El curso del Empoli está siendo de ensueño. Tras un inicio dubitativo, aunque con claras miras hacia al ascenso, la escuadra toscana ha acabado imponiéndose de un modo casi dictatorial en la Serie B. Bajo los mandos de Aurelio Andreazzoli ascendieron cinco jornadas antes, gobernando con puño de hierro una Categoría de Plata por encima de equipos como Frosinone (les saca diez puntos), Palermo, Parma o Bari. Solo hay que ver que son 25 los partidos que encadenan sin conocer la derrota, desglosados en dieciséis victorias y nueve empates. La última vez que hincaron rodilla fue un 11 de noviembre cuando cayeron ante la Pro Vercelli.

Todo bajo el prisma de un mismo esquema, prácticamente innegociable: el 4-3-1-2, un rombo que ha sido una verdadera pesadilla para sus rivales durante esta campaña. Y es que tienen una plantilla de garantías. Gabriel o Provedel en portería; Di Lorenzo, Luperto, Veseli o el veteranísimo Pasqual como jefes de la zaga; Castagnetti, LolloNinkovićKrunić en la sala de máquinas, con Zajc, quien ya atrae las miradas de Juventus o Inter, en la zona de trequartista.

Entre Caputo (26) y Donnarumma (20) suman 46 goles, más que siete y los mismos que dos equipos de Serie B 

Pero, quizás, la parte más importante, o al menos la más vistosa de este engranaje, es la delantera. Ahí reside la mejor dupla de ataque de toda la Serie B: Francesco 'Ciccio' Caputo y Alfredo Donnarumma. Dos delanteros bien diferentes pero que, no obstante, se complementan a la perfección. Mientras uno es más rápido y ágil, como el segundo, el otro se encarga de fijar defensas, descargar el juego bien sea a bandas o a Zajc quien llega desde atrás... Aunque tienen un punto en común, la definición. Entre los dos acumulan una escalofriante cifra de goles: 46. Caputo aporta 26, mientras que Donnarumma lo hace con otros 20. Números por los que ni tan siquiera hace falta mirar la clasificación para averiguar que marchan líderes.

Dos carreras muy labradas

Tampoco se diferencian en el modo que han ido creciendo a lo largo de sus trayectorias futbolísticas. Ambos han peleado por las catacumbas del Calcio para alcanzar la cima. Y, por fin, esta vez parecen haberla logrado -salvo sorpresa de alguna salida en verano-. En el caso de Caputo es cierto que ya jugó con el Bari en Serie A. Fue 2010, cuando disputó trece partidos y solamente vio puerta en una ocasión.  Sin embargo, su olfato goleador se transforma en la Segunda División, con la que suele alcanzar números de dos dígitos. Por ejemplo, con el mentado Bari registró 17 goles en la 12/13, para en la siguiente campaña aportar otros 13 tantos. Después, fichó por la Virtus Entella, con quienes marcó 17 y 18 dianas en dos temporadas. Hasta este verano, cuando firmó con el Empoli para llegar, de momento, a las 26.

Donnarumma y Caputo, como Goku y Vegeta. / Foto: empolicalcio.it
Donnarumma y Caputo, como Goku y Vegeta. / Foto: empolicalcio.it

Mientras que su pareja de baile, Donnarumma, ha ido navegando poco a poco desde las categorías más bajas de Italia. Todo esto tras salir de la cantera del Catania, poniendo rumbo al Gubbio. Con la escuadra de Umbría anotó cinco dianas en su primer y único curso con ellos. Después, pasó de nuevo por la Primavera del Catania y un breve periodo a cero en el Virtus Lanciano para finalmente llegar al Como. Allí se destapó como artillero, perforando redes en Serie C por 13 ocasiones. Posteriormente, en la Cittadella volvió a bajar sus números en el que fue su estreno en la Serie B, con solo tres goles en la 13/14. Un año después, de nuevo por la tercera categoría, brilló de la mano del Teramo Calcio con 22 goles. Pasaporte que le sirvió para firmar por la recién ascendida Salernitana. De nuevo se encontraba con la División de Plata. En Salerno firmó 14 en su primera temporada, reduciendo hasta seis en su segunda. El Empoli, de nuevo atento, echó las redes sobre un futbolista que empezaba a demandar la atención.

Habrá que ver si siguen funcionando de este modo tan voraz en la Serie A. Evidentemente, las cifras se antojan complicadas que vayan a repetirse. Aunque, primero, se tendrá que pasar el mercado veraniego, en el cual puede suceder cualquier cosa. Y es que la temporada de Caputo y Donnarumma no deja indiferente a nadie. Por otro lado, cabe destacar la gran planificación deportiva de la escuadra toscana. Dejó atrás las viejas glorias, ya que vivían anclados al pasado y, posiblemente, eso les terminó arrastrando al descenso. Ahora, con un plantel más que rejuvenecido y con hambre, deberán dar unos leves retoques a la plantilla para volver a saborear del mejor modo posible un Calcio de primera.