La FA Cup, el torneo más longevo en la historia del fútbol, parece haberse convertido, con el pasar de los años, en el albergue de ilusiones para aquellos equipos que han tenido una pésima temporada, sin cumplir con sus expectativas iniciales.

Es el caso del Manchester United y Chelsea, los dos finalistas de la presente edición, que en Premier League tuvieron papeles distintos pero igual de decepcionantes, mientras que en Champions League quedaron ambos eliminados en octavos de final. Ante panoramas difíciles, ambos ven en la FA Cup el salvavidas para celebrar un título que les dé un poco de aire, pese a que es casi seguro que Antonio Conte no seguirá al mando de los 'Blues'.

Tras haber conseguido la Premier League en su primera temporada como entrenador de Chelsea, el segundo año fue una completa decepción para el ex Juventus, con un equipo que perdió a algunos de sus mejores jugadores, desperdició peso ofensivo y vio cómo se le escapaba todo lo que habían logrado en la campaña anterior, empezando por la liga doméstica.

Chelsea pasó de ser el líder indiscutido a pujar por, al menos, un lugar en la próxima edición de la UEFA Europa League, ubicándose en el quinto escalón de la tabla de posiciones. A duras penas y tras un pésimo inicio, los 'Blues' lograron regresar a los primeros planos, entre los top seis. En UEFA Champions League, alcanzaron los octavos de final, donde se enfrentaron a Barcelona y, tras un buen partido de ida en Stamford Bridge, fueron aplastados en el Camp Nou, con una pésima actuación de su guardameta, Thibaut Courtois.

En medio de todas estas situaciones, lograron avanzar en la FA Cup y meterse entre los cuatro semifinalistas, deparándole el destino que debiera enfrentarse al Southampton en la semifinal, un rival de lo más accesible que podía aspirar, ya que del otro lado del cuadro se ubicaron Tottenham Hotspur y Manchester United. Los 'Saints', prácticamente descendidos, buscaban conseguir una sonrisa de llegar a una final local pese a que la próxima temporada jueguen, casi seguramente, en el Championship.

Sin escatimar, Antonio Conte envió al campo de juego a lo mejor a su disposición, con Olivier Giroud como principal atacante tras su gran desempeño ante el mismo rival, el pasado fin de semana. Precisamente fue el francés el que abrió el marcador y dio inicio al camino del Chelsea hacia la gran final de la FA Cup.

Los 'Blues' comenzaron con un ritmo que hizo recordar a su mejor versión del año pasado, con un Eden Hazard en buen nivel, recorriendo el frente de ataque y asistiendo a Willian, quien buscaba lastimar por su sector. De a poco, Southampton fue ingresando a la conversación, con un intento de Mario Lemina que fue fácilmente controlado por el guardameta argentino, Wilfredo Caballero.

Hacia el final del primer tiempo, Giroud casi convierte otro de sus tradicionales goles acrobáticos, pero su remate se fue desviado del objetivo. Sin embargo, apenas comenzado el encuentro, el francés volvió a demostrar porqué es uno de los mejores en la Premier League, pese a que en Chelsea no ha podido demostrar todo su nivel. 

Hazard encontró a Giroud y el ex Arsenal giró con un impecable movimiento que dejó sin posibilidades a cinco rivales que se acercaron a marcarlo, convirtiendo así libremente el primer gol del partido. Con la ventaja a su favor, Chelsea cedió la posesión al Southampton para poder contragolpear rápidamente. Así llegaron las primeras oportunidades, con Nathan Redmond forzando a Caballero a sacar lo mejor de su repertorio para evitar un buen intento.

En el mejor momento del Southampton, Chelsea dio el golpe final con el ingresado Morata, quien reemplazó a Giroud y, en la primera que tuvo, cambió por gol para el segundo tanto del partido, tras un buen centro de César Azpilicueta. Los dirigidos por Mark Hughes continuaron intentando, pero no lograron vencer la valla de Caballero.

Con el 2-0 consumado, Chelsea logró su pase a la gran final de la FA Cup por segunda vez consecutiva, luego de haber caído en la última edición ante Arsenal. Su rival será Manchester United, que ayer derrotó a Tottenham Hotspur por 2-1, con goles de Alexis Sánchez y Ander Herrera.