La temporada del Benevento no deja de sorprender. Si el primer punto llegó con un tanto de su portero suplente (Brignoli) de cabeza en el minuto 95 en el debut de Gattuso en el banquillo del Milan, ahora quien acapara los focos en las stregoni es su máximo goleador: Cheick Diabaté. El gigante maliense (1'95) llegó en el mercado invernal procedente del Osmanlıspor FK. Un mes de enero en el que se produjo una renovación de la plantilla de arriba a abajo.

Diabaté suma tres dobletes seguidos ante Hellas Verona, Juventus y Sassuolo

Con ese lavado de cara, sobresalieron el rendimiento inmediato de los brasileños Guilherme o Sandro. Sin embargo, la gran figura (nunca mejor dicho) apareció de la nada la figura de Diabaté. Cierto es que anotó su primer gol ante el Crotone jornadas atrás, el cual sirvió para obtener la victoria por 3-2. Pero lo mejor estaba por llegar. Recién entrados en el mes de abril, el maliense se transformó. Primero, dos goles al Hellas Verona en el triunfo por 3-0. Tres días después, nueva doppietta, esta vez, nada más y nada menos, ante la Juventus. Y para aquellos que pensaban que era casualidad, este fin de semana llegó una nueva consagración. Otro doblete más, ahora contra el Sassuolo (2-2).

Por tanto, sus números son de seis partidos y siete goles. Aunque sus tres primeros duelos no suman ni 40' minutos. Por tanto, queda demostrada la influencia que tiene Diabaté cada vez que juega. Muchos se preguntan qué hubiese pasado si realmente hubiese fichado por los de Campania a inicios de temporada. Es la gran esperanza a la que se aferran en el Benevento, en la búsqueda de un milagro que parece prácticamente imposible. Son colistas con catorce puntos, a otros catorce de la SPAL, quien marca la zona de salvación. La cuestión está en que quedan tan solo 18 unidades por disputarse. Así que en esta jornada intersemanal, de perder y que ganen los de Ferrara (juegan contra el Chievo) se consumaría su descenso a la Serie B de forma matemática.