Lo que comenzó como un sueño hace varios meses atrás, como el inicio de un proyecto, se coronó hoy con la consecución del tan ansiado trofeo de la Premier League. Manchester City ya se había coronado campeón, pero aún no había tenido la posibilidad de festejar ante su gente, levantando el famoso trofeo de la máxima categoría de Inglaterra. 

Hoy tuvo la posibilidad, tras un partido atípico, olvidable, del que pocas cosas podrán rescatarse para el futuro y que solamente sirvió para que Huddersfield Town pueda llevarse un valioso punto ante un rival de tanta magnitud como los dirigidos por Pep Guardiola. 

El ex entrenador de Barcelona y Bayern Münich alineó su habitual 4-3-3 sin guardarse nada, finalmente con la presencia de John Stones, quien estuvo en duda hasta último minuto, acompañado por el argentino Nicolás Otamendi.

La ofensiva, conformada por Raheem Sterling, Leroy Sané y Gabriel Jesús, es quizás uno de los pilares del ambicioso proyecto que mantiene el Manchester City, tres futbolistas jóvenes que aún están en pleno desarrollo de sus habilidades y que pueden darle muchas alegrías a futuro al equipo.

Sin Sergio Agüero, aún recuperándose de su última lesión, el City perdió un poco de ese peso ofensivo que ha mostrado en la temporada, especialmente porque el argentino y Gabriel Jesús tienen características de juego bastante diferentes, ya que Agüero es más de últimos metros y definición, mientras que el brasileño ocupa otros aspectos del campo.

Por su parte, David Wagner no se ruborizó al plantear un esquema netamente defensivo, con cinco defensores y tres mediocampistas plenamente volcados a defender. Esa fue la idea del entrenador del Huddersfield Town para aguantar las embestidas del City y poder rescatar al menos un punto, tal y como lo logró. 

De estas dos ideas tan distintas surgió un partido que aburrió hasta al simpatizante más optimista. El local tomó el protagonismo y la posesión del balón, como casi siempre durante la temporada, pero chocó contra las barricadas que planteó su rival.

Sin poder ingresar a puro toque al área contraria, los del City tuvieron que apostar a los remates de media y larga distancia, de los cuales pocos supusieron algún tipo de peligro para la portería del Huddersfield. Del lado contrario, se mantuvieron inmóviles y expectantes ante alguna posibilidad de tomar mal parado a un cuadro local que jugó casi a la mitad de su potencial. 

Teniendo en mente lo que ocurrió recientemente con Laurent Koscielny en la semifinal de UEFA Europa League entre Arsenal y Atlético de Madrid, con una rotura de tendón de Aquiles que lo dejó fuera del Mundial de Rusia, es entendible que varios de los futbolistas del City no hayan querido arriesgar demasiado en un partido que no aportaba nada.

Leroy Sané, Raheem Sterling, Nicolás Otamendi, David Silva, casi el equipo completo del Manchester City estará representando a alguna selección en el próximo Mundial, lo que motivó el juego a media máquina y tan aburrido.

Los minutos pasaron, el marcador no se movió, ambos se contentaron con ello y todo finalizó 0-0, un punto que le permite al Huddersfield Town llegar a la última jornada con posibilidades de salvarse del descenso.

Tras el final del encuentro, fue momento de la fiesta del campeón, con invasión de campo, música y colorido puramente celeste para que esa parte de Manchester pueda celebrar. Tras el Mundial, llegará el momento de analizar el futuro y pensar en el siguiente paso.

El propio Guardiola reconoció que, la próxima temporada, comienzan de cero y tendrán que demostrar nuevamente si son o no los mejores. Para eso, tendrá que armar un equipo que pueda brindar más competencia en Europa, el verdadero anhelo de todos los fanáticos del Manchester City.