La noche del domingo no será fácil de olvidar en el entorno de la Juventus. Y es que desde que Rocchi pitó el comienzo del partido, todo fue a peor para los bianconeri. A los dos minutos, Hamšík, desde el costado izquierdo, sirvió un balón al área. Ese le recogió Insigne, quien se preparaba para soltar un zapatazo, pero apareció en el momento justo Giorgio Chiellini para incomodarle lo mínimo y desestabilizar su disparo.

El éxito de esa acción defensiva se vio rápidamente empañada cuando el veterano central italiano de 33 años se echó la mano al muslo con claras señales de molestias. No obstante, el de Pisa continúo sin apariencia de dolor alguno. El transcurso del partido continuó hasta el minuto once. En ese instante, se volvió a detener el juego cuando Chiellini pidió el cambio. Por tanto, tuvo que entrar en su lugar el suizo Lichtsteiner, siendo Höwedes quien pasaba del lateral a la zona de centrales para cubrir el hueco que dejaba él.

La mala noche la redondeó Koulibaly, quien hacía justicia, visto lo visto durante 90 minutos, con un fortísimo testarazo, colocando el 0-1 en el luminoso del Allianz Stadium. De ese modo, la Vecchia Signora se quedaba con un solo punto de ventaja frente al Napoli, y perdían a su mariscal de la defensa. Las pruebas que le fueron realizadas indican una lesión en el bíceps femoral, lo que le haría perderse el resto de la campaña, justo en el tramo más importante del curso, con el Scudetto y la Coppa en juego.

Así, Massimiliano Allegri se verá obligado a reconstruir su zaga. Para ello contará con el anteriormente mencionado Höwedes, con tan solo cuatro duelos en su haber, el titularísimo Benatia, o el joven Rugani, el cual debe de dar ya un paso adelante para demostrar que está preparado para ser uno de los escuderos de los bianconeri. Se vienen curvas en estas últimas semanas en el Calcio.

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