es similar en cuanto posición en la tabla, ambos luchan por entrar a Champions, siendo la de la Roma bastante más irregular. Dzeko sigue siendo vital para su equipo, y aunque sus goles han bajado considerablemente, anotando solo 14 en la presente Serie A, en 30 encuentros. Las bajas de algunos jugadores importantes en ataque, como Salah, y la difícil adaptación de Under, ha sido un contratiempo de cara a tener socios en ataque de nivel. A esto hay que sumarle los problemas de juego del equipo. Sin embargo, cuando el equipo ha logrado conectar con él, siempre ha respondido. Las sensaciones del bosnio cuando está delante del portero, son que el cuero acabará en las mallas, ya no hay dudas.

Immobile disparando con la elástica de la Lazio| Getty Images
Immobile disparando con la elástica de la Lazio| Getty Images

Immobile vive su mejor momento, ha encontrado un socio en Luis Alberto, jugador que entre líneas lee perfectamente los movimientos del delantero italiano. Con él cerca, ha logrado 27 goles en 28 encuentros, además de repartir 10 asistencias. Está cerca de llevarse su segundo cappocannoniere. Immobile es un delantero que se descuelga más que antes, que aporta a la organización del juego en 3/4 de cancha. Obviamente sigue buscando el espacio, y sus compañeros le buscan a él, pero su nueva faceta, gracias al ecosistema que ha organizado Inzaghi en ataque, le da un papel todavía más importante y vital.

La ciudad de Roma no tiene un color que predomine sobre el otro. Ambos clubes están empatados en lo más alto de la tabla con 60 pts, ocupando puestos de Champions, aunque solo un punto por encima del Inter.

Y no hay duda de que si alguien tiene la culpa del momeno de actual rendimiento de sus clubes, son estos dos bombers, que viven su segunda juventud en el bálsamo de la Serie A, experta en ello.